13. "Una invitación atrevida"

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—Espera...— murmuró Naruto, temeroso de que los otros alumnos la escucharan.

—¿Quién eres, y dónde está Sasuke?— insistió severa —Revelio...— pronunció para ver debajo de cualquier hechizo, pero no ocurrió nada.

—Hinata— se acercó un poco —Voy a contarte todo, pero te ruego...— miró atrás —Nadie más puede saber.

Ella se quedó callada, y con retisencia volvió a sentarse cuando se lo indicó, aún sin guardar la varita.

—Será mejor que hables ya— dijo cuando lo vió demorar un poco.

—Tienes razón, no soy Sasuke. Soy Naruto Namikaze... Pero... pero él lo sabe, está a salvo, lo juro— se apresuró a añadir —Estábamos practicando una poción multijugos y resultó en éste desastre. Sasuke tiene mi cuerpo y yo el suyo. Te pido que no le digas a nadie, solo será una semana.

La Ravenclaw, después de escucharlo, frunció el ceño y sus mejillas se tornaron muy rojas.

—Eres un imbécil, te conté cosas personales pensando que eras...— balbuceó a punto del llanto.

—Lo lamento, tal vez no sea Sasuke, pero mi preocupación al verte llorar fué real— señaló apenado.

—No te creo nada. Incluso estás en la misma casa que ella...— sollozó al fin y Naruto tomó rápidamente su mano.

—Guardaré tu secreto— aseguró.

—¿Y cuando regresen a sus cuerpos? ¿Qué te detendrá el decirle?— Namikaze mordió su labio y se rascó la cabeza con ansiedad.

—Yo amo a Sasuke— murmuró, lo suficientemente alto para que ella lo escuchara. Hinata dejó de llorar y fijó sus ojos grises en él —Lo amo muchísimo, desde tercer año ¿Ya estamos a mano?

—¿Él lo...?

—¡No!— exclamó —Por supuesto que no— suspiró —Apenas empezamos a pasar tiempo juntos ahora que me ha estado ayudando con los estudios. Antes ni soñarlo. Si se lo digo se alejará y ya no seremos amigos— farfulló, apoyando la cabeza en el cristal de la ventana.

La chica se quedó un largo rato en silencio, hasta que Naruto se vió obligado a mirarla de vuelta.

—No diré nada,— prometió, recibiendo una leve sonrisa —pero debes actuar más como Sasuke, si es que no quieres que otros se den cuenta.

—Tratar con los Ravenclaws es difícil— reconoció —No se les engaña fácilmente.

—No— dijo con orgullo —Y aún así piensas que él no sabrá de tus sentimientos— soltó una risita divertida.

—No me presta tanta atención...

—Que Sasuke Uchiha te hable, ya es toda una proeza, así que siéntete dichoso— le dió un empujón amistoso en el brazo —Por eso mencionaste antes que ojalá pudieras invitar al baile a quien te gusta; hablabas de él.

—Sí...

—Deberías hacerlo.

—¡Ni loco! Sería como una confesión— señaló con obviedad.

—¿Por qué, no es el día de la amistad también? Me dijiste que eran amigos.

—¿Por qué, no es el día de la amistad también? Me dijiste que eran amigos

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