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-Jimin despierta te habla mamá, está en la cocina.

-Jinie déjame dormir, hoy no tengo que ir a la escuela.

-O haces caso o ella vendrá a despertarte y sabes que eso no será lindo.

Gruñendo y de mal humor me levanté de la cama, sin siquiera arreglarme el cabello o limpiarme la saliva de la mejilla, estaba muy consciente que no iría a la escuela y quería dormir un poco más, así que bajé la escalera con los pasos más pesados y fuertes que podía dar, haciendo saber a toda la casa que estaba de mal humor.

Cuando me asomé a la cocina, estaba un chico Joven, con uniforme de enfermero, tomando algo en una taza, cuando mi mamá volteó a verme no pudo evitar sonreír de una manera burlona, y yo no pude evitar ponerme rojo como tomate, el chico sonreía divertido de mi tan desaliñada imagen y mi cara de sorpresa.

-Cariño el es Kim Yohan, es enfermero, trabaja con el doctor Nam, lo mando para poder apoyarnos en...

-Mucho gusto Jimin, soy Yohan.

Mi mamá pasó al lado de mi dejando un beso en mi mejilla, gritó a mis hermanos para que subieran al coche y llevándoselos para ir a la escuela, y ella dirigirse a su trabajo, regresé la mirada al enfermero, y volví a sonrojarme, era realmente lindo, pero más que nada, me sonrojé por la vergüenza de mi imagen en ese momento, me disculpé y le dije que regresaría en unos minutos.

Sé que era una descortesía dejarlo solo, pero definitivamente me pondría un poco más presentable además de avisar a Jungkook que él estaba en casa, y que no sabía cuánto tiempo se quedaría.

Cuando llegué de nuevo a la cocina, olía delicioso, me aclaré la garganta, y entré en la cocina, no quería sorprenderlo, él se giró y me sonrió.

-Sé que te preguntas qué hago aquí, yo apoyo al doctor Namjoon en el seguimiento y continuidad de tratamiento en pacientes con...

-Entiendo - lo interrumpí, -, y ¿cuanto tiempo te quedarás..?

-Solo me cercioraré que tomes todo el desayuno y me quedaré una hora más, evitando que...

Nuevamente hizo una larga pausa temiendo hablar en voz alta.

-Puedes decirlo, evitando que vomite, se lo que tengo y contra lo que estoy luchando y no, no me romperé si lo dicen en voz alta.

Después de esa incómoda conversación sirvió dos platos, lo revisé, con cuidado y me sentí tranquilo, era muy parecido a lo que me daban en el hospital y lo que me había cocinado mamá.

Comenzamos a comer en silencio, me sentía un poco ofendido por la niñera ahí enfrente, pero pretendía despacharlo rápido para que Jungkook pudiera entrar a casa y no hubiera algún problema.

Terminamos el desayuno aún en silencio, me levanté y lavé los trastes sucios, era la regla de mamá, ella cocina los demás lavan los trastes, supuse que aplicaría igual con el intruso, después de terminar me despedí anunciando que iría a mi recámara.

-Disculpame Jimin pero no tienes permitido retirarte, hasta después de una hora.

-¿Una hora?, ¿es en serio?

Asintió con la cabeza y un sonido en su garganta que denotaba una respuesta positiva, suspiré y me dirigí a la sala y me desplomé sobre el sofá, él me siguió y se sentó cerca, con su estúpida sonrisa, y buen humor, estoy seguro que él también detestaba estar aquí, sacó un libro de su mochila y se puso a leer.

Saqué mi celular, aun no tenía respuesta de Jungkook, entonces empecé a jugar para distraerme mientras pasaba el tiempo.

No dejaba de bufar y gruñir por mi evidente estado de ánimo mientras dedicaba miradas de molestia al individuo sentado a lado mío, escuché como respiro profundamente y dejó el libro sobre la mesita de centro.

-Mira Jimin, esta será nuestra dinámica por lo menos por esta semana, y se irá ajustando a tu rutina, así que, podemos intentar hacer el ambiente agradable o lo podemos hacer lo más pesado e insufrible que tu quieras.

-Pero qué profesional, pobre de tus demás pacientes.

-No pequeño, tu eres el único niño mimado que obtiene mi mejor lado, así que te recomiendo no me retes, yo no pierdo.

-Hablaré con el doctor Nam, estoy seguro que hasta te despedirá por tu atrevimiento.

-Qué ternura pequeño, sabes ... Él me solicitó especialmente a mi, soy especialista en casos difíciles y en niños mimados.

Si buscaba hacerme enojar lo había logrado, me levanté como una fiera de mi asiento y me dirigí a las escaleras, y corrí para encerrarme en mi cuarto, pero cuando intenté cerrar la puerta él interpuso su pie, evitando cerrarla.

-Estoy totalmente seguro que no puedes estar en mi habitación, a solas.

-No te confundas pequeño, eres todo lo opuesto a mis gustos, y soy lo suficientemente profesional para evitar involucrarme con mis pacientes... así que tranquilo no corres nada de riesgos.

Me tiré sobre la cama y crucé mis brazos detrás de la cabeza, reproduje música en mi "bocina inteligente" para poder ignorarlo completamente, el se quedó en el marco de mi puerta, y observó mi cuarto con detenimiento, terminando por estudiarme a mi tirado en la cama, pude notar un ligero rubor en su rostro y cómo retiró repentinamente su mirada, levanté mi cabeza para observar mi cuerpo tendido sobre la cama y note que por el movimiento de aventarme sobre la cama, parte de mi abdomen había quedado descubierto, "pervertido".

Nos quedamos en silencio el resto del tiempo, de repente timbró una peculiar alarma, me dedicó una breve mirada, y se despidió.

-Hasta mañana pequeño, espero encontrarte de mejor humor mañana.

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Triste Trastorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora