Llevaba dos días encerrada en el hostal, tenía que desarrollar un proyecto que le hizo llegar Carl, se sentía estimulada intelectualmente de nuevo, explotar su lado creativo estaba siendo satisfactorio y debido a las fechas de entrega al cliente, se vio avocada a pedir permiso en el restaurante para cumplir con el plazo.
Seguía sentada frente a la computadora dándole la última revisión al trabajo, cuando oyó que se abría la puerta de la habitación. Se giró para mirar, era Camila, llegaba cargando una gigante bolsa de papel y una sonrisa brillante se dibujó en el rostro de ambas al verse, habían sido solo dos días distanciadas, pero se habían extrañado, aunque ninguna lo pusiera en palabras delante de la otra.
_Espero que tengas hambre. -Le dijo Camila sacudiendo la bolsa de papel.
_Mucha. -Respondió Lauren mientras caminaba hacia ella, para saludarla con un abrazo, que Camila correspondió de inmediato, disfrutando el contacto.
La chef dispuso la cena sobre la pequeña mesa y le pidió a Lauren que se sentara.
_Este pollo está delicioso, Camila. - Halagó Lauren metiendo un nuevo trozo en la boca. _Creí saberme todo el menú del restaurante, pero no recordaba este plato.
_Eso es porque no está incluido en el menú. -Contestó Camila. _Preparé este pollo con mostaza y vino blanco solo para nosotras.
_Honor que me hace, Señorita Chef. -Le agradeció Lauren con exagerada ceremonia y Camila le sonrió.
_¿Entonces te aprendiste la carta? ¿La escribiste y todo eso que haces con tus poderes mágicos?
_Cuando entré al restaurante no tenía idea de nada de lo que tenía que hacer. -Le contó rememorando esos días en los que se sentía tan perdida a todo nivel. _El primer día me dieron una corta inducción y para no meter la pata, leí y transcribí el manual de procedimiento operativo, el de reglamento interno, el de puestos y funciones, la base del inventario y por supuesto, la carta.
_¿Y te sabes toda esa mierda? -Le dijo Camila entre admirada y escandalizada.
_Puedo recordarlo, sí. -Le contestó mientras cortaba otro trozo del platillo. _Quieres que te diga alguno?
_¡No te atrevas! -Le rebatió y reforzó su respuesta agitando la mano haciendo que Lauren se riera, se esperaba una respuesta por el estilo.
_¿Y qué hay en ese recipiente? -Indagó por un tupper tapado que reposaba sobre la mesa.
_ Profiteroles. -Anunció y a Lauren le brillaron los ojos.
_Supongo que así es como se siente ganar la lotería. -Dijo entusiasmada, los profiteroles eran su postre favorito en la vida, desde que tiene memoria. Camila lo sabía, en alguna conversación, lo había mencionado y ella había tomado nota mental, porque ese era su talento oculto, si Lauren podía retener información general reescribiéndola, ella podía retener toda la información sobre Lauren, cada cosa que le gustaba y lo que no, cada interés que tenía, absolutamente todo sobre ella.
_Y tampoco hacen parte del menú. -Estableció Lauren.
_Tampoco.
_Entonces sí que me gané la lotería. -Le respondió y le agradeció tomando la mano libre de Camila que reposaba sobre la mesa dándole un pequeño apretón, entendiendo que la chef se había tomado el tiempo de hacer esa cena. Para Camila ese gesto de la mano fue más que suficiente, había preparado esa cena con especial dedicación.
Después de terminar de cenar y de que Lauren recogiera la mesa, le preguntó que si estaba muy cansada.
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RENACER
FanfictionCuando se pierde todo, incluso las ganas de vivir, solo es cuestión de seguir respirando porque la vida da revancha.