Parte 23.

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Esa noche, Lauren la recogió en el restaurante tal como habían quedado y luego fueron a ejercitarse, cada una en su respectiva rutina, no habían hablado más allá de la formalidad y las frases coquetas con las que solían interactuar.   Cuando estaban vistiéndose, después de ducharse, Lauren le preguntó si quería ir a cenar a algún sitio o si tenía que ir con sus padres.

_ Ellos estaban haciendo un tour y no han regresado todavía. -Le informó. _Así que si te parece bien, podemos ir a tu casa. -Le propuso y Lauren asintió, estando de acuerdo.

_¿Y qué se te antoja cenar? -Le preguntó Lauren, pensando en pedir un delivery cuando llegaran.

_Tengo en el coche la cena, mi amor. 

_Si trajiste comida del restaurante, quiero creer que es algo especial. -Respondió de inmediato con ilusión.

_Hice rollos de langosta y sé que te encantan. -Le dijo y se rio al ver el bailecito feliz que hizo Lauren al oír cual era el menú elegido.


_Bebé, hay algo que quiero comentarte. -Empezó a decir Lauren cuando iban en dirección del auto. 

Camila se detuvo y la miró a los ojos. _Espero que sea algo bueno. -Le dijo reanudando la caminata y Lauren respiró profundo porque estaba segura de que la noticia no le iba a gustar.

Camila se subió en el lugar del copiloto y esperó a que Lauren se acomodara frente al volante.

_Estoy esperando que me digas eso que quieres comentarme. 

_No te voy a mentir, bebé. _Le dijo resuelta. _Esta situación con tu padre no está siendo cómoda para nadie. -Le dijo sin mirarla y Camila contuvo el aliento.  _Lo he analizado y no creo haber hecho nada mal para que me odie...

_No has hecho nada mal, mi amor. -La interrumpió rápidamente Camila. _No eres tu la del problema.

_Sí, eso pensé. -Estuvo de acuerdo. _Por eso mismo, creo que es él quien debe tener tiempo y espacio para resolver el problema que sea que esté teniendo.

_Sí, amor, esta mañana hablamos y quedamos de hablar nuevamente mañana al desayuno... -Le contó Camila un poco apesadumbrada.

_Lo que te quiero decir es que ustedes deben resolverlo en familia. -Camila la miró asustada, sintiendo el corazón galoparle en el pecho.

_¿Qué me estás queriendo decir, Lauren? -La aludida la miró con el ceño fruncido.

_Dos cosas. -Le dijo, levantando el dedo índice. _Tu no me dices Lauren, mi amor suena más lindo. Camila le sonrió asintiendo.

_Está bien, mi amor, es que me estás asustando. 

Lauren le sonrió con calidez y le tomó de la mano.

_Me voy a ir un par de días a New York. -Le soltó sin más y Camila la miró con los ojos como platos.

_¿Te vas? -Le preguntó nerviosa.

_Un par de días. -Le confirmó. _Así tienes tiempo a solas con tus padres.

_No es necesario que te vayas. -Le dijo casi en una súplica y Lauren le sonrió con cariño a la vez que le acariciaba la mano.

_Hace días que quiero regresar a New York. -Empezó a explicarse. -Y ayer Carl me informó que es imperativo que vaya para surtir unos trámites legales de la firma que no puede seguir posponiendo...

_¿Es eso o estás alejándote por mi padre? -Le preguntó dudosa.

_Te dije que no voy a mentirte. -Le dijo poniendo el coche en marcha, finalmente. _Lo de tu papá también ha influido en mi decisión.

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