Acepté comer pizza por primera vez en mucho tiempo, la verdad es que su sabor era delicioso, y por el momento me sentía tan satisfecho, nos dirigimos a mi recámara para dormir, Yoyo se durmió rápidamente, pero yo aún meditaba lo que había pasado entre él y yo, luego vinieron más sentimientos y pensamientos y el que terminó atormentandome fue la pizza, solo pensaba en las calorías, y en cuanto engordaría, no pude con la ansiedad y me dirigí al baño de mi madre, abrí el agua del lavamanos y la dejé correr por unos minutos, empezaron a caer un par de lágrimas de mi rostro, no quería hacerlo, y comencé a caminar en círculos, manteniendo un fuerte debate en mi mente.
Tenía que hacerlo, el show sería en 5 semanas, necesitaba estar de la mejor manera posible, empezó a haber demasiado ruido en mi cabeza, mis manos comenzaron a temblar, y la respiración a ser errática, hacía mucho que no tenía un ataque de pánico por la comida, mi visión se nubló de repente, abrí la puerta con demasiada torpeza, tropecé cayendo sobre mis rodillas, intenté incorporarme sin lograrlo, caí por segunda vez, me costaba respirar, se acababa el oxígeno, no podría llegar a Yohan.
Me estiré para jalar algo del escritorio de mamá y cayera para hacer ruido, y terminé tirando una pila de libros junto con un cenicero de cristal que se rompió en cientos de pedazos haciendo un fuerte sonido, pero no hubo respuesta, intenté lo que siempre hacía Tae, "un... sonido... la risa de Jungkook, un aroma... tabaco y menta, esto.... No.... funciona.... Mí celular empezó a sonar, los segundos seguían pasando, el oxígeno comenzó a ser escaso, Yohan llegó corriendo soltando el celular en el suelo.
-¡Carajo! Jimin, vamos pequeño, respira, respira Jimin.
Me sostuvo entre sus brazos y me aferré a su playera, las lágrimas escurrían por mis mejillas, y la tos se hizo presente, sentí las manos temblorosas de Yoyo, estaba perdiendo el control, estaba asustado, me tomó entre sus brazos y se dirigió al baño de mamá, me colocó en la tina casi inconsciente, y abrió el agua fría, haciendo que los espasmos por la temperatura me hicieran temblar, logró hacerme reaccionar y salir de mi ataque, aferrándome a su cuello.
-Lo siento, no te escuche, yo... no te ví y tu teléfono...
-Estoy mejor.
-¿Quieres hablar al respecto?
Me levantó de la tina y me cubría con una toalla, me acompañó a mi recámara y me ayudó a sentarme en la orilla de la cama.
-Yo no debí... no debí comer esa pizza, y no quiero lastimarte, tengo miedo Yohan.
-Perdón Jimin se supone que yo tengo que cuidarte y he hecho todo lo contrario.
Me abalancé sobre él y me aferré a su cuello, y me solté a llorar, sabía que no estaba bien y la pantalla que tanto me esforzaba a poner frente a mí para engañar a todos se había caído.
A los pocos minutos se escuchó alguien en la puerta, Yohan y yo cruzamos miradas, ¿quién sería a esta hora? Eran alrededor de medianoche, Yoyo bajó para atender, se escuchó un alboroto abajo y apareció Jungkook en el marco de la puerta.
-Jimin por Dios, ¿estás bien? Escuché todo en el teléfono.
-Jungkook ¿que haces aquí?
-Necesitaba saber que estás bien, casi moría en casa al escuchar.
-Ya estoy mejor, no tienes que preocuparte.
Se acercó y me abrazó, y me sostuvo en sus brazos yo solo me quedé estático y cerré los ojos, como extrañaba su cercanía, y estar entre sus brazos, él recargó su cabeza contra la mía.
-No sabes como te he extrañado gatito - susurró nada más para mi.
-Tienes que irte.
Le susurré también, aun sin moverme, aun sin soltar su playera a la que me había aferrado en su abrazo, me dolía tanto tenerlo ahí, tan cerca de mí respirando su aroma y sintiendo su calor, aun lo amaba, y aún lo necesitaba tanto, pero ni siquiera habíamos hablado de nada, me había dedicado a huir de él, y ahora estaba envuelto en otro tipo de algo, a punto de lastimar a un lindo chico.
-Tienes que irte ya.
Se escuchó una voz fuerte y fría fuera de la recámara, era Yohan, se que estaba muy molesto, Jungkook fue soltando su agarre, y mis manos aún no soltaban su playera, levantó mi mentón haciendo que volteara a verlo, y nuestros ojos se encontraron.
-Voy a luchar por ti Jimin, me convertiré en alguien digno de ti, te demostraré que puedo ser mejor, por favor no me saques de tu corazón.
Y dió un paso y se alejó, cruzó miradas con Yohan y salió de la recámara, me quedé inerte, Yohan esquivó mi mirada y eso se sintió mal, bajé las escaleras después de él, yo seguía empapado y temblando un poco, él cerró la puerta principal y recargó su frente en ella, lo observé en silencio sin decir nada.
Al girar se sorprendió de verme ahí parado, contemplándolo, con las lágrimas a punto de escapar de mis ojos, él se quedó en su lugar pensando un poco, luego caminó hacia mí, me extendió la mano y me jaló detrás de él para llegar a mi recámara.
-Hay que dormir ya es tarde crío.
Me detuve antes de entrar a la recamara y solté su mano, y él se sorprendió un poco, mi cabeza iba a 1000 km/hr, en pensamientos.
-Te estoy lastimando, y es lo que menos quiero, me siento bien estando contigo, y me gustas, creo que eso ya ha quedado claro, pero no está bien que aún haya alguien en mi corazón, porque aún soy susceptible... como quisiera haberte conocido antes y así...
Se abalanzó sobre mí y unió nuestros labios, fue un beso dulce y sé que lo hizo para que no dijera nada más.
-Yo aguantaré Jimin, y sé que me ganaré tu corazón, no tengo miedo, vales la pena, y tengo toda mi energía e interés en ello, solo dame la oportunidad pequeño.
Estaba tan confundido, porque mi corazón sabía que no había más lugar que para Jungkook, pero mi mente me decía que Yohan es lo mejor que me podía haber pasado.
-Hay que dormir, se que este día ha sido difícil.
Me arrastró de nuevo a la habitación, cambié mi pijama y nos metimos a la cama, él se mantuvo al margen, apenas tocaba mi pie con el suyo, haciéndome saber que estaba ahí y los dos caímos dormidos.
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Triste Trastorno
FanfictionNo todo es lo que parece, lo que vemos fuera de nuestras casas son fachadas, mascaras que construimos para presentarnos ante los demás, a pocas personas les damos acceso a nuestro verdadero yo, y la persona que se queda aún conociendo lo más crudo y...