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Desperté por la luminosidad del cuarto, giré para ver el otro lado de la cama y estaba vacío, me salí de la cama y me metí a bañar y me arreglé aprovechando que no estaba.

Bajé a la cocina pero no estaba, no había puesto atención, en la hora que eran, pero si me desconcertaba no encontrarlo, encontré una nota en la cocina.

《Tuve una pequeña emergencia pequeño, no tardaré en volver, espérame para desayunar. K Y 》

Me senté en el comedor, un tanto aburrido, y tuve una idea, yo prepararía el desayuno, active mi bocina inteligente y me dejé llevar por la música, comencé cortando fruta, y la coloqué en un bowl, saqué algunas verduras, y las corte para freírlas un poco y condimentarlas, herví un poco de agua para preparar un poco de ramen picante, y saqué carne para asarla en el comal, con mucha cebolla, cuando terminé puse la mesa y arreglé todo se veía delicioso, estaba sorprendido que hasta a mi se me antojara, me recosté sobre la mesa para esperar estiré mi brazo sobre la mesa y recosté mi cabeza en este, la música seguía sonando, y sin darme cuenta me dormí.

El dolor de espalda me despertó me había quedado dormido en la misma posición, cuando revise la hora en mi celular me dí cuenta ya eran las 2pm y Yohan aun no llegaba, y no tenía su celular, ¿y si le había pasado algo?, no, son solo ideas mías, me levanté de mi asiento y subí a mi recámara, me puse a hablar con Tae para distraerme, él estaba saliendo de la escuela, la verdad es que si me había molestado por dejarme plantado.

Tae vino a la casa después de la escuela, pero la verdad no quería estar en mi casa, le dije que fuéramos a algún otro lugar, él ofreció llevarme donde trabaja su crush, era un bar pequeño en el centro, igual que todos los cientos de bares por esta zona, nos acercamos a la barra y ahí estaba el chico bailarín, pero que pequeño es el mundo, nos pidió un par de cervezas y no se porqué se me hizo estupenda idea beber, estuvimos un par de horas, bailando y bebiendo, la verdad me caí un par de veces, y vomité todo al salir del bar, todo me daba mucha risa y el mundo me daba vueltas, Tae me iba casi cargando.

-¡Sha shabes que te quieroh mucho!

-Creo que fue muy mala idea traerte.

-Sho shiempre quiero a todoh el mhundoh y nadieh me quiereh.

-Vamos Jiminie te llevaré a casa.

Llegamos a casa y todo estaba apagado, lo sabía él no había regresado en todo el día, como pudo Tae me arrastró a la casa, es un chico alto y fuerte, pero yo estaba en calidad bulto, osea peso muerto, y le estaba costando la tarea, ya en casa me dejó en un sillón, mi cuerpo cayendo de lado sobre este.

-Te daré un café, para bajarte esta borrachera.

Después de entrar a la cocina se puso a los gritos.

-¡Pero no has comido nada!

-El nunca shegó

-Pero Jimin, tienes que comer algo.

Como pudo me recargo en el sofá me empezó a acercar un poco de ramen, pero yo me resistí demasiado, tenía que esperarlo, él me dijo que llegaría, y yo lo iba a esperar.

Tae se desplomó en el suelo contemplándome, se que ya estaba preocupado, de un momento a otro se abrió la puerta de entrada, llegó Yohan, evidentemente cansado, nos contempló por un momento y se dió cuenta que algo no estaba bien.

Se que Tae le contó todo, ya que se fueron a la cocina a hablar, cuando salieron de ahí mi mejor amigo me dió un beso en la frente y se fue, prometiendo volver al día siguiente, Yohan se quedó ahí detrás de él, nuestras miradas se cruzaron de nuevo, esta vez para mí era indescifrable, apenas podía acordarme de mi propio nombre, se acercó y me tomó en sus brazos.

-Jimin has hecho mal al no haber comido, tendré que reportarle a tu madre.

-Tu nuncah shegashte!

Y me abracé más a él, llegamos a mi recámara y me dejó sentado en la cama, fue a mi baño y abrió la ducha.

-Lo primero que haremos es bajarte esa borrachera.

Regreso del baño y comenzó a desvestirme, sacando cada prenda y dejándola doblada sobre la cama, me dejó solo en boxers, me tomó entre sus brazos para caminar al baño, la verdad la desnudez de mi cuerpo me hizo sentir vulnerable e inconscientemente comencé a temblar, me ayudó a entrar a la ducha.

-Eshto eshtah frío.

Luche por salir de la ducha pero él me contuvo ahí, mojándose un poco también, comencé a tener espasmos por la frialdad, él aseguraba que no estaba fría, y me explicaba que era la descompensación de mi cuerpo.

Me sacó envuelto en una toalla, quizás si, se me había bajado un poco la borrachera, le dije que yo me vestiría, y lo saqué del cuarto, me puse mis boxers y saqué una pijama, todo se me cayó al suelo, me agaché a recoger la ropa pero perdí el equilibrio, y quedé sentado en el suelo, me recargué en la cama un momento para tomar fuerzas, pero me quedé dormido, con mis ropas en las manos.

Yohan entró, me levanto del suelo y me acostó en la cama, intentaba despertarme pues decía que además debía comer algo, que tan difícil era dejarme dormir, ya mañana será otro día.

-Anda crío, déjame vestirte, de-fi-ni-ti-va-men-te pre-fie-ro al Ji-min gru-ñón.

Cuando estuve vestido me cargó hasta la cocina, me sorprendí al ver aún estaba sobre la mesa lo que había preparado de desayuno, se recargó sobre la mesa con ambas manos agachando la cabeza, y suspiró muy fuerte.

Levantó todo, solo calentó agua y preparó ramen, se sentó a mi lado y puso los dos recipientes.

-Tienes que comer aunque sea un poco.

-¿por qué No llegaste?. Yo te esperé, y cociné.

-Discúlpame pequeño, me fue imposible, y en definitiva necesitamos darnos nuestros números.

-Ya no importa Yohan.

Comencé a comer en silencio, me sabía a gloria, y cuando me sentí saciado me disculpé y me fui a dormir, dejando todo en la mesa inclusive, al cansado y cabizbajo enfermero.

Esa noche me encerré en la habitación de mamá, por ningún motivo permitiría lo que pasó la noche anterior, aunque la verdad si lo deseaba, al parecer mi no tan borracho cerebro buscaba protegerme de más decepciones.

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Triste Trastorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora