Parte 48.- Charlie Spring (de Slytherin) - El abrazo del basilisco

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Draco Malfoy se mantiene en su silla, cruzado de brazos. Su mirada me incomoda bastante. Levanto discretamente los ojos esperando que su atención se enfoque en otra cosa que no sea mi celda improvisada; pero me encuentro una y otra vez con sus ojos posados en mí.

No sé qué decir, no sé cómo reaccionar a esto. No sé si me está examinando o solo le parezco un imbécil por todo lo que le dije hace unos momentos a mi yo adulto.

Kairyum no me dirigió ni una palabra más después de aquella conversación. Solo tomó su sable de luz, me miró una vez más antes de cerrar la puerta.

Solo puedo escuchar en el techo pasos y galopes en diferentes direcciones. Deben ser los centauros preparándose; deben ser los alumnos y docentes fortificando el castillo.

         --Profesor Malfoy, disculpe, me gustaría... --trato de romper el hielo de una forma muy respetuosa. Pero me congelo antes de poder formular una oración completa.

Draco no se inmuta, no mueve ni el más mínimo músculo facial. Parece que mis palabras no logran remover nada en él.

         --Profesor tal vez... en mis recuerdos haya algo que pueda ser de utilidad, alguna pista que Ben haya dejado escapar. Si pudiera tan solo comentar con usted... tal vez podríamos...

Nada. No se mueve. Empiezo a creer que está muerto o petrificado. Él no me dice nada. ¡Nada!

         --¡Está bien! ¿De acuerdo? ¡Debí decir todo esto antes! ¡Debí revelar que Ben lograba entrar en mi mente! ¡No debí portarme como un...!

         --¡Cállate! –me grita leventándose de su asiento y dirigiéndose a mi celda.

El profesor presiona cinco botones.

Cinco números que violarían las órdenes que Hermione Granger le dio en lo que a mí respecta.

Cinco números que...

Abrirían la puerta que me mantenía en esta prisión.

         --¡Profesor! ¡Yo no...!

         --¡Cállate! –responde nuevamente.

Comienza a asustarme.

En serio, es un comportamiento muy errático fuera de lo que estaba acostumbrado a ver en él.

         --¡Cállate y no digas una sola palabra! 

         --¿Qué está...?

         --¡Que te calles!

Entonces él entrelaza sus dedos con la ondulación de mi cabellera.

Y tira con fuerza hasta que me duele.

Me lleva tirando del pelo hasta el maletín blanco que yace en el escritorio de Mcgonagall.

Ese maletín...

         --Lo mejor para ti es que no grites –me ordena.

Y entonces el seguro se abre, el interior deja escapar un olor parecido al pescado, mezclado con un aroma metálico que eriza mi piel.

Ellos asoman sus cuernos, dejándome ver esos ojos con pupilas contraídas y un instinto asesino como en pocas criaturas se ve.

Draco acerca mi rostro hacia ellos, haciendo que mi olfato pueda interpretar los vapores que del hocico de estas bestias emana.

         --No tengas miedo Spring, es mejor, los basiliscos lo huelen y si te muerden, no tenemos lágrimas de fénix así que será tu fin –me dice a modo que parece burlarse de mí--. Tengo que comprobar algo.

Ambos me respiran en la cara

Inhalan...

Exhalan...

Inhalan...

Exhalan...

Inhalan. Exhalan. Inhalan. Exhalan. Inhalan. Exhalan. Inhalan. Exhalan.

         --Profesor...

Y entonces uno de ellos me muestra sus fauces, posando sobre mí aquellas armas de estremecedora letalidad, cuyo solo rasguño podría condenarme a muerte.

         --Ssssssshaaaaaaaa –parece murmurar uno de ellos, antes de proceder a envolver mi cuello.

Pero no lo tritura, solo lo... lo envuelve, con cariño.

Draco entonces suelta mi cabello, dejándome en presencia de ambas crías de monstruo, permitiendo que deslicen su piel con la mía, haciendo que sus escamas contacten con cada mpusculo de mi espalda. Recorren mi cuerpo, hasta que lo abandonan a través de mi brazo.

         --¿Entediste algo? ¿Pudiste comunicarte con ellos?

         --¿Es usted alguna clase de imbécil? ¡Yo no hablo Pársel! ¡Nadie de aquí lo habla! ¡Ustedes mismos dijeron que esas cosas solo me ven como alguna clase de cachorrito!

Él me toma de los hombros, hunde sus dedos en mi uniforme y empuja mi cuerpo, haciendo que los huesos de mi espalda sientan cada imperfección en la roca de las paredes.

         --¡En efecto! ¡No te perciben como una amenaza! ¡Pero te respetan a pesar de no hablar pársel! ¡Y eso te convierte en una amenaza como ninguna otra! No me sorporende que tu inmadura mente no lo comprenda en este momento.

Lo que acaba de decir hace que mis dientes rechinen los unos contra los otros, que los latidos de mi corazón se aceleren.

Intento apartar sus manos de mi cuerpo, pero mis brazos apenas pueden movilizar una tremenda musculatura, tan bien oculta entre su ropa que nadie se había percatado de ella.

         --¿Amenaza? –pregunto--. ¿Por ser la estúpida burla de todos?

Pero él responde ahora tomándome de la camisa, casi pareciendo que va a levantarme. 

         --¡Tú buscas la ridícula forma de obtener más poder mágico! ¡Estudiando y entrenando hasta desvanecerte! ¡Modificando tu conducta hasta alejar a tus amigos! ¡Envolviéndote en un absurdo deseo personal de probarle a Ben Hope que eres superior a él! ¡Pero es esa misma absurda negación la que te mantiene a su merced! ¡Debilidanto tu mente y permitiéndole entrar a su voluntad una y otra vez! ¡Tu ridícula idea de querer ser lo suficientemente fuerte para hacerle frente tú solo, nos han costado el único factor sorpresa que teníamos!

         --¡¿Y qué hago?! ¿Sentarme aquí? ¿Esperar a que él haga conmigo lo que desee?

         --¡Tu objetivo nunca debió ser demostrarle lo fuerte que eres Charlie! ¡Tu verdadero logro es que lograste sobrevivir a él y a la asquerosidad de aurores que estuvieron aquí! ¡Pero eres un idiota al no darte cuenta! ¡No tengo idea cómo, pero los basiliscos te respetan sin que seas alguien poderoso! ¡Y eso hace que puedas apoyarte de ellos si los necesitas! ¡Algo que en definitiva no te hará una persona talentosa como Voldemort, pero sí alguien tan peligroso como lo fue Albus Dumbledore!

Respira profundo, envolviéndose en un abundante manto de paciencia, relajando cada dedo que me mantenía cautivo.

         --¡Escucha esto Charlie! ¡No tenemos idea de lo que quiso decir el mensaje que nos trajeron los centauros. Hay una mínima probabilidad de que el veneno del basilisco no mate a Palpatine. Pero en caso de que exista... en caso de que él sea la única criatura en el universo mágico que es capaz de sobrevivir a tan letal veneno, es en ese caso que tengo que prepararte para lo peor.

Y dando una mano, hacia él son atraídos dos objetos:

Él me entrega mi varita, junto con algo más... es una especie de... collar, es plateado y en su centro tiene el extraño símbolo de...

         --Charles Spring. Tú acudiste a mí buscando conocimiento. Ahora lo tendrás. Porque la mejor forma de enseñarte lo que en verdad vale de ti no será a través de mi habilidad mágica. Hermione cree que eres una amenaza estando libre, pero yo creo que eres una amenaza aún peor estando en esa prisión. Ahora ven conmigo... y ten enseñaré las verdaderas habilidades que un mago ha de tener, aquellas que los muggles poseen por encima de todos nosotros. Ten enseñaré a dominar tu mente y hechizar los sentidos, a embotellar la fama, generar la gloria e incluso ponerle un alto a la muerte.

Heartstopper  ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora