Parte 24.

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Casi llora cuando escuchó la alarma de su celular, se dio la vuelta para agarrarlo y desactivarla. Cuando lo consiguió, se abrazó a la almohada y se dispuso a seguir durmiendo, pero su parte consciente la hizo dar un salto, tenía que ir por Lauren, por lo que corrió a la ducha, se vistió afanosamente y cuando ya se disponía a salir, Grace la detuvo.

_¿A dónde vas tan temprano?

_Voy a llevar a Lauren a la South Station. _Le respondió mientras metía el móvil al bolso y tomaba las llaves del negro.

_Conduce con cuidado. -Le pidió amorosamente y Camila asintiendo le mandó un beso con la mano.

_Los veo en la noche, pásenla bien. -Se despidió y cerró la puerta tras de sí.

Tenía un montón de horas de sueño perdidas, hacía dos noches solo había dormido tres horas por culpa de Sasha y la salida por los chupitos, que se convirtió en una fiesta alocada en la que las dos hermanas terminaron ebrias y abrazadas cantando sobre una mesa, mientras que Lauren entre divertida y preocupada, las cuidaba de que no se mataran si se caían.  

Por supuesto a la mañana siguiente, se levantó con una resaca del demonio, que empeoró cuando llegó al trabajo y solo Dios sabe cómo sobrevivió con el trajín y el calor de la cocina. Cuando salió del trabajo, no pudo irse a descansar, sino que fue a encontrarse con Lauren que estaba acompañando a su madre y a Sasha a hacer algunas compras y aprovechando para despedirse. Cenaron todas y luego de dejar a su mamá y su hermana, fue a "dejar" a Lauren en su piso.

Por supuesto no solo la dejó, sino que la despidió como Dios manda y pese a que Lauren no quería dejarla ir después de la faena amorosa, Camila se sintió en la obligación de volver a su casa para no desairar a sus padres, pues no podía olvidar que eran sus huéspedes.

No había dormido más de cuatro horas y su cuerpo le estaba reclamando a gritos, por lo que se juró solemnemente que esa noche se iba a acostar temprano a dormir, así Sasha le suplicara, no iba a salir. Metida en sus lamentaciones no se dio cuenta en qué momento hizo el trayecto hasta el edificio en el que vivía su chica, cuando estuvo al frente le puso un mensaje.

Su carruaje la espera, alteza.

Lauren no pudo evitar reírse cuando lo leyó y de inmediato tomó su maleta y se dirigió al encuentro de su chica fanática de las historias de Disney.

_Buenos días, bebé. -La saludó sonriente cuando llegó al coche y la vio de pie junto a la puerta.

_Hey, hermosura. _Le devolvió el saludo Camila, tomándola por las mejillas y dándole un beso con todas las de la ley.

_Tienes ojitos de sueño. -Le dijo Lauren.

_Ni me digas. -Le respondió haciendo un puchero. _Mejor súbete, amor, que si no me muevo me duermo de pie. -Le dijo.

_No debiste haber venido, bebé. -Le dijo preocupada, pero su chica negó de inmediato.

_¿Y perderme de unos besos? -Le respondió coqueta y Lauren se rio divertida.

_Voy a rezar para que Sasha consiga amigos pronto. 

_Bueno, no fue Sasha quien no me dejó dormir anoche. -Le devolvió y puso la lengua entre los dientes provocando que Lauren se riera pícaramente.

_No te obligué a nada. -Se defendió sonriendo.

_¿Que no me obligaste? -Le reclamó. _Quizá no usas la fuerza pero esa manera de mirarme es peor que la más peligrosa de las armas.

Lauren se rio aún más divertida.

-Pobrecita mi bebé, como sufre. 

_Más voy a sufrir con tu ausencia, mi amor. -Le dijo poniéndose seria. _Sabes que me puedes llamar a cualquier hora o por cualquier motivo. 

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