Heartstopper Apocalipsis

Parte 10.- Harry Greene (de Gryffindor) - Odioso

--¿Qué pasa Mini-Me? ¿No aceptas que estás chaparrito? ¿Quieres mejor jugar a Austin Powers y que yo soy Dr. Evil?

A veces quiero romperle la cara a ese imbécil. Harry Z sabe dar perfectamente en el blanco cuando se trata de atacar. Bueno, yo sé también dar en el blanco en las mismas situaciones.

Ahora sé cómo se sentía Charlie Slytherin cuando lo molestaba por ser... bueno, un Slytherin.

--¡Al menos yo sí he tenido novia! – Claro que estoy mintiendo ¡Ja! ¡Pero eso debe bastar para que vea lo que se siente!

--¿Ah sí? ¿La has tenido? Entonces lo de googlear en tu celular lo de: "¿Cómo dar tu primer beso?", ¿fue mera curiosidad?

Este imbécil...

--Hijo de... ¿Te atreviste a revisar mi celular?

--Somos la misma persona tarado. ¡No fue difícil adivinar que tu contraseña es tu fecha de cumpleaños! ¡Por cierto! ¡Mcgonagall no les permite el internet para que te metas a Porn-Hub!

Quiero romperle la cara.

Quiero hacerlo trocitos.

Quiero convertirlo en piedra.

Quiero...

--¡Ustedes dos! ¡Ya cállense y déjenme trabajar! ¡Por la barba de Merlín! ¡Ahora entiendo por qué todos se quejan de ustedes! –grita el profesor Longbottom desde su silla

Y de pronto noto una mirada en Harry Z. Esa mirada me lo decía todo. Su apetito por volverse más irritante solo crecía. Su apetito de: "Si voy a ser una molestia, voy a ser la mejor".

--Oiga profesoooooor –le dice mi "otro yo" a Neville--. ¿Quiere que Harry Gryffindor y su servidor le ayudemos en algo?

--Si profeeeeeeee ¿Quiere que le mostremos por qué nos llaman idiotas? –me vuelvo su cómplice.

Y poco a poco, el otro Harry empieza a acariciar, en el estante de madera, cada uno de los frascos de vidrio llenos de flores o líquido que el profesor usa para sus pociones.

--¡No! ¡No! ¡Por favor! ¡No toquen...! –Longbottom entra en pánico--. ¡Está bien! ¡Solo tomen mi portafolios! ¡Hay varias cosas ahí con las que pueden jugar! ¡Solo no toquen los frascos etiquetados con rojo! ¡Y ya lárguense!

¡Ooooohhhh! ¡Santo Cielo! Nadie nunca había conseguido que el profesor Neville le prestara algo a alguien, ni a sus alumnos preferidos.

Mi "otro yo" es genial. Harry Z es genial. ¡Yo soy genial! ¡Somos geniales!