Parte 41.- Charlie Spring Z (Universo Zombi) -La extraña manta

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Solo se lo llevaron. Sin objeción, sin consideración... solo se lo llevaron. No sé qué clase de marca sea la que apareció en la piel de Harry Greene Gryffindor, pero ahora hablan de Charlie Spring Slytherin como si fuese un criminal. Lo señalan por haber atacado, por haber perdido el control, como si fuese algo que no ocurra en un contexto en el que el mundo se está acabando. No creo que todos sepan lo que es que te culpen por completo de algo, y además de eso, que te marginen como alguna clase de animal peligroso. Por encima de todo, que ni siquiera te den la oportunidad de explicar lo que te ocurre.

Lo sé... porque cuando Tori se quitó la vida, mis padres hicieron eso conmigo. Y la verdad es que... los juegos tan crueles que mi mente me hace, lo que quiere que yo vea de mí, está haciendo resultado, sin importar los antidepresivos del profesor Malfoy.

A veces pienso que puedo hacerlo esta noche, que hoy puede ser la última; que pudiese tomar alguno de los venenos raros que existen en los anaqueles de Neville Longbottom. Y así todo acabaría. Yo dejaría de preocuparme por si soy un estorbo o no. Podría finalmente reunirme con mi verdadero amigo Tao y mi verdadera hermana Tori. Por fin tendríamos nuestra tarde perfecta. Por fin, todo estaría bien.

El agua lodosa escurre a través de mis manos en cuanto exprimo el trapeador para continuar limpiando el desastre que dejaron mi gemelo de otro universo y el gemelo de Gryffindor de Harry Greene Z.

Se vuelve rutinario.

Exprimo y limpio. Vuelvo a exprimir, vuelvo a limpiar. Y esto se repite hasta que la espalda baja comienza a molestarme y mis dedos se arrugan.

--El piso está impecable señora Samantha. ¡Sí! ¡Impecable!

--¿Acabas de decirme señora? –responde ella casi escupiendo de rabia al pequeño Nova 8--. ¡Santo Dios! ¡No estoy tan vieja, maldita chatarra!

Nick Z ríe de ese chiste, pero una de las pruebas de que mi estado mental empeora es que es una tonta broma que no me provoca nada, ni siquiera me molesta.

Sammy tiene razón de estar enojada, ella a veces usa el sentido del humor para no explotar, pero puedo ver que está harta de pasarse el día limpiando los dormitorios de los Jedi o de los directivos.

Ahora puedo ver que es un poco cruel que, por no tener poderes mágicos, saber usar espadas de luz o tener conocimiento de ciencia, el único uso que nos pudieron dar a quienes escapamos del universo zombi es hacerla de personal de limpieza.

Y es aún más cruel que en algún punto me enteré que los magos podrían simplemente hechizar las escobas o los baldes para que hiciesen el trabajo por sí solos.

No cabe duda que nos ven como un estorbo. Y de entre Samantha, Harry Z, Nick Z o yo, creo que soy el único idiota que es una verdadera carga por su maldita enfermedad.

Creo que los antidepresivos del profesor Malfoy me mantienen estable, pero con cada día que pasa tengo cada vez más sueño. Y todas las peleas o discusiones no hacen más que demostrarme que seguir vivo es una completa pérdida de...

--¿Estás bien Char? –interrumpe Nick Z mi disociación

Sus manos envuelven mi abdomen, tratando de abrazarme; su nariz, olfatea mi cuello recorriéndolo centímetro a centímetro.

--Me preocupa un poco lo que pasó con Charlie Slytherin, solo lo esposaron y se lo llevaron al calabozo, así nada más –digo de la forma más seca y sin vida posible, tratando de evadir el tema--. Y en Harry Greene Gryffindor apareció esa especie de... tatuaje.

--Bueno... sí, pero... hay alguien preocupándose por ellos ¿no? –por su respuesta, me doy cuenta que ya se percató de lo que ocurre conmigo--. Harry Z está al pendiente de Harry Gryffindor en la enfermería; en lo que respecta a tu otro yo, creo que va a estar bien. Pero tú... tú se ve que tienes otra cosa. ¿Quieres hablar de eso?

Esa pregunta... ¿Quieres hablar? Es la que Tao y Tori de mi universo me hacían continuamente. Antes del psiquiátrico, durante mi proceso de farmacoterapia, después de que regresé a la escuela.

Y ahora Nick parece que sabe lo que está pasando conmigo. Lo presiento.

¡Maldita sea!

¿En verdad me apoyaría si se lo digo? ¿Entenderá él que yo esté pensando en múltiples formas de acabar con mi vida aun habiendo una guerra multiversal frente a nosotros? ¿Entenderá lo ridículo que me siento al querer yo atentar contra mi propia vida y al mismo tiempo no tener la fuerza para empuñar un bláster y morir peleando en batalla?

--Charlie... --me susurra Nick Z mientras mira mi rostro--. Algo está pasando contigo ¿No? Algo totalmente ajeno a toda esta locura.

Creo que puedo decírselo. ¡Sí! ¡Él lo entenderá! ¡Sé que él...!

--¡Hey! ¡Chicos Z! –interrumpen nuestra conversación.

El profesor Ronald Weasley se dirige hacia nosotros con una túnica azul marino, de no ser porque escuché su voz, no hubiese distinguido entre la penumbra y el color de su uniforme.

Él se acerca hacia Nick Z y hacia mí, sosteniendo una extraña prenda color plata; los hilos son tan finos que, si uno no presta atención, pareciese que desaparecen y reaparecen en el aire. Y debo estar loco, porque sus dedos aparentan desvanecerse entre la luz y volver a materializarse. Es una especie de...

--Detecto alteraciones en las emisiones de radiación electromagnética del espectro visible, provocadas por esa esa manta ¡Sí! ¡Esa manta! –se acerca Nova 8 escaneando al profesor.

Al darse cuenta, Ronald Weasley termina de doblar la prenda y la guarda en su bolsillo, como si no quisiera que preguntáramos más al respecto.

--La situación ha cambiado en extremo, el panorama de la situación ya no es el mismo que hace unos minutos. Chicos, por causas de fuerza mayor, algunos de los directivos y los jedi nos vemos en la necesidad de abandonar el castillo.

Samantha presta atención, dejando caer el trapeador sin importarle otra cosa.

--¿Es algo grave profesor? –pregunta Nick Z

Mueve la cabeza en negativa cerrando los ojos.

--No puedo darles ningún detalle, no es seguro. Solo tengo que pedirles que se preparen.

Él suspira...

Y retoma aliento...

--Existe la posibilidad de que Palpatine envíe un ejército masivo para acabar con Hogwarts. El único candado de seguridad que teníamos para que no lo hiciera, ya no existe. Nova... ahora tienes una tarea importante. Yo me encargaré de llevar esta cosa y algunas escobas a la nave. Tú... prepara todo para la ejecución de uno de los códigos de emergencia.

--Solicito confirmación señor. ¡Sí! ¡Confirmación! Del código que desea propiciar.

Él nos mira, como si no le interesara si nos enteramos de lo que dice o no. Pero por el estrés que percibo en él, por la forma en que aprieta los labios y su agitada respiración, creo saber a qué código se refiere, uno que solo se activaría en caso de que una amenaza que representara el que todos nosotros pudiésemos morir aquí, se presentara.

--Código Rogue One. Prepara el Código Rogue One –concluye.

Heartstopper  ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora