Capitulo 35

3.1K 196 22
                                    

Sofía Gracía.

El despertador comenzó a sonar cada vez más fuerte, abrí los ojos y lo tire al piso haciendo que dejara de sonar...

Si hay algo que odio es que me despierten y más de mañana, puse la almohada sobre mi cabeza quedándome dormida de a poco hasta que golpearon la puerta insistentemente

¡¡¡AAAHHG QUIEN CARAJOS EEEESSSS !!!!

Me levante enojada, abrí la puerta y Anna estaba parada en la puerta con una bandeja en sus manos con el desayuno.

-Cambia la cara de enojada Sofía- dijo Anna entrando a la habitación

-Anna yo detesto que me despierten.- dije entre dientes.

-Lo se, pero Francesca esta esperando abajo para salir. - Carajooooo lo olvideeeeee

Fui rápidamente al baño y me duche rápido, cierto que iríamos a ver la fundación a las 9 AM, Anoche me acosté tarde después de que todos los invitados se fueron y estaba agotadisima por todos los preparativos que me hicieron durante el día

Salí rápido del baño y me vestí con un jeans y un suéter gris junto con un botas negras, ya en esta época del año ya comenzaba a hacer frío y en unos días seria navidad al igual que faltaba poco para terminar este año y la verdad es que quería que todo esto acabará, el estrés y la ansiedad ya me estaban consumiendo y eso no era buena señal ya que cuando mi cuerpo acumula o se excedía de estrés y ansiedad me provocaba un desmayo haciendo que me debilitará mucho.
La última vez que me desmaye fue cuando vi a Francesca matar a ese hombre, en ese momento mi cuerpo no aguanto tanta ansiedad, aleje todo esos pensamientos, me tome rápido el café que me trajo Anna y baje al salón.

Francesca estaba sentada en el sofá y mirando impaciente su reloj. Vestía el típico traje negro el cual la hacia ver muy elegante y el cabello recogido en una trenza, se veía hermosa...

-Si hay algo que me fastidia es la impuntuabilidad- me miró enojada y se levantó del sofa.

-Lo siento por la espera, ya estoy lista.

salimos de la mansión y nos subimos a su auto negro y atrás nos escoltaba una camioneta negra.

Francesca iba concentrada en la carretera, observe sus manos y en la derecha estaba la alianza que yo también llevaba, ¿Quién lo diría? Nos llevamos como perros y gatos pero estamos casadas... recorde los votos que dijo en la ceremonia y me entró la duda de que si aquellas palabras solo eran de boca para afuera o si realmente ella las sentía al escribirlas, los votos que yo dije los había escrito yo y me tomo varios días terminarlo o tal vez buscar dentro mío que era lo que quería decirle, no voy a mentir de que Laura me ayudo un poco... bueno me ayudo bastante, pero yo acepte escribir lo que fuera parecido a lo que siento por ella y es que aún no lo sabía porque sigo muy confundida de hecho las cosas que pienso son confusas.

-¿Qué tanto me miras? - pregunto sería.

-¿Los votos que dijiste ayer en la ceremonia los escribiste tú? - pregunte tranquila

-¿Soy buena escritora verdad? - y ahí estaba la sonrisa burlona y egocéntrica- no te voy a mentir de que me esforcé mucho pero fingí bien ¿verdad?.

-Si... - dije desanimada y concentre en mirar por la ventana.

Que estúpida fui al dudar de que si era de boca para afuera, eso era obvio ella tenía de todo menos lo romántica... ni siquiera se por me desamina y me enoja, suspire y trate de calmarme.

Luego de unos minutos entramos a un gran edificio y nos recibió una chica vestida formalmente quien nos sonrio y nos guío hasta la oficina de la supervisora del lugar quien nos enseñó el edificio.

Disparo al corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora