Capítulo 20: "Ismael".

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Ismael Carbajal estudiaba en el mejor colegio de mercadotecnia y publicidad en todo el estado de Fang

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Ismael Carbajal estudiaba en el mejor colegio de mercadotecnia y publicidad en todo el estado de Fang. Cada día se esforzaba por entregar todas y cada una de sus tareas para conseguir el mejor punteo y destacar como mejor alumno en el cuadro de honor. Cuando se trataba de exámenes bimestrales, Ismael trasnochaba estudiando sin parar hasta retener toda la información posible para ir muy bien preparado para las pruebas. Siempre conseguía la nota máxima, y sus padres obtenían esa satisfacción de que su legado de mejores estudiantes, continuaba. Ese día de exámenes finales no pretendía ser la excepción, pero lo fue...
     — ¡Suéltenme, cabrones! —Gritó el castaño, mientras era llevado de los brazos con fuerza por dos de sus compañeros, hacia el tercer nivel del establecimiento, donde no había más que aulas vacías que estaban en plena construcción, pero que justo ese día, por mantener la concentración de los alumnos, la obra se detuvo para evitar el ruido.
     — ¡Cállate el puto hocico, Ismael! —Ordenó uno de los otros, Ulises, se llamaba.

Lograron introducirlo a uno de los salones, lanzándolo al suelo con fuerza, hiriendo sus palmas con las piedras y tierra que reposaban ahí, entre tantas herramientas y sacos de cemento. Eligieron ese sitio porque estaba dentro del establecimiento, nadie lo custodiaba y les permitía calcular su tiempo para llegar puntuales a la última prueba del penúltimo año de su carrera, que definiría su desempeño escolar y la cantidad de diplomas de reconocimiento que obtendrían en el acto de cierre de ciclo.
     — ¿Qué quieren? ¿Por qué me traen aquí? —Cuestionó, intentando ponerse pie, sacudiendo sus manos escasamente manchadas de sangre.
     —Tengo una beca que cuidar, y tus malditas notas "destacables" —imitó comillas—, me la están cagando. Tengo que estar en el puto cuadro de honor para que me dejen seguir en este colegio el último año de la carrera, y si sigues sacando notas altas, solo vas a hacer que me echen —Ulises explicó brevemente la razón del rapto.

Ulises, como algunos otros alumnos, era becado, vivía en el municipio de Wesibi y viajaba todos los días en transporte público hasta Catlán para llegar a ese colegio donde buscaba crecer profesionalmente y convertirse en un gran mercadólogo y publicista, pero la excelencia de Ismael le estaba poniendo una piedra de tope, que amenazaba con arrebatarle esos sueños. No quería quedarse a medias, derruido del lugar que le estaba dando toda la satisfacción que él y su familia habían necesitado por años como un impulso de que la vida puede ser mejor de lo que para ellos había sido.

Ulises creció en un barrio, rodeado de escasez, de delincuencia y pobreza, y llegar hasta donde anhelaba llegar, era algo que revolucionaría todo su pasado. Dejaría de ser un niño cualquiera que recogía latas de la calle y se las daba a sus padres para venderlas a la chatarra y tener algo para comer, para convertirse en un hombre serio, importante y destacado como su referente en la rama de la publicidad: Pol Asturias. No pretendía tirar la toalla en absoluto, y sus deseos de ser exitoso, le estaban comiendo la cabeza para hacer cualquier cosa con tal de evitar que alguien más se posicionara en el lugar donde él creía que debía estar.

Yo, ErróneoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora