Disparo al corazón

Capitulo 34: Parte 1

(Maratón)

SOFÍA GARCÍA.

Llego el día de la boda...durante estos 15 días estuve organizando todo al igual que elegir todo, pero aún no podía ver que tal quedó la decoración en la playa ya que ahí nos casariamos y luego la fiesta sería en el gran jardín de la mansión, no podía verlo porque me tenían en cautiverio en una habitación mucho más grande que la cual dormía.
Los estilistas y maquilladores estaban sobre mi tratando de arreglarme a tiempo cuando en realidad tiempo era lo que sobraba.

La noche anterior tuve mi despedida de soltera que organizo Laura, la cual yo no tenia idea y luego querían que fuera yo quien le pidiera a Francesca que nos dejara ir a un club, pero esta nos sorprendió cuando discutíamos de quien realmente debía hacerlo y como siempre Laura me manda al frente.
La noche estuvo muy divertida, estuvimos bailando, bebiendo y riendonos de las tonteras de las cuales hablábamos, hubieron varios hombres que se nos acercaron a coquetear pero ahí estaban los ojos de Francesca (los guardeespaldas) que se encargaban de espantarlos a todos.

Cuando las personas que estaban junto a mi en la habitación terminaron su trabajo les pedí que me dejaran sola, necesitaba respirar y calmarme, saque el papel que tenia guardado en un cajón y volví a releerlo tratando de memorizarme los votos que debía decirle a Francesca en la ceremonia, la verdad es estaba muy ansiosa por saber que era lo que ella dirá en ese momento con sus votos, por mas que me esforzará no podía imaginar que diría algo romántico ya que no es así y mucho menos delante de sus socios porque todos sus invitados eran los gangasters de Italia.

Se que no vendrá nadie de su familia ya que luego de la cena que tuvimos en aquel restaurante hace unos días en el cual ella reacciono muy mal cuando le pregunte sobre su familia y a los días le pregunte a Anna sobre que sucedió con los padres de Francesca y solo pudo decirme "La única familia de Francesca somos Adriano y yo" y es que al parecer en esta casa ese tema era un tabú para todos, por lo cual ya no preguntaría más.

Mi teléfono vibro y cuando lo encendí era un número desconocido.

- Hola... - atendí la llamada.

-Tú madre y Anna me tienen prohibido entrar a la habitación en la que estas.

-¡Ni se te ocurra!, dicen que es de mala suerte ver a la novia antes de la ceremonia y con todos tus amigos gangasters allá fuera no me sorprendería que hagan de mi boda una película de acción.

-¿Te he dicho que hablas mucho? - pregunto y no respondí - En fin... quédate tranquila que nadie hará nada.

-Es raro que me llames de tu número...

-Como ya dije tu madre no me deja pasar y quería hablar de algo contigo antes de la ceremonia

-La escucho señora Amatos.

- Sé que aquella noche en el restaurante fui muy dura contigo...

-¿Estas tratando de perdírme perdón? -la interrumpí sonriendo.

-De hecho no, no quiero pedirte perdón y no debo, porque te metiste en asuntos que no te incumben- comenzó a elevar un poco el tono de voz.