Despertarse a las seis para ir a trabajar no fue agradable esa mañana para Camila, para ella no era costumbre estar despierta después de las diez de la noche, porque si no hacía completas las ocho horas de sueño se levantaba de humor rancio y que dios se apiadara de quien se le pusiera en frente. Dormirse a las tres, despertar a las seis y estar al frente de su trabajo con el agravante de la mano lesionada sería un suplicio, lo sabía. Pero había tenido tanto que oír de ella, tantas lágrimas que dejar salir.
¿Cómo le hará Lauren para ir hasta el restaurante, si no tenía la bici?
Quizá debería pasar a recogerla, teniendo en cuenta que fue por ayudarla a ella que dejó la bici en el restaurante. Pero Lauren no entraba tan temprano. Sería mejor dejarla dormir. ¿Pero y si le habían dado más ataques de ansiedad después de irse?
Ella le había pedido que no se fuera, que podía quedarse a dormir en la habitación que tenia libre, pero no había aceptado. Le había propuesto ir a llevarla, pero tampoco quiso excusándose en que al menos por esa noche descansara la mano herida y se fue en taxi. Ella no había insistido de más porque quizá todavía no estaba lista para revelarle que vivía en el hostal.
Decidió que, por más que quería hacer cosas por ella, tenía que moderarse, no podía empezar a asfixiarla, por lo que resignada condujo hasta el restaurante para empezar la jornada verificando inventario y supervisando que los proveedores entregaran los productos con el nivel de calidad exigido.
_¿Qué tal tu mano? _Le preguntó Nicole, entrando al cuarto frío.
_Me pusieron ocho puntos de sutura, así que como imaginarás estoy adolorida, pero funcional. -Repuso con una sonrisa, restándole importancia.
_Qué bueno, Camila, me alivia saber que no es grave. -Le devolvió la sonrisa y caminó hacia la salida, cuando ya alcanzaba la puerta, agregó:
_Casi lo olvido, Lauren recién me llamó para excusarse, no puede venir hoy, así que tienes que apoyarte en las otras dos ayudantes.
_Está bien, Nicole, gracias por avisarme. -Trató de sonar natural, aunque la noticia le había pegado como patada de mula, seguro había seguido mal. Una vez que la mujer salió de la bodega, sin dudarlo, sacó el móvil y marcó su número.
_Hola. -La voz al otro lado de la línea sonó más ronca de lo habitual.
_Lauren, perdona por llamarte tan temprano. ¿Estás despierta? -Faltaban apenas unos minutos para las nueve en su reloj.
_Por supuesto, no creo padecer de sonambulismo. -Respondió bromeando. -¿Cómo estás esta mañana, Camila? ¿Cómo sigue tu mano?
— Bien, mi mano está bien. -Le respondió atropelladamente. _Me dijo Nicole que vas a faltar hoy.
_Sí, necesito hacer unas cosas personales y no me es posible ir. -Le explicó y en seguida se preocupó, por lo que agregó: _¿Crees que se te complica el día con una ayudante menos?
-¿Qué? No, no, no.
-Porque si se te complica, todavía estoy a tiempo de llegar a las 10 como todos los días. -Ofreció.
_No, está bien, Lauren. Solo que me preocupé, pensé que estabas mal o algo. -Decidió ser franca. _Ya sabes, después de lo de ayer y que no vengas hoy...
_No se trata de eso, en serio. -La tranquilizó. _Es que tengo que hacer unas cosas que no pueden esperar, quizá te cuente después.
-Está bien, me quedo tranquila. -Aceptó sus razones. _Entonces ya te dejo.
_Gracias por llamar y por favor, procura no rebanarte los dedos hoy. -Le dijo en broma.
_Con mi mano como está, hoy solo puedo dirigir, así que estaré a salvo.
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RENACER
FanfictionCuando se pierde todo, incluso las ganas de vivir, solo es cuestión de seguir respirando porque la vida da revancha.