—Me tiemblan las manos. Ni siquiera en mi primer partido estuve tan nervioso— confesó Naruto, sujetándo su cabeza.
Los dos estaban sentados en el césped, bajo el mismo árbol que habían hecho cómplice de sus ratos de estudio. Se les fueron asignados par de días libres para terminar de profundizar en los temas, y ya al siguiente sería el primer examen de los TIMOS.
Sasuke sonrió otra vez al ver a Naruto tan nervioso. Sentado justo al frente, podía detallar cada expresión ansiosa que aparecía en su cara.
—Intenta calmarte— aconsejó.
—Es que no entiendes, ¿y si suspendo?
—No lo harás.
—Sé que todo se me olvidará, mis padres estarán molestos, habrás perdido todos éstos meses ayudándome en vano, repetiré el año, tú ya no estarás en mi clase y...— gruñó y bajando la cabeza tiró un poco de su cabello.
—Yo sé que saldrás bien. Me lo has demostrado— dijo en tono empático y sin darse cuenta, alargó una mano y acarició detrás de su oreja.
Cuando Naruto tomaba forma de zorro, le encantaba esa caricia tan delicada del Uchiha, y quizás éste lo había hecho por impulso, pero al percatarse de su acción, ya era demasiado tarde para disimular y allí dejó su mano cuando Naruto levantó un poco la vista. Ambos se quedaron muy quietos, y los ojos azules de Namikaze se dirigieron a los labios de Sasuke, pero luego un movimiento a espaldas del pelinegro lo hizo fruncir el ceño.
Un grupo grande de alumnos se acercaba a ellos, interrumpiendo el momento tan íntimo y comprometedor, que había estado esperando por tanto tiempo. No eran de una sola casa, sinó de las cuatro. Shikamaru con su novia de Temari de Hufflepuff; Hinata, Sai y Neji de Ravenclaw, Kiba e incluso Suigetsu y otro par de Slytherins. Sin avisar se sentaron en un círculo enorme, obligando al molesto rubio a separarse de su enamorado.
—¿Qué se supone que hacen?— protestó.
—Vinimos a estudiar— contestó Shikamaru.
—Sasuke nos ayudará— dijo Suigetsu, con una cara bastante dura, y el mencionado resopló divertido.
—Pero él a quien ayuda, es a mí— exclamó Naruto.
—No lo quieras acaparar— dijo Temari y todos rieron.
Namikaze bramó, resignado a olvidar su soledad por completo, y se dedicó a escuchar callado por media hora a Sasuke, respondiendo las dudas de sus compañeros. Pero ya cuando vió a Sai acercarse demasiado y abrir un cuaderno sobre el regazo del Uchiha, se puso de pie y sin cuidado, se sentó entre ellos, obligando el capitán de Ravenclaw a separarse.
—¡Oye...!— protestó éste.
—Muévete Sai, éste es mi sitio— exclamó.
—Pero me estaba...
—Ya déjalo— suspiró Neji —¿No ves que está celoso? Teme que le quiten a su amigo.
—¿Celoso, yo?— inquirió Naruto y Shikamaru le levantó una ceja en obviedad —¡Es Sai quien está de arrimado!— acusó con un dedo —A Sasuke le molesta que no respeten su espacio personal.
—¿Y tú no estás demasiado cerca?— preguntó el Uchiha, mirándolo de reojo. Naruto abrió la boca y luego la cerró, muy avergonzado —Ya haz silencio y escucha el repaso, tonto— ordenó con una risita cómplice.
La siguiente semana fué una de muchos estrés, los estudiantes de quinto y séptimo apenas dormían debido a los exámenes. Muchos se irían después de los TIMOS, buscarían un trabajo en la comunidad mágica y no seguirían los dos años restantes en Hogwarts, pero tanto Sasuke como Naruto, querían llegar al final. Del primero se esperaba que lo hiciera, pero los profesores recibieron una gran sorpresa cuando Namikaze comenzó a examinar en más de una materia para continuar estudiando.
Siete asignaturas eran obligatorias para hacerlo, de las cuales los graduados elegirían después las que más les gustaran para cursar el sexto año, y en el séptimo hacer el ÉXTASIS de dichas materias. Naruto examinó en Pociones, Encantamientos, Transformaciones, Herbología, Cuidado de Criaturas Mágicas, Historia de la Magia y Defensa Contra las Artes Oscuras; pero Sasuke, además de esas, también lo hizo en Astronomía, Adivinación, Aritmancia, Estudios Muggles y Estudio de Runas Antiguas; siendo el único alumno que se atrevió a tomar los TIMOS de todas las asignaturas. Casi tres exámenes terribles diarios.
La última prueba terminó a las once de la noche, un sábado, y Sasuke se puso de pie satisfecho con las respuestas que había escrito en el papel; pero solo hasta la última semana del mes tendría el resultado de su esfuerzo. Al salir del gran salón, que había sido adaptado con muchos pupitres para los TIMOS, vió a Naruto apoyado en la pared del frente, con una bolsa de papel en una mano.
Negó divertido y se acercó.
—¿Qué haces aquí? Deberías estar ya en tu sala común— señaló conmocionado.
—Sí, ya pasó Kakashi dos veces para decírmelo— resopló —Pero quería ser el primero en felicitarte.
—Aún no dan las notas.
—Es igual, estoy seguro de que lo hiciste genial— se encongió de hombros y luego le ofreció la bolsa —Pensé que tendrías hambre, pues la cena ya acabó.
—Gracias...— dijo en voz baja, sujetándo la comida, y luego sonrió un poco avergonzado.
Ambos, instados a caminar por el resto de los estudiantes y profesores que salían, avanzaron hasta que se detuvieron cuando el pasillo se dividía en dos: izquierda a la casa Gryffindor, y derecha la torre Ravenclaw.
—Nos vemos mañana— dijo el Uchiha en voz baja, pero Naruto atrapó su mano, deteniéndolo —¿Pasa algo?— preguntó al verlo dudar.
—Quería pedirte una cosa— comenzó y rascó su nuca, haciéndole saber al Uchiha que estaba nervioso —El lunes es el último partido del curso escolar, y sería estupendo que pudiera verte allí— confesó y luego se mordió el labio inferior antes de continuar —Es... es contra los Ravenclaws, pero claro que ya lo sabes— resopló —Solo que, si quieres apoyar a tu casa... ¿Te animas?
—Claro— respondió con expresión dulce —Pero si voy es para apoyarte a tí— añadió y siguió caminando, dejando a Naruto embobado en medio del pasillo en penumbras.
Esa mañana del lunes estaba en verdad animada, al ser el último encuentro de quidditch y ya haber pasado los exámenes, todos los estudiantes derrochaban las energías que les quedaban en gritos y júbilo, llenando el estadio de Hogwarts a tope. El equipo de las águilas apareció y en formación, con sus capas azules, dió una vuelta a todo el óvalo antes de que los Gryffindor hicieran lo mismo.
Sasuke sonrió al ver a Naruto en medio de la procesión, luciendo como todo un capitán, con su uniforme de deporte y una sonrisa orgullosa. Había subido a una de las torres para observar el partido en detalle, y eso hizo que el rubio lo divisara de inmediato. Antes de que el árbitro diera inicio al juego, Namikaze recorrió el público como solía hacerlo y al detenerse frente a Sasuke, ágilmente se puso de pie en el palo de su escoba.
—¡Viniste!— exclamó por encima del bullicio.
—Te dije que lo haría, ahora deja de presumir— señaló nervioso y Naruto rió eufórico, contagiándolo.
Pero la risa de Sasuke desapareció cuando el capitán Gryffindor se inclinó y dejó un beso en su mejilla. Luego lo miró a los ojos, expresando sin palabras sus sentimientos y se marchó al sonar el primer silbato.
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OBLIVIATE
FanfictionEscondiendo sus verdaderos sentimientos, Naruto y Sasuke entablarán una amistad por conveniencia, conociéndose más a fondo, compartiendo secretos y ayudándose entre sí. Sin embargo, habrán problemas más grandes que la vergüenza de confesar su amor...