Vió a Neji salir de la habitación, pero a pesar de que él también debía vestirse y bajar, Sasuke solo podía permanecer en su cama sentado, sujetando en sus manos la snitch dorada que aún conservaba de Naruto. Nunca había llegado a dársela y el rubio tampoco se la había pedido, apreciándola así como un tesoro, un recuerdo ahora, algo de lo que no quería alejarse y lo que le recordaba el porqué de su decisión.
Pensando en que sería difícil verlo y que no tenía ganas de nada, Sasuke estaba a punto de decidirse a faltar a clases por primera vez, pero un sobre con un sello oscuro apareció en medio de la estancia y flotó hasta él. Era una citación del director Obito. Debía bajar a la oficina de la directora Ravenclaw para su audiencia con el ministro y su padre. Cuando el día no podía ser peor, se presentaba esto. Sasuke ni siquiera tenía rabia por dentro, solo una profunda tristeza de la que no conocía alivio.
Al final tuvo que ponerse su uniforme y ni siquiera se miró al espejo. Sabía que tenía los ojos hinchados, la piel sensible y tirante a su alrededor por haber llorado en silencio toda la noche. No conocía ningún hechizo para disimularlo, así que simplemente lo ignoró y bajó de la torre.
No sabía si quería verlo o no, pero no tuvo tiempo a pensarlo porque delante de la oficina de Kurenai estaba él. Vió su cabello rubio y su uniforme negro y rojo, de espaldas, mientras discutía más que conversaba con Kakashi.
—Lo siento, Namikaze —dijo el maestro y negó con la cabeza, haciendo a Naruto resoplar.
Sasuke apretó los puños y pasó por su lado. ¿Cómo era posible que su estómago se contrajera de esa manera? ¿Que el nudo de su garganta amenazara con hacerlo llorar otra vez por ignorarlo así?. Ni un saludo. Naruto lo vió al fin, en sus ojos se notaba una melancolía tan profunda... Sin pronunciar palabra, transmitía perfectamente lo que quería decirle. "Por favor", "hablemos"; Sasuke solo pudo bajar la cabeza y caminar hasta la puerta, dándole la espalda mientras esperaba por Kakashi.
La presencia de su padre no lo sacó de su pensamiento, ni siquiera la imponente figura del ministro, quien a su lado tenía a su hermano, el secretario, y al director de Hogwarts. También estaba las profesoras Kurenai y Tsunade junto a la enfermera, por último el señor Namikaze. Minato lo saludó con una ligera sonrisa tranquilizadora que Sasuke no pudo responder.
—Muy bien, si ya estamos todos, comencemos —dijo Madara —Hemos recibido una carta del señor Namikaze...
Solo media hora estuvieron recitando los hechos, media hora para nueve largos años de desdicha. Era irrisorio. Fugaku, como sabía que haría, negó todo; expuso sus razones, no sin poder ocultar el "error" de tener un hijo con una muggle, mentir sobre no quererlo expuesto a ese mundo... Sasuke solo podía permanecer quieto, escuchando mentiras y barbaridades. Luego llegó el turno de Minato, el nombre de su hijo salió más de una vez de su boca, evocando un sentimiento de culpabilidad terrible. Él había involucrado a Naruto en toda su porquería, estuvo a punto de provocar que perdiera su sueño de deportista profesional, y por último, le había roto el corazón.
Los presentes pensaron que sus lágrimas eran por la situación que ante él se presentaba, pero no podían estar más equivocados. Habían cosas que dolían más que el desprecio y los azotes, más que escuchar como la enfermera describía a todos las marcas terribles que le fueron provocadas en su espalda. A él no le preguntaron nada hasta que los adultos terminaron, y sus respuestas después fueron igual de escuetas.
—Ese hombre me arrancó de mi madre, me trataba peor que a escoria, me golpeaba, me hechizada... —se calló y por fin levantó la cabeza, pero en lugar de mirar a su padre, miró a su hermano mayor —¿Por qué no les dices tú?
Itachi mantuvo su expresión seria, pero sus ojos negros parecieron brillar con sopresa.
—Ya he dado mi testimonio como confidencial —respondió, provocando una risita amarga y ronca en Sasuke.
—No me importa lo que hagan con él, yo solamente quiero no tener nada que ver con su familia —dijo entonces.
Los presentes se miraron unos a otros, solo Minato no apartó sus ojos celestes de Sasuke.
—Viendo que las pruebas son irrefutables... —comenzó Madara—. También sabiendo que Sasuke cumplirá la mayoría de edad en el verano próximo, le es retirada su patria potestad a Fugaku Uchiha y se confiere su independencia una vez termine el sexto año de magia. Estará bajo la tutela de Hogwarts mientras tanto.
Sasuke ignoró los reclamos de su padre, las advertencias que le gruñó por lo bajo, incluso las palabras condescendientes de los demás presentes; solo quería salir de allí y eso hizo. Caminó hasta la puerta y la abrió, encontrándose a Naruto en la pared del frente, quien al parecer se había saltado sus entrenamientos para esperar los resultados de la audiencia. Él lo miró inquisitivo, tratando de adivinar lo ocurrido y comenzó a acercarse. Sasuke no podía enfrentarlo tan pronto, no se sentía preparado para eso y menos después de todo lo que había pasado hacía unos minutos. Pero cuando intentó huir hacia el pasillo una mano cálida y pesada se posó en su hombro. Volteó a ver a Minato, quien lo miró y luego a su hijo.
—Ya sabes que eres bienvenido en nuestra casa cuando termines sexto año —le recordó en tono bajo—. No puedo decir que me alegro en un momento así, pero... Sí, definitivamente me alegro.
La espléndida sonrisa contagió un poco a su hijo, quien estiró levemente sus comisuras al darse cuenta del resultado de la audiencia por las palabras de Minato.
—Gracias por todo lo que hizo... —murmuró Sasuke—. Tengo que irme, las clases...
—Sí, claro —exclamó el señor Namikaze y luego dijo a Naruto—. ¿Y tú? ¿No deberías estar en las tuyas?
—Ya iba —se quejó este.
Sasuke se despidió formalmente y luego comenzó a caminar apresurado, pero no pasó mucho hasta que sintió unos pasos detrás de él.
—¿Qué quieres? —se obligó a espetar sin voltear a ver para saber quien era.
—Solo quiero asegurarme de que estés bien —contestó el Gryffindor.
—Ya no tienes que hacer eso —dijo, aún caminando.
—¿Por qué no? Terminaste conmigo, pero aún somos amigos —Sasuke se detuvo de súbito al escucharlo. Con su ceño fruncido se volteó y lo encaró al fin.
—¡¿Te crees que estoy jugando?!
—No... Me consta que no —añadió Naruto con tristeza.
—Te dije que no te quería cerca, ¡¿por qué crees que es?! ¡Deja de perder el tiempo conmigo!
—Puedo hacer cualquier cosa contigo, Sasuke, menos perder el tiempo —Naruto se quedó quieto cuando Sasuke agarró su corbata con brusquedad.
—No me sigas, continúa con tu vida y olvídate de que existo —recitó como si estuviera diciendo un conjuro brutal. El Gryffindor dejó salir un suspiro entrecortado al escucharlo y luego, de un gesto brusco y con rabia en sus ojos, retiró la mano de Sasuke de su ropa.
—Por desgracia, solo puedo hacer las primeras dos. ¡Maldito caradura de mierda! Me pregunto que hubieras abandonado tú si estuvieras en mis zapatos — gruñó por lo bajó y al fin se alejó, dejando a Sasuke tan afectado que tuvo que apoyarse en la pared más cercana y luego deslizarse hasta sentarse en el suelo, pues sentía que ya no podía mantenerse fuerte, ni física ni emocionalmente. Naruto tenía tanta razón que ni siquiera se le ocurría algo para contestar. Por él, Sasuke era capaz de darlo todo.
ESTÁS LEYENDO
OBLIVIATE
FanfictionEscondiendo sus verdaderos sentimientos, Naruto y Sasuke entablarán una amistad por conveniencia, conociéndose más a fondo, compartiendo secretos y ayudándose entre sí. Sin embargo, habrán problemas más grandes que la vergüenza de confesar su amor...