Año 3: notar madurez ajena

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Harry volvió a ver a Malfoy cuando apareció con sus dos secuaces de siempre en su compartimento en el tren donde también estaba el nuevo y muy dormido profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, Remus Lupin.

No podía haberse sorprendido más. Notó un frío helado en la cara y un revuelo en la sangre. El Slytherin había cambiado tanto que hasta parecía alguien de quinto. Su cabello ya no llevaba ni un gramo de gel, luego de haber llevado kilogramos los dos años previos. Estaba desordenado, y el flequillo le caía sobre la mirada, mucho más intimidante y manipuladora. También había crecido varias pulgadas y tenía las manos llenas de anillos. Y cuando habló con su habitual manera de hablar, arrastrando las palabras, su voz ya era irreconociblemente gruesa, y para colmo ni se había fijado en él, como si fingiera que no existiera (como debía hacer él mismo en casa de sus tíos), sino en Ron y Hermione, a quienes despectivamente apodó “el chalado y la rata” respectivamente. Procedió a hacer un comentario sobre la “pobreza” de Ron, y éste se levantó de un salto y Harry siguió su ejemplo, por si tenía que sujetarlo para que no se le echara encima y despertaran al pobre maestro que roncaba, aunque Harry juró para sus adentros que si él no estuviera, se le adelantaría a Ron y sería él quien se le arrojara encima.

—¿Quién es ése? —preguntó Malfoy, dando un paso atrás en cuanto se percató de la presencia de Lupin.

—Un nuevo profesor —intervino Harry, con el odio arañándole la garganta—. ¿Qué decías, Malfoy?

Malfoy entornó sus ojos claros hacia él, como diciendo: ¿quién te preguntó, metiche? Harry se mordió el labio para no decir otra tontería y ponerse en ridículo de nuevo con el idiota.

—Vámonos —murmuró a Crabbe y Goyle, con rabia.
Y desaparecieron. Harry y Ron volvieron a sentarse. Ron se frotaba los nudillos mientras que Harry se sentía de pronto exhausto y con una adrenalina no resuelta. Quiso seguir al profesor Lupin al mundo de los sueños, pero sólo consiguió dormir despierto unos minutos…

Hasta que el dementor llegó y la muerte de su madre le gritó en los oídos.

Todos los caminos llevan a Malfoy - DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora