Parte 1.- Aled Last (de Mandalore) - Avenida Private Dive

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Es como el día en que mi madre murió. El día en que Mandalore sucumbió ante el Imperio. El cielo está repleto de un espeso humo iluminado por el naranja de las llamas que brotan desde los edificios.

--¡Harry! ¡Por Dios! ¿Qué es eso?

La garganta de la señora Petunia Dursley iba a despedazarse después de gritar por lo que vio en su jardín. La desesperación la hizo tomar tan fuerte al señor Potter que sus uñas dejan marcas de arañazos.

--¡Tía no mires! ¡Por favor no mires! ¡Tenemos que sacarlos a ti y a mi tío de aquí!

El señor Potter le cubre los ojos a la anciana, para evitar que viera la devastadora escena. Las hermosas flores que esta familia había plantado en el jardín ahora sucumbían sus pétalos ante el fuego de los lanzallamas de los stormtroopers.

Y a lo lejos, flota en el cielo esta fortaleza aérea. Incluso aquellos cazarrecompensas que teníamos cierta experiencia le tenemos miedo. Nunca dejamos de tenerles miedo.

Los disparos verdes emanan desde su imponente forma triangular, bañando al pequeño e indefenso pueblo en una mortífera lluvia de fuego.

Solo me pregunto cuántos niños estarían atrapados entre los escombros gritando por ayuda de sus padres muertos alcanzados por los disparos. Me preguntaba cuántos ancianos habrían presenciado su último atardecer antes de observar al cielo oscurecerse por la imponencia del Destructor Estelar.

--Harry. ¡Tienes que decirnos lo que está pasando! –el señor Vernon Dursley clama por una pizca de información mientras yo trato de empujar su silla de ruedas.

Vaya que, aunque los mandalorianos tenemos mucho entrenamiento de fuerza, empujar el peso de este señor en extremo obeso hizo que se me hiciera una contractura en la espalda.

--Darth Sidious ordenó bombardear Little Whinging y todo el condado de Surrey. Van a borrar este lugar del mapa tío. Necesito que ambos se calmen.

--¡Harry! ¡Harry! ¿Dónde está Dudley? Él vive en el pueblo de al lado. ¡Tenemos que ir por él! ¡Dios mío Harry! ¡Tu esposa! ¡¿Dónde está Ginny?! ¡¿Dónde están tus hijos?!

--¡Tía Petunia por favor! ¡Cálmate! ¡Solo cálmate!

Tras un estruendoso sonido, la puerta de la casa es derribada de una patada. Tres soldados revestidos de armadura blanca ingresan a la sala de estar, armados con rifles de gran calibre.

--¡Cúbralos señor Potter!

Mientras yo interpongo mi cuerpo blindado por la armadura de beskar mandaloriano, Harry Potter envuelve a su familia en un poderoso escudo mágico que absorbe cada uno de los impactos láser emitidos por las ametralladoras.

Las balas me golpean en el casco, crean chispas en mi chaleco y rebotan contra mis hombreras.

Los stormtroopers siguen disparando sin decir una palabra. Sin previo aviso. Era como si... solo quisieran matarnos. Sin titubeos. Sin piedad.

--¡Expelliarmus!

Y tras lanzar un destello rojo que aparta las armas de los tres hombres, los disparos de mi bláster impactan en el pecho de cada uno de ellos, haciendo que sus cuerpos caigan de rodillas hasta que la última pizca de fuerza vital los hace desfallecer por completo.

--¡Aled! ¿Dónde está tu nave?

--¡Llegará en unos segundos señor Potter! ¡Aterrizará en Private Dive! –digo presionando los comandos navales en mi brazalete.

--¡Entonces no tenemos tiempo que perder! –y con agitar su varita dos veces, Harry hace levitar a la señora Petunia y al señor Vernon incluso con su silla de ruedas--. ¡Ya! ¡Afuera! ¡Afuera!

Antes de abandonar la casa del señor Potter; antes de dejar abandonadas a esas pobres personas que seguramente serían alcanzadas por el fuego o los disparos; antes de huir ante una amenaza frente a la cual no tengo la más mínima oportunidad, desde los comunicadores de las armaduras de los stormtroopers muertos, puedo escuchar su voz otra vez.

Esa voz tan aterradora que solo la había oído cuando aterrizamos en el planeta Exegol; esta voz que con solo haberla escuchado una vez me provocaba pesadillas: la voz de Sheev Palpatine.

La voz que daba una extraña indicación a sus soldados desde la comodidad de un holograma, una indicación que se repetía sin cesar hasta convertir mis músculos en hielo:

--Comiencen el protocolo "Apocalipsis". Comiencen el protocolo "Apocalipsis". Comiencen protocolo "Apocalipsis".

Heartstopper  ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora