Disparo al corazón

Capitulo 14

Ya era de noche y Sofía estaba acostada viendo la televisión, se había cansado de esperar a Francesca por lo que decidió dormirse, pero antes bajo a la cocina.

La casa estaba oscura ya que Anna y Adriano se encontraban durmiendo aunque el jardín estaba iluminado ya que lo guardián vivían vigilando la casa . Sofía cuando iba a entrar a la cocina sintió los pasos de alguien dentro de la casa, se acercó a la sala a ver y pudo divisar a Francesca entrar al despacho.

Luego de unos minutos de debatir si entrar al despacho o no ya que no sabía si Francesca estaría de buen humor por lo que había escuchado de Adriano cuando hablo con Anna en la cocina, pero por algún motivo le daba intriga saber que pasaba o si la mafiosa estaba bien.

Abrió la puerta del despacho y solo había una lámpara encendida en un costado allí pudo ver a Francesca sentada en un sofá con la mirada perdida en el vaso de whiscky que se encontraba frente a ella junto con un habano y una pistola que había al lado de este, eso asusto un poco a Sofía.

Francesca ni cuenta se dio de la presencia de la rubia por lo que está obto por cerrar un poco fuerte la puerta del despacho y a causa de eso por fin pudo tener la atención de la castaña, se sentó en un sofá frente a ella y pudo notar como está tenía la mirada apagada.

-Te estuve esperando todo el día- dijo con voz suave la rubia.

-No ha sido un buen día.

-Y al parecer no será una buena noche si sigues bebiendo.- ese comentario de Sofía le causo un suspiro profundo a la castaña.

-Sofía, no tengo ganas de discutir contigo así que vete.- la castaña lo último que necesitaba en ese momento era discutir con Sofía eso terminaría por arruinar su día.

-Yo tampoco quiero, no he venido a eso.

-¿Entonces a que viniste?-La castaña a pesar de sus emociones en ese momento se sintió curiosa por el motivo de Sofía.

-Quería agradecerte por las flores.- Francesca la miro con gran intensidad a la rubia lo que provocó que despertarán los nervios de esta.

-Al menos no las tiraste a la basura.

-No podría hacerlo. Son demasiado hermosas y me encanto el significado.

-Me alegra entonces...

Se creó un gran silencio entre ambas mujeres a Sofía le daba curiosidad saber que le pasaba por la cabeza a Francesca para tenerla de esa forma tan... apagada, mientras que Francesca solo se dedicaba a darle grandes sorbos a su whisky.

-¿Puedo saber que te sucede? Estás... muy apagada.

-Solo he tenido un mal día.-Respondió cortante la castaña.

-¿Puedo saber porque?

-Eres insistente - Francesca se sentía sofocada por lo que se desprendió dos botones de su camisa dejando ver parte de su escote, necesitaba aire lo cual no pasó desapercibido por la rubia.

-Ven conmigo- Sofía le tendió su mano y la castaña la miro tratando de entender.

-¿A donde?

-Confía en mi, necesitas aire fresco.- Francesca dudo unos segundos, pero tomo la mano de Sofía y ambas mujeres sintieron una electricidad recorrer por sus cuerpos.

Salieron al jardín y cuando Francesca iba a sentarse en una banca Sofía la jalo de la mano para seguir caminando lo cual le fastidio un poco a la castaña.
Caminaron hasta llegar la playa donde a un lado podía verse la gran habitación de Francesca.

Ambas mujeres seguían en silencio tomadas de las manos mirando el mar, Sofía no sabía porque sentía esos nervios o esa electricidad cuando tocaba a Francesca y en cambio la mafiosa pensaba en su pasado y en como era esclava de este.

-¿Me dirás lo que sucede por tu cabeza? - pregunto la rubia fijando su mirada en la castaña que aún seguía mirando el mar.

-Hoy perdí mucho dinero- dijo en tono frío.

-No creo que sea eso lo que te tenga así.

- ¿Y es que acaso te importa lo que me suceda?

-Solo quiero entender porque estas así.

-Deberías de empezar a sentirte contenta.- dijo irónica.

-¿Porque ?

-Tal vez alguien me mate por ti y no tendrías que ensuciarte las manos.

-¿Porque querría eso?

- Así podrías estar libre de mi - dijo en tono apagado dándose la vuelta con la intención de marcharse, pero Sofía tomó su mano y se puso frente a ella mirándola fijamente a los ojos.

-No me conoces.

-No hace falta hacerlo, me basta con saber que piensas que soy un ser sin corazón y quisiste matarme cuando nos conocimos.

-Y ahora no quiero que te maten.

-¿Qué te hizo cambiar de opinión?

-No he cambiado mi opinión de ti, pero le he cogido mucho cariño a Anna y Adriano y se que eso les haría daño.

El silencio volvió a inundarlas, Sofía sabía que no solo ese era el motivo por el cual no quería le sucediera algo a la mafiosa, pero mientras no lo admitiera a ella no le sucedia.

Francesca se quedo en silencio apreciando el rostro de la rubia, sentía una gran tranquilidad cuando estaba con ella aunque su corazón pareciera que quisiera salirse de su pecho, estaba tan entretenida detallando cada facción de su rostro que no pudo evitar mirar sus labios.

Los labios de la rubia eran delgados y rosados lo cual a la castaña le provocaba ansias queres besarlos, quería saber como se sentían el tacto de estos en los de ellas u si sus labios encajarían a la perfección.

No apartaba la mirada de los labios de Sofía y se fue acercando de apoco cosa que no paso desapercibida por Sofía. Francesca tomó firme y suavemente la cintura de la rubia pegandola a su cuerpo haciendo que sus narices se rozaran y sus respiraciones se mezclarán.

-Se ti bacio ¿ti arrabbierai?
(Si te beso ¿te enojaras??) - pregunto Francesca con voz ronca.

La castaña estaba hipnotizada y por primera vez estaba a la merced de una mujer, pero de no de cualquiera, de Sofía la mujer que le daba emoción a su vida y la castaña no podía negar eso.

Sofía no sabía que responder estaba demás decir que su cuerpo le pedía con ansias que accediera, pero por algún motivo algo le decía que no, aunque Sofia sabía que Francesca estaba ebria y era probable que al día siguiente no se acordara.

Tomó las mejillas de Francesca y disfrutaba del tacto de sus pieles al igual del como se sentía sus respiraciones agitadas mezclándose. Podía verse a distancia las ansias y el deseo de ambas por lo que al parecer ya no había vuelta atrás...