FRANCESCA AMATOS.
-¿seguirás durmiendo en el hotel?- pregunto Adriano cuando ya estábamos dentro del auto.
-Si.
-¿Y todo para evitar verla? - pregunto siendo obvio y yo lo mire con reproche.
-Solo será hasta que me vaya de nuevo.
-Luego de la boda ¿Volverás a Roma? -asenti mirando mi telefono- Yo creo que deberías de quedarte en la mansión.
-¿Y que me viva rechazando? No gracias, a penas puedo controlarme cuando la tengo un instante cerca.
- ¿Y que tienes planeado para la boda?
- Que ella lo planee.
Luego de eso agradecí que no hiciera más preguntas, sinceramente no estaba del todo seguro que lo haría. Por una parte quería todo acabará, que ella volviera a España y hacer de cuenta que nada sucedió, pero por otra parte no quería que se fuera, quiero que se quede conmigo.
Luego de unos largos minutos, llegamos a la mansión, entre y me dirigí a la cocina donde estaban todas las mujeres reunidas viendo revistas de vestidos y hablando emocionadas, menos ella... ella estaba apartada mirando a la nada, su cuerpo estaba ahí pero su mente no y desee tener el poder de saber que la tenía tan ausente lo cual me parecía raro ya que las oportunidades que tuve de observar cuando ellas hablaban de moda Sofía era la mas entusiasmada, pero esta vez no.
Aclare mi garganta un poco para hacerme notar entre aquellas mujeres emocionadas, pero Sofía tampoco me noto con aquello hasta que Laura golpeo un poco su hombro haciendo que reaccionará. Me miró y pude ver como sus mejillas se sonrojaron un poco.
Hacia dos días que no la veía y pude sentir como mi corazón se aceleró al sentir aquella mirada clavada en mi.- Que gusto verte ¿Quieres sentarte? Estamos viendo cosas de la boda.- dijo Anna mirandome con aquella dulzura con la cual siempre me ha mirado desde que era una niña.
-No, pero con respecto a eso...- deje un sobre de papel en la mesa y mire a directo a Sofía- es una tarjeta de crédito para que ocupes los gastos de los preparativos de la boda. Puedes gastar lo que quieras y planearla a tu gusto, yo luego te daré la lista de los invitados. - dije fríamente.
-Creí que veríamos los preparativos juntas.- dijo algo tímida, y sentí como mi pecho comenzaba a doler, pero debía alejarme de ella.
-Como ya dije, te haré el favor de evitar que nos crucemos. - agacho la cabeza y solo pude sentir las inmensas ganas de abrazarla.- Tenemos un baile esta noche, allí haremos público nuestro compromiso, gasta lo que quieras en vestido o estilista.
Salí de allí acariciando mi pecho tratando de calmar aquel dolor que no sabía porque lo sentía, entre en el despacho con Adriano detras de mi, el cual me miraba serio sabía lo que quería decirme.
-Tienes algo para decirme así que dilo y ya- me senté en el sillón de cuero detrás del escritorio y fije mi vista en unos papeles.
-Fuiste muy dura con ella, Ni siquiera la dejaste responder ¿Qué te sucede? No eras así con ella.
-No, no lo era, pero ella me dejó en claro lo que piensa de mí y que mi presencia solo le causa fastidio.
- Te dolió que te haya rechazado.- se sentó frente a mi y me reí por lo que había dicho, era una estupidez.
- Deberías ir al doctor, estas delirando.
- Todavía te duele lo que te dijo, por eso huiste un mes a Roma porque sabías que no soportarías verla.
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Disparo al corazón
Teen FictionSofía García es una enfermera de 22 años con una vida sencilla y tranquila luego de mudarse a España, pero esa tranquilidad se acabará cuando viaje a Italia a ver a su madre y al enterarse que su padre tiene problemas con la familia más importante d...