Parte 2.- Nick Nelson (de Gryffindor) - Insomnio

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El manto de energía creado por el escudo burbuja que protege al castillo hace difícil que yo me dé cuenta.

Pero sé que aún es de noche. El sol ni siquiera ha salido.

El Gran Comedor es muy frío. Y tener que dormir con otras docenas de alumnos de Hogwarts me incomoda un poco. En serio extraño mucho descansar en mi dormitorio, extraño ver el cielo estrellado y los árboles antes de dormir.

La espalda me duele muchísimo. No puedo acostumbrarme del todo a dormir sobre una colchoneta en el suelo.

Cambiar de posición a descansar de lado solo hace que el dolor lumbar pase a mi hombro. Y dormir hacia abajo hacía que los músculos de mi cuello amanecieran contracturados.

--¿Destruyeron otra ciudad?

--Sí... el condado de Surrey acaba de desaparecer hace algunas horas. Soltaron cargas sísmicas en el océano para inundar Tokyo. Y Rusia también fue bombardeada –respondió Sai a la pregunta de Otis mientras deslizaba su dedo en la pantalla para ver las noticias de Twitter.

La directora Mcgonagall y la ministra Granger habían tomado la decisión de disolver el hechizo que interfería con las señales móviles y permitir que los alumnos de magia pudieran usar sus celulares.

La venda con la que nos cubrieron los ojos para evitar que interactuáramos con el mundo muggle había sido removida. Pero ahora estoy seguro de que tomaron la decisión en el peor momento.

Ya ni siquiera es necesario que yo ponga mi alarma para despertar. Despierto cada madrugada hasta por el más mínimo sonido, igual que el resto de mis amigos. Las notificaciones bombardean nuestras pantallas. Antes de dormir, al despertar, durante el día., durante la noche.

Y cada noticia nueva no hace más que provocarme pesadillas: Videos de aurores que sobrevivieron al cataclismo de Berlín, siendo quemados en público acusados de brujería por grupos religiosos mientras los stormtroopers solo vigilan. Uno de esos Destructores Estelares siendo destruido por una bomba atómica, solo para que después ese tal Emperador Palpatine hiciera arder cinco ciudades como represalia.

Los muggles se habían enterado de la existencia de los magos. Y las respuestas eran muy ambivalentes. Algunos nos culpan y nos quieren muertos. Otros creen que nuestra magia puede salvar a la humanidad.

El presidente de Estados Unidos y el Primer Ministro de Inglaterra nos habían delatado después de que Darth Sidious les torciera el brazo.

Es una fortuna que, el resto del mundo no sepa dónde está Hogwarts y que no pueda saberlo. O tal vez ahora estaríamos muertos.

--Nick... ¿Sabes dónde está Charlie?

Al darme la vuelta, Elle aún bosteza. Sus ojos están muy irritados. Y sus párpados muy hinchados. Tao aún duerme a su lado, con una discreta mueca de miedo. Y justo al lado de ellos, la colchoneta de Charlie está vacía, su cobija hecha bulto.

--Perdón Elle. Pero ¿a cuál de los tres Charlie te refieres? –le pregunto haciéndome el tonto para evitar el tema al que estoy seguro ella quiere llegar.

--¡Charlie! Nuestro Charlie. Ya sabes, Charlie Slytherin, como le apodaron ustedes. El que no usa una espada de lucecita roja y que no viene de un planeta de zombis.

La presencia de tres Charlies y tres Nicks, solo agrega confusión entre nosotros. Aunque somos de edades distintas, es muy fácil que nos confundan. Demasiado fácil diría yo.

Me atrevo a decir que, si no fuera porque Charlie Z trae el cabello más corto y su ropa desgarrada por los zombis, ya le habría dado un beso al chico equivocado.

--Supongo que debe haber ido a practicar o a la biblioteca. Como siempre... --le respondo un poco molesto.

"Charlie", el Charlie de Slytherin. Mi pequeño Charlie. Su nombre y su cara han deambulado por mi mente las últimas semanas.

Ya sé lo que Elle quiere decirme. Ya sé lo que quiere pedirme.

Charlie ha estado muy irritable. A veces lo encuentro dormido sobre las páginas de un volumen de nigromancia de mil quinientas hojas. Y cuando despierta, apenas me da los buenos días.

Tao mencionó que cuando no lo encuentra leyendo, lo encuentra sumergido en la pantalla de su celular con los audífonos puestos. Y si le preguntas qué está viendo, simplemente bloquea su pantalla y te cambia el tema.

Incluso Harry Greene Z y Harry Greene de Gryffindor ya se empiezan a preocupar por él. No quiere hablar con nadie y apenas le ha dirigido de vez en cuando unas palabras al profesor Draco Malfoy, a quien él admiraba con toda su alma. O apenas le dirige la palabra a su... otro yo, Darth Kairyum.

--Nick, creo que no debes seguir haciendo como que nada pasó. ¿Ya hace cuánto que se pelearon?

Y finalmente da en el clavo.

Elle rasga una fibra muy sensible. Una que en serio me duele.

Aprieto el puño para tratar de convertir en enojo, algo que me rompe el corazón.

Cuando teníamos oportunidad de dormir juntos, Charlie y yo dormíamos abrazados o de cucharita. Me encantaba olfatear el olor de su uniforme de Slytherin.

Pero después del ataque de los dark troopers y los AT-AT al castillo, apenas y quiere ver a alguno de nosotros. A veces solo llega a su colchoneta justo antes de que las antorchas del Gran Comedor se apaguen y se da la vuelta, dándonos la espalda.

Otras veces lo oigo sollozar debajo de su cobertor. He llegado a oírlo suplicar mientras duerme, me cuesta saber si solo habla dormido o está despierto hablando consigo mismo. Menciona palabras como: "Estrella de enorme muerte", "Poder ilimitado" o algo parecido.

--¿Sabes qué? Voy a ir a buscarlo. Si así estás feliz... --le recrimino a Elle.

Me pongo la túnica de mi uniforme de Gryffindor mientras camino hacia la puerta.

Mentiría si dijera que no estoy preocupado por él.

Lo encontré llorando una vez en uno de los baños. No paraba de repetirse que todo esto era por él. Que por su culpa habían muerto más de veinte alumnos de Hogwarts. Que por su culpa había muerto el profesor Ajayi.

Y entonces, fue cuando pronuncié la frase que detonó todo: "Todo va a estar bien Charlie, no llores por favor".

Charlie se levantó del suelo, hirviendo de cólera.

Discutimos. Y con cada palabra me hería aún más, hasta hacerme llorar a mí también. Me costaba reconocer a mi novio. A mi pequeño Charlie.

Así que simplemente le respondí que se estaba portando como un inmaduro. Como un tonto.

Desde entonces hablamos muy poco y de manera muy cortante. A veces siento que ya no me quiere, aunque siempre me lo dice. Siempre me lo afirma. Y yo le creo... pero... creo que algo no está bien.

Ojalá... ojalá pudiera saber lo que piensa o... lo que siente.

Heartstopper  ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora