Parte 53.- Charlie Spring (de Slytherin) - Giratiempo

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Mis pupilas están dilatadas, permitiéndome ver cada detalle de la Sala de Menesteres. Cada marca de carbón, cada roca destruida por la previa batalla entre Ben y mi hermana.

--¡Vamos niño, no te canses! ¡Esta vez ya puedes con más! ¡Sé que puedes!

La chispa viene hacia mí, convirtiéndose por un instante en una intensa estrella, disolviéndose en un estruendoso impacto tras chocar contra el bloqueo que he puesto delante de ella.

--¡Eso es Spring! Ya lo tienes –me elogia Draco tras yo poder rechazar tres ataques consecutivos.

Es entonces cuando todas las estatuas apuntan hacia mí, disparando encantamiento tras encantamiento.

Solo es un mero reflejo. Alzo ambas manos, cerrando la mano izquierda y sosteniendo mi varita con la mano derecha. Mis antebrazos ahora cubren mi cuello y mentón, dejando mis dedos a la suficiente altura de mis hombros para que yo pueda ver.

El encantamiento escudo es invocado por mí, como si mi mente ahora asociara esta posición de defensa a conjurar una protección.

Llegan los tres primeros destellos por el frente.

Ya los he anticipado.

Percibo dos que vienen por la derecha; mi abdomen ya ha movido mi cuerpo hacia la izquierda; envolviéndome en un pequeño remolino que me desplaza unos metros hacia la posición que yo deseo.

--¡Tu encantamiento de aparición ya mejoró! ¡Nada mal, niño!

Ya los he visualizado.

Draco ha preparado seis golems en esta ocasión. Cada uno lo suficientemente ágil como para emular a un combatiente estándar, moviendo sus piernas y la articulación de sus manos con la misma tenacidad que una persona real.

Otra amenaza a mi izquierda.

El golem me atrapó.

O tal vez...

Es solo un momento.

Antes de que termine su ataque, yo tomo la ofensiva.

Tengo apenas dos segundos de ventaja. Lo que es más que...

--¡Suficiente! –grito extendiendo la mano con mi varita, emulando un golpe, una estocada certera; el encantamiento aturdidor emerge... y golpea en el blanco.

La estatua pierde su arma, haciéndose trizas su pecho hasta que su cabeza y sus piernas se agrietan.

--¡Ya se terminó! –indica el profesor Malfoy levantando su puño--. Creo que en definitiva ya estás listo para la segunda fase del entrenamiento.

Las estatuas llevan sus rocosas palmas a sus piernas, haciendo una elegante reverencia antes de convertirse también en polvo.

He de confesar que el temor me invade un poco. Draco me dijo que la parte dos de lo que tenía planeado enseñarme era lo más complejo; muy superior en dificultad.

Apenas puedo estar de pie, pero...

Me encanta esta sensación.

Mi corazón esforzándose...

Mis pulmones luchando incansablemente por llevar aire a mi cuerpo...

Apenas puedo respirar, pero...

--Esta vez ya no te quedaste sin aliento. Me impresionas Spring. --Draco toma el amuleto dorado, haciendo girar la rueda en su centro nuevamente--. Uno... dos... tres... y... cuatro.

Siento que nada ha cambiado, ojalá hubiese alguna ventana en donde yo pudiera ver la luz del sol.

He perdido la noción del tiempo dentro de la Sala de Menesteres; lo único que no deja de asombrarme cuando lo veo, es la hora marcada por mi celular. En efecto, las veinte horas han desaparecido de la pantalla; otra vez son las dieciséis horas.

Heartstopper  ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora