ᴘʟᴀᴄᴇ ɪɴ ᴍᴇ | ɪꜱᴀᴀᴄ ʟᴀʜᴇʏ

Extra: Enchanted

"ᴘʟᴇᴀꜱᴇ, ᴅᴏɴ'ᴛ ʜᴀᴠᴇ ꜱᴏᴍᴇʙᴏᴅʏ ᴡᴀɪᴛɪɴɢ ᴏɴ ʏᴏᴜ"

Kelly:

Estoy sentada con las piernas cruzadas sobre la silla al estilo indio, el lápiz grafito en mi mano se mueve con destreza sobre el papel. Estoy diseñando un nuevo vestido elegante que tal vez use algún día.

—Si sabes que puedo sentir tu presencia —no volteo porque ya se quien esta allí—. Siento tus ojos sobre mi.

—¿No puedo mirarte?

Giro la cabeza por unos segundos para verlo, ingresa a la habitación y se acerca a la mesa para revisar mis cosas. Tantea una una de las telas y luego se pone a ordenar unos alfileres.

—Ten cuidado, puedes pincharte.

—Puedo sanar —me recuerda, se queja y siento un olor a sangre—. Auch.

—Te lo dije.

—Tus ojos —señala, evito mirarlo—. ¿Hace cuánto no bebes sangre?

—No importa, y no volveré a beber de ti.

Dejo el lápiz sobre la mesa y me levanto de la silla para alejarme de él y de su olor a sangre. Cruzo los brazos a la altura de mi pecho mientras observo por la ventana. Escucho sus pasos acercándose, cierro los ojos y exhalo con fuerza cuando me sujeta de la cintura para voltearme. Pongo mis palmas en su pecho para alejarlo, pero se mantiene firme.

—No sería la primera vez que bebes de mi —lame sus labios sin dejar de mirarme, alza su muñeca—. Bebe.

—No.

Acerca su muñeca a mi rostro, casi puedo saborear su sangre sin siquiera verla, siento la sangre bombeando su cuerpo. Mis ojos se vuelven rojos y siento las venas crecer debajo de ellos. Lamo mis labios dejando ver mis filosos colmillos, lo miro directo a esos ojos azules antes de volver a mi rostro normal.

—Dije que no voy a beber de ti —digo con dificultad—. Tu sangre no es mi tipo.

—¿Estás segura de eso? —cuestiona arrogante—. Ambos sabemos que si soy tu tipo de sangre.

Estoy por responder pero me quedo perdida en sus orbes azulados.

—La sangre esta aquí.

Los dos saltamos en nuestros lugares al escuchar esa voz masculina, empujo a Isaac hacia un lado. Derek esta recargado en la puerta con una bolsa de sangre en su mano y un vaso en otra.

—Creí que bromeabas cuando dijiste que irías por sangre.

—No quiero que andes por ahí drenando a la gente —señala distraído—. Hola, Isaac.

—Derek —lo saluda el rubio.

Esto no es para nada incómodo, Isaac se queda junto a la ventana mientras Derek ingresa y me sirve sangre en el vaso. Cuando me lo entrega nuestros dedos se rozan y trago saliva nerviosa. Estoy por beber un sorbo cuando mi celular suena, maldigo antes de tomarlo y responder.

—Más te vale que sea urgente, Tyler...

—Es Stefan —me interrumpe—. Corríamos en el bosque y se cayó en un pozo de verbena.

El vaso se resbala de mis manos cayendo al suelo, el ruido del vidrio se ve opacado por los quejidos de mi hermano. Ambos licántropos presentes se acercan para saber que pasó.

—Voy en camino —finalizo la llamada—. Mi hermano está peligro, tengo que ir —camino hasta la puerta esquivándolos. No me sigan.

Dicho esto uso mi velocidad vampírica para salir de aquí a la velocidad de un rayo, todo deja de tener sentido cuando se trata de la vida de mis hermanos. Claramente los dos idiota no me escucharon y me siguieron de todos modos. Agudizamos nuestros oídos para escuchar mejor los gritos de mi amigo.