Parte 9.

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Estaban descendiendo del auto y a Camila le sonó el móvil, a mirar la pantalla le dijo a Lauren que tenía que responder, que era su madre.

_¡Hola mami! -La saludó alegremente.

-¿Cómo estás, nena?

-Bien, llegando a mi piso. ¿Y ustedes?

_Tu papá salió a pasear a Thunder. -Le contó. -Y yo aproveché para llamarte y poder hablar contigo en paz sin que él esté interrumpiendo.

Camila se rio al escucharla, sus papás solían pelear de manera inofensiva como dos niños pequeños, incluso por la atención de sus dos hijas.

_Desde que no aproveches su ausencia nuevamente para robarle los caramelos. -Le dijo y ambas se rieron.

Mientras Camila hablaba, Lauren estaba sacando los paquetes de la cena y empezaron a caminar hacia el departamento.

_Nena. -Le dijo su madre. _¿Hablaste con el abogado?

_Tengo un par de llamadas perdidas de él. -Le comentó. -No pude responderle porque me habló cuando más ocupada estaba.

_Devuélvele la llamada tan pronto puedas, nena. -Le pidió. -Ya está todo listo para el desembolso.

_¡Y qué hace falta?

-Que vengas a firmar.

_¿Y cuándo se supone que vaya? -Quiso saber, su tiempo libre era limitado como para hacer ese viaje de alrededor de cinco horas.

_Eso lo tienes que hablar con el abogado.

_Bueno mami, mañana lo llamo.

Camila se sentía un poco avergonzada con Lauren por tenerla esperando y le hizo un gesto juntando las manos, como excusándose, pero ella gesticuló un: Tranquila y con la mano le indicó que no había prisa.

_¿Y qué pensaste sobre regresar? -Inquirió nuevamente su madre.

_Esta vez soy yo la que les devuelve la propuesta. -Le dijo medio en broma medio en serio, porque tal como estaban las cosas, con Lauren haciendo planes de quedarse en Boston, ella no se iba a ir, fuera que pudiera conquistar a Lauren o fuera que tuviera que resignarse a ser amigas únicamente.

-¿Qué quieres decir? ¿Qué nosotros nos mudemos? -Preguntó sorprendida la mujer.

_¿Qué se los impide?

La mujer guardó silencio un momento y luego dijo:

_No se nos había ocurrido esa posibilidad.

_Pues piénsenlo. -Le pidió Camila.

_¿Eso significa que ya te estableciste bien allá? -Insistió su madre.

_Sí, mami.

_Está bien, nena. -Entonces voy a hablar con tu padre.

_Vale mami.

Después de eso intercambiaron palabras amorosas y se despidieron.

_Perdona, Lauren. _Se excusó tan pronto cerró la llamada. _Es que si no le respondo, es capaz de llamar a medio mundo y hacer que el mismísimo presidente salga a buscarme.

_Así que eres una niñita de mamá. -Le respondió Lauren, burlándose.

Había permanecido sentada en el sofá del salón, con la cabeza recostada en el espaldar, viendo como Camila caminaba de un lado a otro mientras hablaba. Y cuando notó que dejó el móvil de lado, se levantó perezosamente para ir a la cocina.

_Lo soy. -Admitió sin pudor y Lauren la miró con una sonrisa nostálgica.

_Eres afortunada, aprovecha eso. -Camila asintió sintiéndose mal por ella, sabiendo que no tenía a sus padres vivos.

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