La rubia había conseguido a tiempo un taxi y cuando vio que estaba por llegar al aeropuerto, comenzó a buscar su billetera dentro de su cartera, pero no la encontraba y maldijo a todo lo que se le cruzara en su mente justo en ese momento, la rubia buscaba desesperada, pero no había caso ya que no la encontraba y se estaba alterando tanto que tenía ganas de llorar, si, esta era muy sensible y se estresaba fácilmente.
Le pidió al chófer en italiano mil disculpas y explicándole que había olvidado su billetera y que también ahí se encontraba su boleto de avión, este le dijo que no se preocupara que la llevaría de regreso y que la esperaba a que ella fuera a recoger su billetera.
Cuando el taxi se aparco frente al edificio la rubia volvió agradecerle y le dijo que no se demoraría. Ya eran casi las 7pm y estaba oscureciendo así que se apresuro a subir al edificio y llamó al ascensor y como este al parecer se le dio la gana de andar Sofía tuvo que subir corriendo las escaleras, la rubia aunque tuviera una figura exquisita esta estaba fuera de forma y cuando llego al tercer piso creyó que iba a morir.
Toco la puerta de su padre y nadie respondia por lo que volvió a tocar varias veces.
-PAPÁ SOY YO, ME OLVIDE LA BILLETERA Y PIERDO EL VUELO- le gritó la rubia con ganas de llorar de la ansiedad que sentía por que perdería el vuelo .
Volvió a tocar pensando que estaba en casa, así estuvo durante cinco minutos hasta que por fin se abrió la puerta.
- Papá al fin, voy a perder el vuelo sino....- Sofía se quedó en silencio al ver todo oscuro en el departamento.
Sintió como cerraban la puerta de golpe lo que hizo que se asustara y sintió como alguien la agarraba por detrás tapándo su boca.
La rubia intento gritar y safarse del agarre pero el tipo tenia demasiada fuerza y no podía, de repente se encendió una lámpara y cuando vio la escena volvió a gritar.
-Si fuera tú no gritaría, eso no le conviene a nadie- dijo en Español un hombre alto de barba y con un traje negro, el hombre tenía un arma apuntando a su padre que estaba tirado en el suelo golpeado y cubierto de sangre. - Si prometes no gritar hare que te suelten, pero solo si te portas bien.
Sofia asintió con los ojos llorosos y el tipo que la tenía sujetada la soltó tirandola al piso junto a su padre, esta comenzó a mover a su padre logrando que este se despierte y se altere a ver a su hija.
-No, por favor, déjenla ir ella no tiene nada que ver con esto-le suplicaba de rodillas al hombre que le estaba apuntando a la cara.
-Cierto, no tiene nada que ver, pero ella ya nos vio así que no la puedo dejar ir para que salga a avisarle a quien sabe quien aunque eso seria en vano y muy estúpido que lo hiciera- dijo el hombre serio sacandole el seguro al arma y volviendole apuntar al castaño.
Sofía se encontraba en shock y solo lloraba mirando la escena, el hombre que apuntaba a su padre, solo eso podía ver no le importaba quien estuviera al rededor, solo sabia que tenía miedo.
-Juro que les pagaré, lo prometo pero por favor váyanse y déjenos tranquilos- suplicaba el castaño viendo llorar a su hija.
-¿Cómo pides que te deje tranquilo o es que no sabes la gravedad de lo que has hecho?
- Si, lo se, pero por favor no le hagan nada a ella, no tiene la culpa, juro que les pagaré.
-Supongamos que confío en ti, pero... ¿qué me asegura que devolveras lo que nos quitaste? - Al decir eso el hombre, Sofía salió del transe en el que se encontraba
Sofía tenía mucho miedo por su padre y este la había vuelto a desilusionar, pero amaba a su padre y no quería que lo mataran así que cuando su padre estaba por hablar esta lo interrumpió.
-Yo puedo asegurarles que el les va a pagar- cuando la rubia soltó esas palabras el hombre la miró curioso.
-¿Y es que acaso tú nos pagaras o que nos lo asegura que el lo hará?
-Pueden tomarme como rehén hasta que el les devuelva el dinero, como garantía de que es verdad- el hombre la miró sorprendido.
Sofía había cometido una locura al decir eso, pero no le quedaba opción, la rubia escuchaba como su padre le gritaba al hombre que no la escuchara, pero este se dio vuelta y Sofía diviso que había alguien más en la habitación una persona sentada en un sofá en el rincón que observaba toda esa escena, pero no podía ver quien era ya que estaba oscuro, pero si vio cuando el hombre se acercó al oído de esta persona y hablaban en murmuro.
Lo que Sofía no sabía era que esa persona no dejaba de mirarla, esta se sentía como hechizada por la rubia captando atenta cada palabra u gesto que hacía la rubia.
El hombre volvió a ponerse frente a ellos aún volviendo apuntarle a su padre a la cabeza.
-Me llevare a tu hija como una garantía de que pagaras, nuestra familia son personas de palabra y cumplen, cuando tú cumplas con tu parte nosotros la dejaremos ir.
Mientras el padre de Sofía gritaba de que no se la llevaron un tipo volvió a sujetarla y le puse un pañuelo en la boca, la rubia inhalo el olor que tenía el pañuelo empezando a marearse y pudo volver a divisar la figura había en aquel rincon, era una persona alta y con un cuerpo delgado, probablemente una mujer, pero... ¿que hacía una mujer allí? Sin aguantarlo más Sofía cayendo inconciente.
Luego de un rato la rubia se despertó, pero veía todo borroso y escuchaba los sonidos muy a lo lejos como si estuviera drogada, esta sintio que iba en un auto e iba recostada en la falda de una persona y pudo sentir la mirada fija de esta, como si la estuviera analizando, estaba tan mareada que no le importo sentirse desnuda bajo la mirada de dicha persona por lo que volvió a caer inconciente.
SOFIA GARCÍA.
Me desperté por un fuerte dolor de cabeza, me sentía muy débil y mareada, frote mis ojos empezando a despabilarme y cuando los abrí una luz brillante me hizo volver a cerrarlos, me senté y volví abrirlos, mis ojos recorierron el lugar lujoso que estaba frente a estos, nunca en mi vida vi tanto lujo solo en las películas.
Me quede tan sorprendida de la belleza de esa sala que no me di cuenta del hombre que estaba parado en una esquina frente a mi, era el mismo tipo que amenazo a mi padre.
Volví a reaccionar cuando recordé esa escena, Dios, había cometido una locura cuando me ofrecí como rehén, pero por lo menos pude evitar que mataran a mi padre u incluso a ambos.
-Tú eres el desgraciado que amenazó a mi padre-escupi molestan acercandome rápidamente a el y golpeandole el pecho, pero este ni se imutaba solo me miraba-¿quién eres? Debes ser el desgraciado a cargo de todo esto-lloraba mientras lo golpeaba aunque mis golpes no le hicieran nada.
-El no está a cargo, solo obedece mis ordenes-sentí una voz fría detrás mio.
Cuando me doy vuelta veo una mujer con un vaso de whiscky en su mano sentada en un sofa. Era una mujer alta con un cuerpo escultural, pelo castaño oscuro y unos hermosos ojos avellana, llevaba un traje negro de falda y unos preciosos tacos, sin duda esta mujer era rica se podía ver su aire altanero en el rostro aunque este no tenía ni una mínima expresión, como si no sintiera nada, sin duda está mujer parecía sacada de una revista.
-¿Q-quien e-eres?- a penas me salía la voz, no se si era miedo u la belleza de esta mujer me había dejado sin aliento.
La mujer se levantó del sofa y camino lentamente hacia a mi sin dejar de mirarme, sentía como mis piernas me estaban fallando, me sentía pequeña ante la atenta mirada de esta mujer.
-Soy Francesca Amatos- dijo con una voz ronca y fría, podía notar los aires de grandeza que está traía en su sonrisa....
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Disparo al corazón
Teen FictionSofía García es una enfermera de 22 años con una vida sencilla y tranquila luego de mudarse a España, pero esa tranquilidad se acabará cuando viaje a Italia a ver a su madre y al enterarse que su padre tiene problemas con la familia más importante d...