Escondiendo sus verdaderos sentimientos, Naruto y Sasuke entablarán una amistad por conveniencia, conociéndose más a fondo, compartiendo secretos y ayudándose entre sí. Sin embargo, habrán problemas más grandes que la vergüenza de confesar su amor...
Se había esforzado mucho para llegar al colegio; si al principio Sasuke no le pesaba, pasado un buen tramo le empezó a costar caminar. Aún así logró entrar a la enfermería y después de ayudarlo a sentarse en una cama, él se arrojó a una silla, recuperando la respiración.
Se aflojó la corbata de un tirón y resopló una risita.
—Mañana no podré entrenar— confesó y miró al Ravenclaw, quien otra vez lo ignoraba, con la cabeza baja.
—Lo siento por eso— murmuró Sasuke, pero Naruto se quedó con la palabra en la boca al ver a Shizune, la enfermera, y a Kakashi Hatake, el director de la casa Gryffindor.
—¿Qué ocurrió?— preguntó la primera, de inmediato examinando el tobillo de Sasuke, al ver que lo tenía extendido hacia adelante.
—Me caí...— respondió éste, bajo la expresión seria del director, quien miraba de él a Naruto —en...—
—En el sembrado del maestro Jiraiya, le ayudabamos con su huerto— completó el rubio con una sonrisa inocente —Sasuke tropezó y se torció un pie. Te duele mucho, ¿no es así?— le preguntó y el pelinegro asintió, sin poder creer la mentira que se había inventado en un momento.
—¿Eso es verdad?— preguntó Kakashi, observando sus uniformes sucios casi en su totalidad— Si descubro que me mienten, les restaré puntos a sus respectivas casas, Naruto— anunció.
—Por supuesto que le estoy diciendo la verdad, profesor. Puede ir a preguntarle a Jiraiya, si quiere cerciorarse— Sasuke abrió enorme los ojos ante sus palabras, pero Naruto mantenía la cabeza en alto.
—Al parecer es una fractura— dijo al fin la enfermera, interrumpiendo la conversación, y el profesor la miró —Vulnera sanentur— conjuró ella con su varita y Sasuke siseó de dolor cuando el hueso roto volvió a su lugar —Creo que con eso bastará, pero debes quedarte ésta noche en la enfermería por si acaso. Te traeré un pijama— informó y se alejó.
—Ten más cuidado— le dijo el profesor y luego volvió a ver a Naruto —Ve para tu sala común, ya es casi hora de cenar— ordenó, recibiendo un asentimiento del rubio antes de salir, y éste miró a Sasuke cuando lo escuchó suspirar.
—¿Cómo puedes decir una mentira así? ¿Y si le pregunta al profesor Jiraiya?— inquirió.
—No te preocupes, ese viejo me cubrirá. Los ingredientes eran para él de todas formas— rió y luego se rascó la nuca, un poco ansioso —Debo irme...— señaló la puerta con la otra mano, justo cuando entraba la enfermera.
—Gracias; estaría ahora en un verdadero problema de no ser por tí— admitió.
—Sí...— soltó una pequeña carcajada mientras rotrocedía, y por distraído chocó con una cortina de la enfermería, casi tirandola al suelo —Rayos...— maldijo avergonzado y sintió a Sasuke reír —Nos vemos— balbuceó ya de espaldas y se marchó.
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