Parte 13.- Charlie Spring (de Slytherin) - Cachorrito

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Me llega el olor a pipí de caballo y a paja mojada que se ha podrido durante días. La madera del lugar cruje cuando la pisamos.

--¡Que no les ganen! ¡Que no les ganen! –nos gritaba el profesor Malfoy mientras su maleta blanca se sacudía como loca en nuestras manos.

--¡¿Pues qué guarda aquí?! ¿Dementores? –le grita Tao mientras casi se disloca el brazo.

--Más temible aún –responde despejando el pequeño escritorio de madera húmeda en el pequeño establo.

--¡Ryaaaa! –relincha el pegaso negro a nuestras espaldas.

--¡Mejor no te acerques, Aramis! –trata Hagrid de acariciarlo.

Los dragones del profesor, Barak y Rotur, permanecen fuera del establo cubriéndose los ojos con sus alas.

Este maletín blanco que está cargando...

La última vez que recuerdo haberlo visto fue cuando acompañé a Mcgonagall al ministerio a dar mi declaración. Pero en ese entonces no le tomé importancia.

GRAVE ERROR.

Debí darme cuenta que Malfoy estaba loco antes de pedirle que fuese nuestro profesor.

Si estos animales tan grandes que pueden incinerar metal reaccionan así; lo que se supone que trae Draco en su portafolios, debe ser en extremo peligroso. ¿Y deja que tres adolescentes lo carguen como si nada?

Bueno... no debo quejarme. La verdad es que esto me distrae mucho de lo que ocurrió con Nick en la mañana. Es mejor que esté ocupado para no pensar en eso.

Sinceramente ya no sé en qué ocupar mi tiempo para no encarar la idea de que el mundo se está acabando, la idea de que mi relación que parecía ser perfecta se está yendo al carajo.

--¡Eso es niños! ¡Ahora pónganlo en...! ¡Eso! Justo ahí.

Y en cuando lo soltamos sobre la mesa, el portafolios blanco comienza a retorcerse, alzándose primero la esquina derecha, para después caer y que el extremo izquierdo brinque desenfrenadamente.

--¡Hogwarts y el mundo tal vez les deban la vida por esto muchachos! –nos elogia Malfoy--. Si esas cosas me hubiesen mordido a mí... no quiero imaginarlo... no podríamos seguir investigando la cura para el virus. ¡Qué suerte que contaba con ustedes!

Elle y Tao voltean lentamente su rostro para mirar al profesor Draco. Digamos que sus rostros expresan algo así como... "¿Gracias?".

--¿Esperas que esto sea suficiente? ¿Qué guardas en esa maleta? –se acerca Hagrid, haciéndome sentir diminuto por su cuerpo gigantesco.

Draco nos indica retroceder. Se agacha un poco para presionar los botones del portafolios. Y tras escucharse un pequeño click, piezas similares a varios engranajes comienzan a sonar al mismo tiempo que la maleta se abre.

La cobertura blanca deja ver un interior plateado, impregnado con una especie de fluido verdoso.

Silencio. Nada sale de ahí.

--Profe... ¿Qué...?

--Shhhhhh –susurra Malfoy--. Si escuchan demasiadas voces ajenas a la mía, entonces se van a....

¡RARGH! Se escucha un horrible sonido viniendo, al mismo tiempo que unos colmillos salientes de una pequeña cabeza blanca emergen tratando de morder al profesor.

--¡Santo Cielo! –grita Tao llevándose las manos a la boca.

--¡No griten! ¡Si se mueven, los matarán! –el profesor levanta el puño por encima del rostro de las criaturas, tras lo cual, comienzan a cesar su movimiento, solo enfocándose en la mano de su domador.

Heartstopper  ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora