Capitulo 12

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Mientras que Sofía se entretuvo toda la mañana hablando con Anna, la castaña se encontraba en una junta importante.

Francesca se encontraba en una sala de reunión sentada en la cabecera de la mesa con varios de sus trabajadores estos hablaban y hablaban, pero ella no les estaba prestando atención ya que en su cabeza solo estaba la imagen de aquella rubia durmiendo junto a ella.

No entendía como era que tenía inmensas ganas de verla y hablar con ella si a penas unas horas la había visto, se moría de ganas por ver esa mirada intensa que Sofía tenía. Se estaba volviendo loca quería que la rubia se fijará en ella y que viera que ella no tenía ninguna intención de causarle daño, su única intención era estar con ella, besarla, abrazarla y hacer el amor .

-Señora Amatos ¿usted que dice?- fue interrumpida por sus pensamientos por uno de sus trabajadores.

-¿Tú que opinas Adriano?- Francesca no entendía de qué estaban hablando y Adriano se dio cuenta que la castaña tenía la cabeza en otro lado, cosa que era raro ya que ella siempre estaba atenta a las cosas del trabajo.

-Creo que es muy buena propuesta Señora.

-Entonces me parece bien. Terminamos la junta por hoy.

Todos los hombres se levantaron y salieron de la sala, la castaña se dirigió a su oficina y se echo en su silla mirando el gran vental que tenia con vista a la ciudad de Sicilia.

En su cabeza volvió aparecer aquella rubia que le gustaba, no sabía porque era que la tenía siempre en la cabeza, por una parte quería sacársela de la cabeza porque tenía miedo de los sentimientos que pudiera llegar a sentir y que la rubia no le correspondiera, pero por otra parte le gustaba tenerla en la cabeza ya que las emociones que sentía la hacían sentir vivía algo que nunca había sentido.

Pensaba en la charla que tuvo con Adriano sobre conquistarla y que aprendiera a ser romántica, pero no tenía idea de las cosas que le gustaran a la rubia y quería descubrirlo ya que le interesaba.

-Te veo muy pensativa ¿se puede saber que te atormenta tanto?- sintió la voz de Adriano detrás de ella, pero se limito a seguir viendo la ciudad.

-Anoche Sofía durmiendo en mi habitación.

- Woow eso es....¿acaso ustedes ....

-No.

-¿Entonces?

-Resulta que le tiene miedo a las tormentas y no quiso estar sola así que fue a buscarme.

-Durmieron juntas me imagino o ¿te mando al sofá? - esto último el pelinegro lo dijo con gracia.

-No quería, pero cuando se corto la luz en mi habitación me pidió acostarse y luego que la abrazara.

-Ninguna mujer ha dormido en tu cama.

-Ella no es como las demás. Cuando me desperté le dije a Anna que le llevara el desayuno.

-¿Porque no lo hiciste tú?

-No quería que me rechazara.

-Francesca si no te arriesgas tirandote al fuego ¿Cómo piensas conquistarla?

-¿Y si cuando me tire me termino quemando?

-Te levantas y sigues como siempre has hecho.

Luego de eso Adriano salió de la oficina dejando a una Francesca muy confundida. Salio de la empresa y se subió al auto que la estaba esperando.

-¿A donde vamos señora?

-A la florería más cercana.

Quería hacerle un regalo a la rubia y esperaba que le gustará, se lo iría a entregar ella misma ojalá no la rechazara. El auto se aparco en la florería y se bajó.

-Hola buenos días ¿En que puedo ayudarle?

-Yo estaba buscando un ramo de flores.

-¿Es para su novia? Porque tengo unos ramos hermosos.- La castaña se sorprendió por lo dicho así que solo asintió y la señora se fue dejándola sola en la tienda.

La mujer volvió con varios ramos de flores y todos muy hermosos, pero uno en especial le llamó la atención, una flor rosada y se quedo mirándola fijamente.

-Esas son flores de cerezo, significan Sencillez e inocencia. - la castaña pensó en la rubia, esa flor representaba lo que más le gustaba de ella.

-Quiero un gran ramo de esas.

-¿para llevar o lo mandamos nosotros?

Justo cuando iba a responder, su teléfono sono y atendió, era Adriano que le preguntaba donde estaba ya que había un gran problema en la empresa y había un socio importante esperándola diciendo que quería verla urgente.

La castaña le dijo que en un momento iba, corto y suspiro frustrada ya que quería dárselas ella misma, pero con lo que había dicho Adriano sabía que saldría tarde de la empresa.

-Es para enviar.

-Bien, dejenos la dirección y si quiere puede escribir algo en una tarjeta.

-Si.

La señora le dio una tarjeta rosada y un recibo para la dirección. La castaña le dio la dirección, pero no sabía que poner en la tarjeta así que solo le puso la verdad sobre las flores.

Francesca volvió a la oficina frustrada quería ver a la rubia, pero sabía que no podría hasta la noche lo único que esperaba era llegar a tiempo para la cena.

Al llegar a la oficina vio a uno de sus socios esperándola impaciente, se sentó y miró seriamente a su socio.

- Era impegnata con qualcosa di importante, quindi spero che la sua visita sia giustificata da qualcosa di importante.
(Estaba ocupada en algo importante así que espero que su visita sea justificada con algo importante.)

-Signora Amatos, il container che doveva essere trasportato dal porto al Canada è scomparso.
(Señora Amatos el conteiner que iba a trasportar desde el puerto a Canadá desapareció. )

-Non può essere!!!! (No puede ser!!!) - Francesca se levanto de su silla golpeando su escritorio y asustando al hombre que tenia delante.

-Signora, i miei uomini l'hanno cercato ma non c'è traccia, tutta la droga che c'era in quel container è scomparsa.
(Señora mis hombres lo han buscado pero no hay rastro, toda la droga que había en ese conteiner desaparecio.)

Francesca le dijo al hombre que no se preocupara que ella se encargaría y que le devolvería su parte del dinero ya que fue idea suya mandar esa mercancía.

Cuando el hombre se fue entró Adriano serio al ver que la castaña estaba mas que enojada.

-Encuentra a ese hijo de puta y me lo traes.

-Francesca y ¿si fue el?- el rostro de la castaña se tenso.

-No ha hecho nada en mi contra desde hace un buen tiempo.-Sabes que siempre ha querido joderte.

-Encuentra quien desapareció el conteirner, averigua si fue el y si es así, lo matas y le mandas la maldita cabeza de mi parte diciéndole que si vuelve a meterse en mis negocios o si quiera se atreve a meterse en mi territorio la próxima cabeza será la de el.-escupía furiosa la mafiosa.

-De acuerdo.

Adriano se fue y cuando la castaña estuvo sola tiro furiosa todo lo que había en su escritorio ya que cuando se hablaba de ese hombre esta se ponía como una bestia.

Francesca sabía que si el había vuelto a querer joderla lo hacía a través de sus negocios ya que personalmente no tenía nada con que herirla.

La castaña pasó toda la tarde resolviendo temas de la empresa y atenta a lo que le informaba Adriano sobre la desaparición de la droga.

Disparo al corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora