(( 50 ))

205 26 0
                                    

-Tengo miedo, he añorando tanto mi sólo, y ahora que falta una semana estoy aterrado.
-Calma Jimin, sabes que eres increíble y lo disfrutarás mucho todos estaremos ahí para animarte y ni tu mamá ni tus hermanos se lo perderían por nada, y no creo que Jungkook falt...
-El no estará... tendrá que viajar a Busan y no hay nada que hacer.

Salimos del salón donde hacía mis ensayos, algunas veces me acompañaba Tae y otras tantas me hacía compañía Jungkook, pero esa semana Jungkook estuvo en detención por haber peleado con un maestro por lo que no pudo estar mucho conmigo, era tarde de viernes, Tae solo me llevó a casa y se fue, tenía planes con su novio.

-¡Llegué a casa mamá!!

Grité pero no obtuve respuesta, ni siquiera mis hermanos estaban, se me hacía un poco raro su ausencia, entré a la cocina y encontré lo que no podía faltar mi comida y una nota.

《Cariño salí con tus hermanos fuimos al cine y los llevaré a cenar, luego tu y yo haremos lo mismo... calienta tu comida, cierra bien y si sales avísame por favor. Te amo ... mamá! 》

Después de comer, me senté en la sala por un rato, y me puse a ver una película en Netflix, se sentía tan extraño estar solo, cuando un sonido de motor afuera me hizo sonreír de oreja a oreja, me levanté y abrí la puerta, y ahí venía mi grandote, con una rosa roja en la mano.

-¡Hey bonito!
-Hola grandote, creí que seguirías castigado.
-Mi tío me levantó el castigo por ser viernes.

Abracé a Jungkook y él me rodeó por la espalda y me levantó un poco haciéndome reír, cuando me puso en el suelo me dió la rosa y me sonrojé un poco, lo jalé de la manga de su chamarra para que entrara.

-Se molestará tu mamá
-Ella no está, pronto hablaré con ella, pero creo que tenemos que hablar tu y yo primero.

El entró y se tiró sobre el sofá, y yo me senté al lado de él.

-¿y bien?- preguntó Jungkook de una manera desinteresada.
-ok, ¡no hablarémos y ya! Si a ti no te importa, a mi menos

Jungkook se enterneció por mi berrinche, pero yo no quiero dar nada por hecho, hice el movimiento para levantarme del sofá y él me sostuvo con ambos brazos haciéndome sentar sobre su regazo.

-¿Tienes dudas gatito?
-No es que haya dudas, tengo muy claro que tu me amas y yo te amo.
-¿Entonces?
-Que no me has preguntado nada y es como si todo siguiera igual.
-ok Bonito, ¿quieres oficialmente ser mi novio y de nadie más, y yo ser tuyo y de nadie más, y amarnos para siempre?

No hubo necesidad de más palabras, lo besé con cariño, mis brazos rodeando su cuello y mis manos aferrándose a su negra melena y él con una de sus manos en mi espalda y otra en mi cintura, fuimos lento y delicioso, saboreandonos, mordiendo nuestros labios y arrancando suspiros y jadeos.

Me separé de él de golpe, y mi corazón latía a mil por hora, y nuestras miradas estaban conectadas, uní mi frente con la de él, me bajé de su regazo y le tendí mi mano para que él la tomara, lo jalé para levantarlo del sofá y me siguiera por las escaleras hasta mi recámara.

Antes de entrar él me detuvo para que me diera la vuelta y me acorraló entre sus brazos.

-No creo que sea buena idea, aún no ha pasado mucho tiempo de ...
-Sé lo que piensas, y para superarlo hay que aceptarlo, abusaron de mi, pero eso no me definirá Kookie, necesito tus besos y tu calor, estoy seguro de esto, quiero sentirte, me siento tranquilo y seguro y si en algún momento dudo, yo sé que tu te detendrás y no habrá problema.

Sin más aprisionó mi boca en un beso candente y fogoso, me condujo a mi recámara, sin romper el beso, sentí su deseo, e intensidad, sus manos me sostenían con fuerza, llegamos hasta la cama y me colocó suavemente en ella, él fue a cerrar la puerta, y ponerle llave, regresó a mi con una sonrisa pícara, yo sentía nervios, es cierto amo a este chico, y con solo su sonrisa pícara y su mirada candente me podía desarmar, mientras se acercaba, retiró su enorme sudadera, tirándola al suelo, se sacó los zapatos, todo con mucha cadencia, tomó su celular y puso algún tipo de playlist, que se sentía romántico, me enderecé en la cama para quitarme los tenis y sacarme la chamarra, se subió a la cama sentándose a horcajadas sobre mis piernas, nos fundimos de nuevo en besos candentes, él sostenía mis manos sobre mi cabeza pegando su cuerpo completo al mío, se acercó a mi oído y susurró palabras pícara y obsenas, haciéndome estremecer y aumentando el deseo, mis manos ansiosas le quitaron la playera, olía tan bien, desprendió más su aroma al quitársela, rompí el beso para observar su torso, era exquisito, y mis manos recorrían su piel caliente, besó mi mentón y siguió un camino por el cuello, desabrochó los botones de mi camisa dejando besos cada vez que abría un botón e iba dejando al descubierto mi torso, dejando también una que otra mordida, mi piel se erizó un par de veces por sus caricias, cerré los ojos y me permití experimentar todas esas sensaciones, sintiendo su respiración sobre mi piel, sus labios húmedos acariciándome, mi mano jugueteaba en su cabello.

Triste Trastorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora