La taza de té despide un placentero vapor. Casi incitándome a que yo me duerma. Pero no quiero hacerlo, no debo hacerlo.
Me preocupo por todos esos chicos.
¿Cómo se supone que vamos a decirle a estos pequeños que los holocrones nos dijeron que iban a morir? ¿Qué tal vez nosotros no podremos protegerlos? ¿Cómo decirles que serán borrados del mapa por un Destructor Estelar de proporciones colosales?
--Nova, por favor corrobora las medidas
--Ya lo hice señor Charlie. Más de diez veces. ¡Sí! ¡Diez veces!
La oficina de la directora Mcgonagall había pasado de ser un monumento a la magia y la arquitectura medieval, a ser un centro de operaciones con tecnología avanzada.
El holograma de esta monstruosidad proyectado a través del pedestal, comparándolo con los recuerdos que Charlie y yo depositamos en el pensadero de los disparos que casi nos matan al llegar, no hacía más que corroborar que esta bestia tecnológica tenía un tamaño mucho mayor al que conocíamos.
--Entonces los rumores son ciertos –afirma la doctora Herin con una tableta electrónica en la mano--. El acorazado clase Eclipse II mide cerca de dieciséis kilómetros. Y el cañón en la popa es una réplica en miniatura de los cañones de la Estrella de la Muerte.
El holograma gira muy lento, dejándonos apreciar con detalle a esta temible nave estelar.
Nunca había visto algo así.
Es gigantesca. Hacía parecer diminutas incluso a las naves más temibles de la flota Imperial. Su vértice principal es mucho más grueso que el de cualquier Destructor Estelar. Y sus lados están repletos de armamento pesado.
--Los aurores de todo el mundo en Berlín... ¿Es esto lo que los mató? –pregunta la directora Mcgonagall.
--Al tener un largo alcance, puede ser disparado desde el espacio. Una estocada directa y certera a donde tenían que darla. Ni siquiera el generador de escudo que obtuvieron de Darth Nekrom podría proteger a Hogwarts de algo así –concluye Herin.
Kairyum... quiero decir, Charlie. Mi Charlie. Sus ojos están irritados. Su cabello comienza a lucir grasoso y despeinado. Está agotado. Aun así... conserva la calma. No deja de darle sorbos a la copa de oro que Mcgonagall le prestó. Me pregunto qué ha estado bebiendo.
--"El Segundo Eclipse trae oscuridad al hogar" así que a esto se refería la profecía de Trelawney –murmura Ron Weasley para sí mismo—¿Qué hay de los infectados del virus Blackwing? ¿Algún avance con la cura? Aunque no se hayan visto infectados reanimados, eso no quita que Palpatine sigue esparciendo las cápsulas virales en el mundo.
--Ron por favor –suspira Hermione Granger poniéndole la mano en el hombro--. Dejemos que Draco y Neville se ocupen de eso. De nada sirve que ellos trabajen si nosotros no nos encargamos de Darth Sidious.
Ron solo golpea la mesa con el puño antes de tallarse los ojos enrojecidos por la falta de sueño.
--¡No Hermione! ¡No! ¡Ya estoy harto de solo estar esperando y que la investigación no avance! ¡Parecemos un montón de ratas escondidas en una madriguera!
--Hijo... --trata Mcgonagall de calmarlo
--¡¿Quieren dejar de fingir que somos idiotas?! ¡Miren el poder de ese desgraciado tiene! ¡Ha borrado ya cerca de veinte ciudades del mapa sin siquiera haber bajado de su trono! ¡Asesinó a casi todos los aurores con un simple disparo! ¡Ni Voldemort llegó a tener un poder así!
--¡Ron! ¡Ya cálmate! –le grita su esposa.
--¡Hermione! ¡Es que...! ¡Nuestros hijos! ¡Deben estar por ahí! ¿no? No es posible que ellos y mis papás hayan desaparecido sin más ¡Deben estar en alguna parte! --el señor Weasley ya no puede concentrarse, hace días que viene a la sala de operaciones solo para dar vueltas en círculos. Cuando se harta, simplemente grita y se va. Un día tras otro.
No lo culpo.
Sé perfectamente lo que se siente esa incertidumbre. Esa angustia.
No hay cadáveres de sus hijos o de sus padres, pero tampoco hay alguna señal que indique que están vivos.
Hermione Granger por otra parte, trata de mantenerse enfocada. Ella tiene fe en que, si matamos al Emperador, todo esto acabará; que todo volverá a la normalidad; que sus hijos entrarán el próximo año a Hogwarts; que volverá a ver a Harry Potter.
¡Mierda! Siempre me dije a mí mismo que quería estar al frente de una batalla. Le dije a la princesa Leia que quería dirigir los escuadrones. Planear asaltos a las naves del Imperio.
Ahora veo que no tenía la más mínima idea de lo que estaba diciendo.
Todos están cansados. Estamos cansados.
--¿Alguna señal de la Alianza Rebelde? ¿O del mandaloriano? –pregunto con mis párpados a punto de cerrarse.
--Negativo señor Nick –me responde Nova con su tono tan cortante--. Las únicas señales que detecto son las de los Destructores Estelares. ¡Sí! ¡Los Destructores!
Cada que planeamos una estrategia que puede resultar favorable, alguien encuentra otro dato que tumba todas nuestras esperanzas.
Los chicos de la escuela también lo resienten.
En plena noche oigo gritar a muchos de ellos siendo despertados por las pesadillas.
Cuando eso pasa, los pocos aurores que Hermione logró rescatar les gritan que "no sean nenitas".
Mcgonagall insiste en que es mejor que tengan sus celulares para distraerse. Y la interferencia que crea el generador del escudo de Nekrom es suficiente para que nadie nos rastree desde fuera, pero... creo que saber las noticias de lo que ocurre fuera del castillo solo asusta más a todos.
No puedo dejar de sentir que no estoy haciendo nada. En serio no puedo. Me siento mejor que cuando todo esto empezó, que cuando Darth Nekrom me hizo liberar el virus de Kamino.
El estar aquí me ayudó a entender que liberar el virus Blackwing no fue solo mi culpa. Hay muchos factores que se mezclaron para que Palpatine pudiera comunicarse desde el mundo de los muertos con el universo Alfa, para así dar órdenes en el universo Delta y poder experimentar con el virus Blackwing en el universo Beta. Es una locura. ¿En serio existía el mundo de los muertos?
Y al mismo tiempo no puedo dejar de pensar que yo fui parte de que este planeta esté al borde del colapso. Yo fui parte de que mi galaxia esté al borde del colapso.
No pude hacer nada y sigo sin poder hacer nada.
A veces recuerdo las palabras de Darth Nekrom antes de morir: "A todos les gusta jugar al moralista cuando no fueron ellos quienes cometieron el error" y me repugna que esa frase me haga sentir mejor. El androide sin vergüenza que me hizo pasar el peor día de mi vida, también me consoló en él.
--¡Oye Nick! ¿Estás bien? –me pregunta Mcgonagall notando mi evidente disociación.
--Lo siento... estaba... recordando –le respondo tallándome los ojos.
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Heartstopper Apocalipsis
FanfictionStar Wars vs. Harry Potter. Parece que, sin importar del universo que sean, Nick Nelson y Charlie Spring han de continuar luchando contra las adversidades en su interior. Mientras tanto, el mundo mágico ha sido invadido por un ejército de tecnología...