Capítulo 4 🩸

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Kelly:

Estoy quedándome dormida en la clase de gimnasia, me quede viendo películas y charlando con Stefan hasta el amanecer. No dormí ni cinco minutos, entre a la ducha y creí estar como nueva, ahora me doy cuenta que no.

Mi cabeza se apoya en el hombro de Stiles, el humano rodea mi cintura con su brazo mientras vemos a Scott y Allison trepar el muro por instrucciones de Bobby.

Nuestros problemas parecen aumentar ya que ayer nuestro querido amigo tuvo un breve encuentro con una especie de lagarto mutante, por como lo describió, se parece al monstruo que ataco al padre de Isaac.

—Bien, los dos siguientes —el entrenador me mira—. Kells vas con Érica —señala—. Al muro.

Stiles me acomoda el arnés ya que sigo con demasiada pereza como para moverme, siento como sus manos amarran mi cabello en un moño desaliñado. Luego de eso comienzo a escalar el muro con agilidad, mi compañera no tiene la misma suerte.

—¿Érica? —cuestiona el coach.

—Estoy bien —responde ella.

—Quizá no sea seguro —esa es la voz de Allison—. Ella es epiléptica.

—¿Por qué nadie me dice estas cosas? —alega Bobby—. Érica, estás bien. Lánzate del muro.

Puedo escuchar el latido frenético de su corazón mientras bajo de la cima, suelto un bufido molesto ante el pedido de mi amigo para que la ayude, no me agrada ser amable porque las personas se me acercan y luego todo termina en tragedia.

—Sujétate de mi cintura, rubia —pido una vez que llego a su lado, lo hace temerosa—. Vamos a saltar y caer en el colchón, ¿te parece?

—Si —susurra mirando mis labios.

—A la cuenta de tres, tu puedes contar si te hace sentir más segura.

Asiente lentamente, cuando la cuenta termina me alejo del muro y siento que mis pies tocan el colchón debajo de nosotros. Las risas de los demás me dan ganas de voltear y golpearlos hasta que me supliquen en italiano.

△ ▼ △ ▼

Las clases siguen normales, con Stiles siguiéndome a todos lados para asegurarse que no cometa locuras. Dice que Isaac es problema de Derek ahora, y no debo intervenir.

La chica llamada Erica de alguna forma quiso intentar superar la prueba de gimnasia al quedarse sola e intentar escalar sin protección el muro, por suerte Scott pudo sentir que algo iba mal y llegamos a ayudarla cuando tenía una crisis.

Al llegar a casa lanzo mi bolso en el sofá y me dirijo a la cocina por una bolsa de sangre, encuentro a mi hermano con el ceño fruncido mirando por la ventana.

—Te saldrá una arruga en la frente, siempre estás tan serio.

—Me asustaste —voltea rápidamente—. No te oí llegar.

—¿Esta todo bien? No me digas tus sentidos de vampiro están empezando a fallar y tendré que llevarte a la fábrica de vampiros para conseguir un repuesto.

—¿De qué hablas? —suelta una risa—. Estoy bien, solo estaba distraído.

—Paranoico —corrijo, me mira mal—. Nadie sabe que Stefan Salvatore esta aquí, además, nuestro querido hermano es cuento viejo —tomo un vaso—. Ahora tenemos otro monstruo que asesina personas.

—Oí sobre eso —apoya sus codos en el mesón—. ¿Qué crees que ocurre?

—Algo sobrenatural, eso esta claro —me sirvo un poco de sangre en el vaso—. Oí que alguien vio una especie de réptil.

ᴘʟᴀᴄᴇ ɪɴ ᴍᴇ | ɪꜱᴀᴀᴄ ʟᴀʜᴇʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora