48. "Roto"

609 117 43
                                    

Hogwarts parecía más un gallinero que un colegio. Los alumnos estaban alborotados y todo el mundo comentaba o hacía teorías de lo que había pasado para que el hechizo fallara la noche anterior. Desde que habían invadido el Ministerio de Magia, hasta que el mago que lo hizo resultó ser un charlatán. Lo cierto era, y Sasuke lo sabía, que para realizar un hechizo tan grande, debían tener un artefacto de cristales amplificadores, un mago y una varita sin dudas poderosos. Muchas cosas podían salir mal, pero que esto sucediera y lo que implicaba para la comunidad mágica, había puesto todo de cabeza.

¿Qué pasaría ahora? ¿Repetirían el hechizo? No había noticias del Ministerio sobre el asunto, y Sasuke solo pensaba en su madre, quien por culpa de Fugaku, fué la única muggle que había olvidado la magia.

Su rostro delicado, el cabello negro y esos nuevos lentes, el Ravenclaw podía verlos con claridad en la poción, junto con la expresión confundida que había puesto al encontrarlos a Naruto y a él frente a su puerta. Sin embargo, cuando agregó el último ingrediente, el brebaje reaccionó volviéndose transparente y soltando un humo brillante hacia el techo del salón, llamando la atención de todos los que allí estaban.

—Un veritaserum perfectamente ejecutado —halagó el profesor Orochimaru, colocando una mano en su hombro en forma de felicitación.

Sasuke solo asintió con seriedad, pero sentirse mal pasaba a segundo plano cuando Naruto se acercaba. El Gryffindor se coló muy fresco a la clase que ya no daba, y saludó al profesor como viejos amigos. Sasuke sabía que no lo iba a sacar debido a todos los ingredientes animales que este le había proporcionado, pero junto con Naruto, quien se paró a su lado a observar lo que hacía, las malas caras de Shion se hicieron más visibles. Ambos la ignoraron hasta que exclamó furiosa.

—¿Por qué no le dice que la pruebe, profesor? —Orochimaru levantó una ceja, con curiosidad.

—Tuvo una buena reacción, estoy seguro de que funciona —dijo este.

—Me refiero a que Uchiha necesita decir un par de verdades. Tal vez el veritaserum se lo haga soltar de una vez —expetó ella.

—¿De qué mierda hablas? —la expresión grosera de Sasuke acabó de llamar la atención de todo el salón, e incluso Naruto abrió enormes los ojos y lo miró.

—De que más de uno de nosotros sabemos que le diste amortentia a Naruto. ¿Cómo explicas entonces que ande como estúpido detrás de tí? ¡Un chico! —casi gritó Shion. Algunos asintieron, pero la gran mayoría solo observaba la escena con diversión.

—Ah, es que soy ga... —las palabras del Gryffindor se cortaron cuando vió a Sasuke beber del cucharón con el que revolvía la poción.

Después de hacer un sonido rasposo en su garganta, le dió un golpe a la mesa y la miró con furia.

—¿Contenta? No le dí ninguna poción. Él está conmigo porque me ama —aseguró, respaldado por la poción de la verdad.

—Eso es muy cierto —secundó Naruto, levantando un dedo.

—Deberías curar tus delirios y dejar de dispersar veneno sobre nosotros —continuó Sasuke—. Naruto es mío, llevó casi cuatro años enamorado de él y por lo que me consta, le gustan las ver...

—¡Espera! Creo que ya es suficiente —rió el rubio, cubriéndole la boca con las manos.

—Un resultado bastante potente, Uchiha —exclamó Orochimaru con una carcajada—. Diez puntos para Ravenclaw.

Ambos aún reían de la cara con la que Shion salió del salón. Lo cierto era que con esa escena habían callado muchas bocas, pero abierto otras. Ahora, cada vez que pasaban por delante de un grupo de gente, escuchaban susurros y algún gritito agudo de emoción. Sasuke solo rodaba los ojos, pero Naruto volteaba a ver, aumentando las reacciones.

OBLIVIATE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora