Parte 62.- Harry Greene Z (Universo Zombi) - Él ya sabía...

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         --¿Así es el beso del Dementor? ¿Esto usaban antes en Azkabán?

         --¡Maldito sea el Ministerio de Magia!

          --¡Tú cállate asqueroso Sangre Sucia! ¡Mi padre tenía razón sobre ustedes! ¡Los magos hijos de muggles son igual de repugnantes que los seres no mágicos!

Estaba en distintos canales. Las redes sociales estaban infestadas de toda esta información. Creo que hice lo correcto al alejarme de mi celular y enfocarme en la atención de Mini-Me.

No tengo idea ni quiero saber lo que está ocurriendo allá afuera, pero los comentarios son tan frecuentes en los pasillos de la escuela que te enteras de todo incluso si es contra tu voluntad.

        --¡¿Por qué esos imbéciles no ayudan a esa bebé?! ¿Se van a quedar ahí mientras Palpatine la mata?

--¡No te creas la gran cosa! ¡Tú fuiste el que pegó el letrero en el cuarto de Kairyum de que no íbamos a pelear!

--¿Y qué esperabas pedazo de imbécil? ¿En serio creías que los idiotas de los Jedi iban a poder pelear contra el Emperador? ¡De seguro ya están muertos los dos!

En los meses que he estado aquí encerrado nunca había visto a Hufflepuffs pelear ni ser tan hostiles entre ellos. Ravenclaw ha comenzado a quemar cada página de sus pergaminos en una crítica hacia la ridiculez de seguir luchando. De la casa Gryffindor no he sabido mucho. Y Slytherin... puedo ver las marcas de sueño en sus párpados, desvelados estudiando pociones con tal de ayudar a Draco y Neville a encontrar una cura contra la enfermedad.

--Hola hijo –me saluda la enfermera Pomfrey, tratando de cubrir las manchas de savia y el polvo de las especias partícipes en la medicina de Mini-Me--. Ya está mejor. Le hará bien tu visita.

--Gracias... --respondo así. Así y ya. Sin un chiste que remate aunque sea la ocasión perfecta; sin una broma de mal gusto.

Pongo un pie en la unidad médica, arremetiendo contra mi nariz el aroma aséptico de las sábanas recién lavadas y los fármacos herbolarios usados.

Charlie Z está dando la última cucharada de ese líquido que apesta a metros de distancia, un líquido que Mini-Me sorbe haciendo muecas y girando el cuello hacia la izquierda con la misma fineza que un engranaje roto.

Es entonces que el tatuaje maldito en su abdomen desaparece. El cráneo con la serpiente envolviéndolo se borra de su piel, indicando que lo peor había pasado.

--Te agradezco mucho que lo cuidaras un momento. Necesitaba arreglar unas cosas.

--Mejor dale las gracias al profesor Draco cuando lo veas –me responde Charlie Z--. Yo solo lo hice tomar la medicina.

Trato de pensar en cómo hacerle la plática a Spring. Sé que lo traté muy mal en el pasado. Sé que era alguien a quien me divertía molestar en Truham, alguien que se veía débil y se ganó mucha fama por haber estado internado en el pabellón de psiquiatría y luego en una institución de salud mental (me arrepiento también de haberlo llamado "Hospital de locos"). Y ahora me siento culpable por haberle hecho todo eso; creo que ahora cada persona en este castillo es capaz de entender cómo se sentía él después de perder a su hermana y de ver derrumbada la figura cariñosa de sus padres.

Cada gramo de esperanza y apoyo que pierdes en una situación adversa es crucial para que todo termine mal. Ahora el mundo se cayó y podría decirse que acabó.

Palpatine ha hecho sucumbir a los últimos exponentes de la ONU, otros gobiernos no tardarán en rendirse ante él y la Tierra de esta dimensión será anexada al Imperio, segúramente igual que el planeta Tierra de mi dimensión, igual que mis padres probablemente muertos... igual que... todas las personas a las que quería.

Heartstopper  ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora