16. "El Boggart"

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Subió las escaleras a toda prisa, dijo la contraseña delante de la dama gorda y pasó frente a un par de alumnos de primer año que aún seguían despiertos en la sala común. Cuando llegó al dormitorio, aprovechando que Shikamaru no estaba, suspiró profundamente y soltó una risita emocionada.

Naruto había dicho que extrañaba verlo ¿Cómo podía interpretar eso? Sasuke negó repetidas veces, no debía hacerse ilusiones; tal vez solo lo dijo de manera inocente. Namikaze era bien directo con lo que hablaba y en más de una ocasión le había recalcado que eran amigos. Solo esperaba no haber quedado expuesto, pues él mismo notó su cara arder en más de una ocasión durante toda la noche.

Se deshizo del traje y después de colocarse el pijama de Naruto, se acostó, pero su respiración seguía rebelde y su corazón desbocado.

Sasuke puso una mano en su pecho, percibiendo claramente los latidos, pero en un afán por tranquilizarse, metió la mano después de desabotonar la camisa y presionó. Fué peor el remedio, pues la calidez y la dureza del pecho del rubio, pronto lo obligaron a acariciar la piel con la punta de sus dedos.

Varios días habían pasado desde el accidente con la poción, y aunque a Sasuke lo provocaba mucho ver el cuerpo desnudo de Naruto, nunca se atrevió a tocarlo de manera lasciva, pero esa noche, después de esas palabras...

—¿Me odiarías si te enteras?— murmuró, inclinándo su cabeza para ver el abdomen marcado, ahora siendo redibujado por sus caricias —No tendré otra oportunidad de... Y te deseo— suspiró.

Percibiendo un latido en la entrepierna, abrió grande sus ojos azules y dirigió la mano un poco temblorosa hasta allí. Jadeó al tocar, sintiendo la forma dura y alargada, sin dudas estaba excitado. Tenía el cuerpo de Naruto a su disposición.

No quiso seguir cavilando en lo incorrecto de sus acciones, simplemente alcanzó la varita blanca en la mesita y cerró las cortinas del dosel, quedando oculto por si cualquiera entraba a la habitación de repente. Sería rápido, pero solo una vez... Lo necesitaba, después de la cura simplemente soñaría con tenerlo, justo como había hecho por años.

Se cubrió complementen con el edredón, luciendo como un capullo debajo de éste, y bajó un poco sus pantalones. Sasuke jadeó ahogado cuando tocó directamente la piel del miembro erecto. Era grande y viril para ser de un chico de dieciséis, y el efecto de relamerse los labios inconscientemente, demostró que su gusto por Naruto era casi palpable. Lo rodeó con una mano y utilizando su propia humedad, comenzó a acariciarlo en toda su longitud.

Lo imaginó en su uniforme de quidditch, sudado después de un partido, o sonriendo tras rodear sus hombros con un brazo; sujetándo su mano cuando le mostraba como hacer el movimiento correcto de un conjuro. Su voz...

La puerta de la habitación se abrió y se quedó estático al escuchar el quejido de Shikamaru. Pero estaba cubierto por el edredón y las cortinas, solo debía mantenerse muy callado y pensaría que dormía...

—Diablos... mis pies— farfulló el Nara y luego el crujido de su colchón le hizo saber a Sasuke que se había acostado.

Esperó por unos veinte minutos en los que no escuchó un solo ruido y entonces siguió, tratando de mantenerse muy callado y moverse lo menos posible. No necesitó mucho para correrse, se encontraba tan caliente y tenía tanta adrenalina, que cuando menos lo esperó su mano estaba muy mojada y resbalosa. El gruñido del fuerte orgasmo lo acalló contra la almohada y su respiración agitada también.

 El gruñido del fuerte orgasmo lo acalló contra la almohada y su respiración agitada también

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Naruto pensó toda la madrugada en lo que Hinata le advirtió. Sasuke era un Ravenclaw, el más inteligente de todo el colegio; lo que le dijo la noche anterior había sido una confesión bastante patética, pero si lo notó o no, lo sabría al verlo en la mañana. Solo esperaba que no lo rechazara e intentara alejarlo.

Se detuvo frente al salón de Defensa Contra las Artes Oscuras, dejando pasar a varios alumnos que ya iban a ocupar sus puestos, y esperando por él como era su costumbre; pero al ver a Shikamaru hacerle una seña para que se acercara desde el final de patio, no tuvo más remedio que responder al llamado.

—¿Qué quieres? Sasuke ésta al llegar y si nos ve juntos, sabrá de inmediato que hay algo raro— murmuró nervioso, mirando a su alrededor.

—Bajé primero que él— anunció —Los ví anoche, la pasaste muy bien— dijo con una sonrisa pícara y Naruto rascó su nuca.

—Sí, ¿verdad? Pensé que no le gustaría pero...— se encogió de hombros.

—¿Le dijiste algo?

—No precisamente— respondió, un poco frustrado.

—No demores más, acaba de confesar tus sentimientos— aconsejó.

—¿Cuántas veces voy a tener que repetirlo? Ni siquiera sé si le gustaría que un chico...— el Nara negó con diversión, logrando que Naruto dejara de hablar.

—Eres tan despistado— resopló —Anoche llegué a la habitación después de que logré que Temari me soltara, ¿y adivina a quién encontré "dormido" con las cortinas cerradas?— hizo las comillas con sus dedos.

—Estaba cansado...

—Eso creí, pero casi a punto de cerrar los ojos escuché un sonido bastante sugerente— informó en voz baja.

—¿Qué estás queriendo decir?— Shikamaru rodó los ojos.

—Si a Sasuke no le gustaras, ¿por qué razón jugaría con tu...?— señaló hacia abajo y a Naruto casi se le salen los ojos al comprender.

—¡Borra de tu mente eso que escuchaste, Shikamaru!— amenazó con su cara y orejas muy rojas —¡Ahora, o lo haré yo!— hizo ademán de sacar la varita.

—No seas malagradecido, ni que hubiese querido escucharlo. Solo vine a decirte, lo que hagas con la información ya es cosa tuya— dió dos golpecitos con el dedo índice en su hombro y se fué.

Naruto resopló incrédulo mientras atravesaba el patio de vuelta al salón, luego rió. Sasuke se masturbó estando en su cuerpo, cuando él había prometido cuidar el suyo. Ni siquiera miraba cuando tenía que bañarse, para evitar tentaciones...

—¿Le habrá gustado?— murmuró con un leve sonrojo —Mi...— levantó la vista para encontrarlo frente a la puerta, pero cuando sus ojos chocaron, el Uchiha evitó la mirada rápidamente —¡Humm...!— rió —¿Tiene remodimientos ahora?— ya estando frente a Sasuke, sonrió con naturalidad —Buen día.

—Buen día— respondió éste, entrando al aula seguido de Naruto.

—Fué una noche agotadora, ¿dormiste bien?— preguntó, intentando ocultar su tono travieso.

—... Sí, bastante bien, ¿y tú?

—Divino— respondió risueño.

—Por favor, háganse a un lado para apartar las mesas— pidió el profesor Tobirama, un hombre grande y de cabello blanco, hermano menor del director del colegio.

Todos hicieron caso de inmediato, pues era sabido que no tenía mucha paciencia con los distraídos. Naruto y Sasuke vieron flotar las mesas hasta el final del salón y después se pusieron en fila cuando el profesor de DCAO lo indicó.

—¿Maestro, hoy toca la clase del Boggart?— preguntó Sakura, de Gryffindor, y todos comenzaron a murmurar.

—Déjame anunciarlo al menos, Haruno— protestó Tobirama —Alguien que me diga lo que es...— pidió, arrastrando un enorme y pesado baúl hasta el frente de la fila. Cuando Sasuke levantó la mano, Naruto lo miró extrañado —Ilumíname, Namikaze...

—Un boggart es un no-ser amortal de forma cambiante, capaz de transformarse en la imagen de lo que más teme su espectador. Debido a su habilidad para cambiar de forma instantáneamente, nadie sabe cual es la forma original de un boggart cuando está solo— respondió, dejando a varios con la boca abierta, incluyendo al profesor. Naruto hizo una expresión de desconcierto y se acercó más.

—¿Qué estás haciendo?

—Dándote unos puntos extras— respondió Sasuke, sacándole una sonrisa de complicidad.

—Cinco puntos para Gryffindor— exclamó y luego señaló a la primera de la fila —Vamos, Sakura, ya que estabas tan entusiasmada— dijo Tobirama —Cuando el Boggart salga y tome la forma de tu peor miedo, apúntalo con tu varita, piensa en algo gracioso y dí: ¡Riddikulus!

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