Heartstopper Apocalipsis

Parte 8.- Charlie Spring Z (Universo Zombi) - Sepulcro

--Gracias por todo pelusa –dijo recargando su rostro una vez más sobre la sábana que envolvía al difunto gatito--. Descansa pequeñito.

La Darcy Olson de este universo se parece a la de Higgs en el mío. Nunca había visto ese rostro tan destrozado.

Nunca había visto gente tan destrozada.

Los sollozos se incrementan conforme ella y el resto de los muchachos depositan pequeños bultos envueltos en sábanas. Nunca he tenido una mascota, pero... imagino que les duele demasiado.

--¿Se va a un lugar mejor verdad? –preguntaba otro chico al enterrar su lechuza en un agujero cavado por sus propias manos.

--Claro que sí mi niño –le responde la adivina Trelawney tomándolo de su mano.

Después de días de luchar por su vida contra las heridas que sufrieron durante el ataque al castillo, estos animalitos finalmente murieron.

Es difícil, pero puede verse la luz a través del escudo violeta que envuelve al castillo.

Está amaneciendo.

Me arrodillo en el pasto húmedo de los jardines.

Los pájaros empiezan a cantar. Las flores abren sus pétalos. Y ese gran árbol, el sauce boxeador, se sacude para terminar de despertar.

Dejo una flor. Una flor roja.

La deposito en una de las veintitrés tumbas improvisadas con palos y piedras para los alumnos y maestros fallecidos.

Pero ésta, tiene un gran significado para mí.

--¿Todo bien? –siento la mano de Tori ponerse en mi hombro.

Asiento solo con la cabeza. Y me pongo de pie para dejarla ver la tumba: "Nathan Ajayi. Estimado profesor y magizoólogo"

--¿Lo conociste?

Solo me limito a negar con la cabeza, antes de responder.

--A él no, pero sí al profesor Ajayi de mi universo. Ni siquiera pude despedirme de él o de Tao por la plaga de zombis. Es duro pensar que están muertos.

Volteo a verla. Siento extraño ver su rostro en un cuerpo de menor estatura que el mío.

--¡Hey! --Tori recarga su cabeza en mi hombro, es raro sentir que hace eso. Es raro sentir que es un poco más bajita.

Aunque tal vez no es tan extraño.

Ella no es mi hermana, ni el Tao de este universo es mi amigo. Solo se parecen mucho. Pero yo sí puedo notar la diferencia.

Ellos no son con quienes he convivido toda mi vida.

Ellos no fueron a verme al psiquiátrico ni hicieron la tarea a mi lado. Nunca me desvelé viendo películas con ellos. No tienen idea de qué es Mario Kart, dado que Nintendo no existe aquí.

No.

El Tao, el profesor Ajayi y la Tori de mi universo están muertos. No hay nada que pueda hacer para cambiar eso.

Cuando llegué desde mi planeta, a Hogwarts; me sentí muy feliz de volverlos a ver. Pero poco a poco, me doy cuenta que estos chicos han vivido cosas distintas.

Están rodeados de magia, de hechicería. Pueden arreglar ventanas rotas usando sus varitas. Pueden montar animales fantásticos como dragones. Saben preparar pociones.

Sí. Son casi idénticos. Veo sus rostros a diario. Pero... solo es una sensación similar a la de ver una fotografía vieja.

Solo puedo recordarlos, pero al mismo tiempo, me doy cuenta que ya no estoy con ellos. Que yo sigo aquí. Que yo sigo respirando.