SOFÍA GARCÍA.
Adriano me había avisado que estaba la cena ya servida, no tenía ganas de verla, pero moria de hambre y no tenía ganas de que me volviera a tratar mal.
Sali al jardín y la vi sentada en la cabecera de la mesa, me senté en la otra punta frente a ella, el cocinero había hecho pasta eso me hizo sonreír algo que para Francesca no había pasado desapercibida.
-Mañana tengo que viajar a Milán a cerrar unos negocios- me limite asentir con la cabez y a seguir comiendo en silencio- iras conmigo, así que ten tu maleta preparada saldremos en la mañana temprano.
No quería ni mirarla, la amenaza que le habia hecho a mi padre me dio miedo, pero me dolió que ni siquiera me haya escuchado.
Cenamos en silencio, luego de un rato me levante sin mirarla y pedí permiso para ir a mi habitación.
Me di una ducha y luego me acosté quedándome dormida a penas al tocar la almohada.
_________________________________________A la mañana siguiente Sofía ya había preparado la maleta y bajo con ella al salón principal donde se encontraba Francesca hablando por teléfono, al ver a la rubia corto la llamada y le sonrio débilmente.
-Buenos días Sofía- dijo esta sonriendo sin poder dejar de mirar a la rubia que llevaba una falda ajustada al cuerpo y un suéter junto con unas botas negras, se veía hermosa.
-Buenos días- respondió seca y sin mirarla.
- Yo me tome un café, pero si tu quieres desayunar le diré a Anna que te prepare algo rápido.
-No, gracias solo comere una fruta- dijo esta yendo a la cocina y tomando una manzana y luego se dirigió a la entrada de la casa que habían varias camionetas negras.
La rubia ni siquiera le había prestado atención a la castaña lo que hizo que esta se sintiera culpable por haberla tratado mal la noche anterior, ya vería como se lo recompensaba.
Ambas subieron a la camioneta y se fueron rumbo al aeropuerto, ninguna quiso mirar a la otra por lo que Sofía se entretuvo mirando el camino hacia el aeropuerto y la castaña se entretuvo haciendo algunas llamadas.
Luego de varios minutos llegaron al aeropuerto y había un avión, al parecer era privado porque no veía a más personas que los matones de Francesca y el equipo de piloto.
Busco con la mirada a Francesca y la vio hablando seriamente con un hombre, la rubia se sorprendida al ver como está iba vestida, iba con un traje negro de falda, junto a unos tacones altos y en sus hombro llevaba un abrigo de piel blanca, sin dudas la mafiosa estaba como quería y la belleza que tenía esta, la rubia la sabia apreciar, sin dudas tenía un muy buen gusto de moda.
Francesca se dio vuelta y encontró a la rubia mirándola y le sonrio, pero esta enseguida le dio la espalda y subió al avión sentándose en un asiento y mirando por la ventana.
Francesca subió y se sentó frente a ella quitándose el abrigo y los lentes oscuros. Cuando el avión despego la castaña llamó a la azafata.
-Buenos días señora, mi nombre es Luisa y puede pedirme lo que usted desee.- Luisa miraba sin descaro alguno a la castaña y eso no pasó desapareció por esta.
-Luisa trae el desayuno- La morena asientio y luego de unos minutos trajo el pedido de Francesca.
-Si necesita algo más no dude en decirme- dijo esta con cierta picardia.
-Créeme que no lo dudaré- cuando la azafata se iba la castaña no pudo evitar mirarle el trasero y morderse el labio, cuando volvió a mirar a la rubia que tenía enfrente esta la miraba con una cara que no podía descifrar.
ESTÁS LEYENDO
Disparo al corazón
Novela JuvenilSofía García es una enfermera de 22 años con una vida sencilla y tranquila luego de mudarse a España, pero esa tranquilidad se acabará cuando viaje a Italia a ver a su madre y al enterarse que su padre tiene problemas con la familia más importante d...