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Ya estaba obscuro y Yohan entró en mi recamara, encendiendo la lámpara de mi mesita de noche, alumbrando mi habitación tenuemente, mientras colocaba en la cama una bandeja con lo que sería mi cena.

-Despierta dormilón, tienes que cenar, te has saltado la comida.

-mgrrr quiero seguir durmiendo.

-Vamos crío, y tienes que tomar unos medicamentos.

Sentí como mi cuerpo se tensó y me hizo recordar todo, y el porqué debía tomar medicamentos para no sentir dolor, ojalá me hicieran no sentir nada, Yohan se acercó y me ayudó para recargarme en la cabecera y poder tomar algo.

-¿Cómo dormiste pequeño?

-¿Y mamá?

-Fue a ver a tus hermanos, no tardará

-Le dije a Jungkook que ... tú y yo estamos saliendo, pero temo contárselo a mamá.

-Hablaremos con ella más adelante si es lo que quieres.

Evidentemente el semblante de Yoyo se relajó, y me tomó de una mano entrelazando nuestros dedos.

-Temía, ¿sabes?, en el hospital no querías que él se apartara de ti, y empecé a creer que habías cambiado de opinión.

-Perdón, no sé porqué lo hice...

-Tranquilo ahora come algo, para que vuelvas a dormir.

Y aquí es en donde Yohan es de nuevo el adulto y yo el crío, la verdad es que lo que menos tenía era apetito, deseaba solo dormir y dormir y un día quizás despertar y no sentir nada, incluso ya no me importaba mi sólo del show, o incluso mi carrera en la danza, si antes sentía mi futuro incierto, ahora no sabia nada, de nada, no tenía idea de como me levantaría de esta.

-Antes de comer quisiera darme una ducha.

Me ayudó y me llevó hasta el baño, me vi la cara por primera vez después del hospital, tenía un moretón gigante en mi pómulo izquierdo, en mi ceja había un pequeño corte, tenía un derramé en el ojo, tenía mi cabello hecho un lío, que al parecer a nadie le importaba, tenía más moretones en mi cuello, por el agarre de mi agresor, no pude seguir mirando, me llegaban flashazos de lo que había sido esa noche, y comenzaban a atormentarme.

Abrí el agua de la regadera y metí bajo el chorro inmediatamente, y las lágrimas se combinaban con el agua, no sé cuánto tiempo estuve bajo el chorro llorando, Yohan tocó a la puerta, era obvio que estaba preocupado, no contesté, se introdujo lentamente y sostenía una toalla en la mano.

-Vamos Jimin ya tienes que salir.

No me inmuté por su presencia, corrió la puerta de cristal, se introdujo y cerró el agua, acto seguido me rodeó con la toalla y me desplazo fuera del baño, el hablaba e intentaba hacerme conversación pero mi cerebro estaba perdido, en algún lugar viendo como caían flores de cerezo y unos labios me sonreían, arrugado la nariz.

-Jimin, jimin, hey crío, tienes que vestirte porque hace frío.

La ropa estaba sobre mi cama, era obvio que yo no la había puesto ahí, acarició mi mejilla con una mueca de preocupación, y nuestros ojos se cruzaron me pude dar cuenta que nunca me volvería a ver como antes, ahora había lástima en su mirada, temor quizás, y eso me partía un poco más, me alejé de él, me enojaba su lástima hacia mí, no es lo que necesito, y los cientos de pensamientos en mi mente no me permiten pronunciar palabra.

Me vestí frente a él sin pudor ni vergüenza, ya nada podía avergonzarme ni dañarme mas de lo que había sido dañado u avergonzado, me senté en mi ventanal, a pesar del frío, el cielo estaba despejado y podía ver la luna.

-No necesito la lástima de nadie, y si no eres capaz de verme y tratarme como antes mejor vete, pretendo olvidar todo e intentar comenzar de nuevo de alguna forma, y teniendote a ti mirándome de ese modo solo me hace sentir más vulnerable como si siguiera en esa obscura habitación con aquel animal.

No se cuales sean las etapas del duelo, pero creo que es evidente que pase a la etapa del enojo, y dentro de mí temía lastimar a las personas que me importaban, caminé de nuevo a mi cama y me senté para comer un poco, pondría todo mi esfuerzo para lograr salir de esta lo mejor librado posible, intentaba actuar lo más normal y calmado posible.

Mamá aún no había llegado y el cansancio me estaba venciendo, caí dormido con la esperanza de poder hablar con ella o incluso despedirme, pero mi cuerpo ya no pudo más.

-¡Auxilio!, ¡auxilio!, no me toques, no me toques!

-Hey cariño, mi niño despierta, estás teniendo una pesadilla amor mio.

Era mamá quien me hablaba un poco alterada, ;Yohan apareció también y se quedó asustado en el marco de la puerta, mamá se apresuró a darme un poco de agua, que siempre tengo en mi mesa de noche, me abracé a ella después de tomar agua, al principio mi cuerpo temblaba y me llegué a preguntar si algún día lograría superarlo, intenté calmarme puesto que sé que mamá se tenía que ir en poco tiempo.

Se fue alejando para colocarse mejor en la cama, su rostro era aflicción pura, le mostré una media sonrisa.

-Debes dormir mamá, estoy mejor, Yohan me acompañará hasta que me duerma.

Mi mamá y Yoyo cruzaron miradas, y después él me miró a mí, había estado un poco distante, después de mis duras palabras.

Mamá se levantó y permitió que Yohan entrara en mi recamara, acercó la silla a mi lado de la cama.

-Creí que me querías lejos pequeño.

-Pero ahora no, no quiero estar solo, ahora tengo miedo de dormir, siento miedo, mucho miedo Yoyo, quisiera que te acostaras conmigo.

-Tu mamá está en casa Jimin, nos podría ver, prometo quedarme aquí a tu lado y velaré tu sueño.

Le tendí mi mano y él la tomó y dió un ligero apretón me acomodé mejor en la cama y volví a dormir, pude sentirme más seguro con su mano sujetando la mía, cerré los ojos e intenté dormir, creo que por minutos lo hacía, pero el temor interrumpía, una de las veces que desperté contemplé a Yohan se había quedado dormido, estaba un poco recostado en la silla, su cabeza colaba un poco del lado derecho.

Me hizo pensar que él realmente era una excelente persona y que al estar conmigo, saldría lastimado, se comenzaron a ver los primeros rayos del día, que se colaban por mi ventana, escuché a mi mamá, me incorporé y solté suavemente la mano de Yoyo, seguía dormido, caminé hacia la recámara de mamá, estaba terminando de arreglar sus cosas, cruzamos miradas, y me regaló una tierna sonrisa

-Mi niño, qué haces despierto, aun es muy temprano para... para ¿la escuela? O es muy pronto.

-Mientras más rápido recupere mi rutina más pronto tomaré el control de mi vida.

-Pero cariño, necesitas reposo y descansar.

-Estoy mejor de lo que aparento.

Mentí, ya era muy fácil para mi hacerlo, estaba aterrado de salir, de estar rodeado de gente, pero quedarme en casa solo me hacía pensar una y otra vez en lo que me había pasado.

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Triste Trastorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora