Star Wars vs. Harry Potter.
Parece que, sin importar del universo que sean, Nick Nelson y Charlie Spring han de continuar luchando contra las adversidades en su interior. Mientras tanto, el mundo mágico ha sido invadido por un ejército de tecnología...
Siento como si perforara en lo profundo de mi mente.
Se siente... como un abrazo.
Un abrazo que toca lo más podrido de mi alma.
Odio cuando alguien atraviesa mi espacio personal solo para demostrar un falso afecto por cortesía.
--¡Duele! ¡Mierda...! ¡Duele!
--¡Señor! –grita uno de los stormtroopers para sacarme del trance.
El espacio abstracto en el cual había florecido un peculiar árbol desaparece. La figura encapuchada que portaba lo que creo eran sables de luz blancos se esfuma de mi campo visual.
De vuelta en el mundo real. En la sala de espera de este lujoso edificio. Cinco de mis soldados de armadura blanca me rodean, pisando con sus botas la alfombra de terciopelo rojo de la sala de espera.
Me recargo un momento en el cómodo sillón, tratando de normalizar mi alterada respiración. Las plantas de plástico decorativas me tranquilizan un poco, pero la tensión me ha invadido como en pocas ocasiones lo ha hecho.
--Informes Ben –oigo la voz de Palpatine acercarse a través de su escolta. Es claro que no iba a darme tiempo de recuperarme por completo.
--Mi Lord... parece que sus sospechas eran correctas. Charlie Spring... afirma que el castillo no tiene la espada.
--¿Cómo estás tan seguro de que no miente?
Trato de inhalar en cuatro segundos... exhalar en ocho. Es obvio que un inminente interrogatorio estaba tocando a mi puerta
--Lo conozco demasiado bien. Puedo casi asegurarle que estaba diciendo la verdad. Intenté conseguir más información, pero... algo se interpuso.
--¿Qué cosa?
Las pupilas de Darth Sidious son en extremo pequeñas. Comienzo a sentir terror, pero tengo que decírselo, aunque no me crea. Por muy ridículo que haya sido lo que acabo de ver y escuchar.
--Era... una chica. De piel caucásica y ojos azules. Y... había alguien más. Una guerrera... cubría su cara con una capucha y portaba sables de luz blancos.
--No te enseñé a usar tu Lazo de Fuerza entre Charlie Spring y tú para que permitas entrar a alguien más, Ben.
--Lo siento maestro. El poder de estas mujeres... era inmenso
Darth Sidious toma asiento, para no verme desde una altura superior. Clava su mirada en mí... de una forma sutil.
--Asumo que aún tienes algo que decirme. Algo más que te inquieta.
--No dijeron mucho. Solo... una de ellas dijo: "Date el aplauso que mereces", seguido de una extraña melodía, que solo me decía...
El solo pensar en esa letra me provoca náuseas. Una canción tan absurda que ni yo puedo creer por qué me la han dedicado a mí. Sí... estoy casi seguro que era hacia mí; porque Charlie al parecer no escuchaba nada.
--¿Qué te decía esa melodía, Ben?
"Date un poco de amor, porque vales la pena". Y entonces recuerdo la tonalidad una vez más, acompañada de cálidas palabras, que tal vez me hubiera gustado oír en algún momento de mi vida, tal vez cuando era niño. Pero que ahora no son más que...
--Mentiras, maestro. Solo mentiras.
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