Esa noche me puse mi chamarra y salí en camino a casa de Jungkook, aún no era tarde y podría pasar un tiempo con él, cuando llegué su tía venía llegado con la par de bolsas de mandado, y la ayudé a entrar, ella me sonrió con gusto al verme a su lado.
Llevamos todas las compras a la cocina, y me agradeció con un breve movimiento de cabeza, me indicó que podía pasar a la habitación de Jungkook, supongo que el que ella supiera que teníamos una relación, hacía más fáciles las cosas, subí las escaleras contento por visitarlo, conforme me fui acercando escuché la voz de una chica proveniente de su habitación.
Me detuve antes de seguir mis pasos, intenté eliminar esos pensamientos estúpidos en mi cabeza y me acerque más a la puerta.
-Hyori detente, me haces cosquillas.
¿Pero qué demonios? Abrí la puerta con enojo y los encontré en una situación comprometedora, Jungkook no tenía camisa y ella sostenía su mano, ambos me observaron de pie en el marco de la puerta y yo sólo comencé a retroceder en silencio, bajé la escalera como alma que lleva el diablo, a punto de caer dos veces y salí corriendo a toda velocidad a casa, pero en minutos desvié el camino, sabía que Jungkook me iría a buscar en casa, o quizás no lo haría.
-Tae yo los vi, si no hubiera abierto la puerta quién sabe qué hubiera pasado.
Lloraba en su hombro, y él me consolaba en silencio.
-Vamos Chim chim, te llevaré a casa, para no preocupar a tu mamá.
Cuando llegamos a casa mamá estaba abajo, esperándome, sé que hay un sexto sentido de mamás en el que pueden sentir el dolor de sus hijos, y ella sabía que yo no estaba bien, entré a casa intentando actuar normal, pero más tardó mi madre en abrazarme que yo derrumbarme y llorar entre sus brazos.
No dijimos absolutamente nada y ella no preguntó nada, me despedí como siempre con un dulce beso en su mejilla agradeciendo por sus abrazos que eran como un bálsamo en mi vida, llegué a mi recámara y fui presa del enojo, comencé a arrancar todas las luces y decoraciones, sí que había sido un estupido, al haberme enamorado en tan poco tiempo, estaba furioso, y yo en ese estado era como dinamita.
Jungkook llamó a mi celular infinidad de veces, pero yo no quería hablar con él, bien dice mi mamá que lo que se ve no se juzga, por eso ni un mensaje ni una llamada, "estaba ocupado", aventé mi celular al suelo, y solo me atormenté recordando una y otra vez la imagen de Jungkook frente a esa chica, ¿que tenía ella que no tuviera yo? Cierto, yo soy yo, imperfecto hasta el carajo, y ella, hermosa, por qué lo puedo admitir, era hermosa, delgada, ojos grandes, facciones muy finitas, cabello largo y lacio, en fin...
Me quedé dormido del enojo y de la tristeza, mamá no me habló para la cena, creo que entendió mi estado de ánimo, a la mañana siguiente un delicioso aroma me despertó revisé la hora en mi despertador en mi mesita de noche, las 10:00am
¿Las 10:00am?
-¿Mamá?
Salí de la cama, y bajé un poco desconcertado porque no obtenía respuesta, cuando llegué a la cocina estaba ahí, Yohan...
-¡Ah!,eres tú...
-Buenos días a ti también pequeño.
-Como digas, seguiré durmiendo.
-Jimin, tienes que comer no puedes saltarte comidas.
-Pues adivina que... el día de hoy no pienso hacerte caso.
Giré sobre mis talones y cuando estuve por salir, su mano tomó mi muñeca, de una manera firme, pero sin lastimar, me giré para encararlo y sin darme cuenta quedamos muy cerca, saben, si las miradas matarán ya lo hubiera dejado muerto, él no soltó el agarre y me mantuvo la mirada, definitivamente yo era el campeón en la guerra de miradas, y aunque nunca perdía esta vez fue extraño, poco a poco me tranquilice, y mis gestos se fueron suavizando, y el fue soltando mi muñeca sutilmente, no sé cómo me había desarmado, sino también me había dejado mudo.
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Triste Trastorno
FanfictionNo todo es lo que parece, lo que vemos fuera de nuestras casas son fachadas, mascaras que construimos para presentarnos ante los demás, a pocas personas les damos acceso a nuestro verdadero yo, y la persona que se queda aún conociendo lo más crudo y...