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Laena Velaryon había muerto en un intento de dar a luz a su tercer hijo con Daemon Targaryen.

Rhaella frunció el ceño al ver que su tío se había reído en pleno funeral. Que falta de respeto. Cuando el funeral terminó cada uno se fue por su lado, parecían desconocidos. Hasta sentía que estaba lejos de Aegon con quien siempre había estado desde que era una niña y el por su parte se dedico a emborracharse cuando se entero de que su madre lo había comprometido con su hermana Helaena.

Rhaella se acerco a los gemelas para darles el pésame y se quedó junto a ellas.

—Es una idiota — murmuro y Aemond le dio un codazo.

—Ella será tu esposa—Aegon  rodo los ojos.

—No tenemos nada en común— dijo obvio —Cásate tu con ella, yo.....

Aemond lo miro unos segundos.

—Me casaría, si madre me hubiese comprometido con ella. Cumpliriamos con el deber y mantendriamos la sangre pura.

—Tenemos algo en común, a ambos nos gustan las cosas con patas largas. ¡ Criada!

Se fue detrás de la mujer que había pasado segundos antes. Seguramente iba emborracharse como siempre.

—Es un tonto — susurro para si mismo —Helaena es mucho para él.

Rhaella dejo que las gemelas se quedarán con su abuela y se dispuso a seguir a Aegon siendo precavida para que nadie la viera, pero no pasó desapercibida bajo los ojos de Daemon Targaryen.

—Aegon — lo llamo bajando los escalones de aquel lugar — Vamos, salgamos de aquí.

—¿ Para que? — se quejo cuando Rhaella le quito la copa que tenia y la derramo frente a él —Ninfa........

—Vamos, madre y Otto no te pueden ver así.

Aegon resoplo y Rhaella se sento a su lado.

—Sabes que no me gusta que te regañen — suspiro entrelazando su dedos con los de él —Otto suele ser muy duro.

—Ay no sabes nada mi querida ninfa—paso una mano por su cabello —Deja de preocuparte por mi. Ve a estudiar o puedes volar. Yo estaré bien. ¿ De acuerdo?

—Aegon, por favor — tomo su rostro entre sus manos y su hermano se sonrojo —Ya casi es de noche, vayamos a que se  te quite esa borrachera y después iremos a volar.

Aegon se levantó y le ofreció la mano. Rhaella podía ser una niña ingenua y un poco tonta, pero siempre obtenía lo que quería y jamas le decían que no, mucho menos Aegon.

Caminaron por los pasillos tratando de encontrar la habitación que le habían asignado a Aegon.

—¿ Donde andarán los guardias? Seguro que ellos lo saben — rodo los ojos.

—Les pague para que no me molestaran —Aegon sonrío —Lo siento, ninfa. Tendremos que buscarla por nuestra cuenta.

—Debería estar estudiando Valyrio y no en esto, pero agradece que no quiero que te regañen.

Se paro frente a una puerta y la abrió.

—Creo que es esta — se encogió de hombros y asintió al ver el broche que ella le había dado en su onomástico —Si, es esta.

Lo dejo sobre la cama mientras este se reía de cualquier cosa y comenzó a llenar la tina con agua fría.

—Aegon, ven acá — se acerco a la cama y lo tomo de los brazos.

—¿ Qué haces? ¿ Vas a besarme?

Rhaella suspiro con cansancio y se echo a reír con el grito de Aegon al ser tirado al agua fría.

ENTRE SOMBRAS {AEGON II TARGARYEN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora