ENTRE SOMBRAS {AEGON II TARGARYEN}

52

Rhaella empujó a Jacearys y tomo una capa para salir corriendo de ahí. Corrió tan rápido como pudo hasta la habitación de Vaegon y lo llamo.

—¡Vamos!—tomó su mano y la jalo para seguir corriendo.

Empujó a algunas sirvientas para que Jace se tropezara. Eso le daría más ventaja. Se detuvo de golpe al ver a uno de los guardias.

—¿Sir...

—Mi reina, vamos—sir Arryk le tendió la mano—No tenemos mucho tiempo.

Vaegon se coloco la capa que le dio el guardia y tomo la mano de su nieta dejándose llevar por los pasadizos.

—Estás sangrando—susurro viendo el camino de sangre que dejaba su nieta.

—Jacearys intento apuñalarme, pero no pudo matarlo.

—¿A quien?

—A mi hijo, vamos.

Se cayó cuando entró al carruaje, pero poco le importo cuando escucho los rugidos de Dreamfire.

—Cuando me monte en mi dragona ni los Dioses van a detenerme—susurro mirando por la ventana—Dile que se apure la guardia empieza a seguirnos.

Los carruajes iban a toda velocidad detrás de la reina que estaba escapando con éxito. Aemond se dedicaba a quemar a los caballeros mientras que Helaena iba detrás de los carruajes intentando que Dreamfire los devorara.

Syrax y Vermax rugian al sentir lo mismo que sus jinetes.

—¡Se la están llevando!—la reina le grito a su esposo—¡Vienen por ella, no por nosotros!

Jacearys tomo a Hermana Oscura en un momento de desesperación y Daemon lo siguió.

El carruaje de Rhaella se detuvo abruptamente y la reina se golpeó la cabeza muy fuerte.

—¿Qué pasa? —le pregunto al guardia y este de bajo del carruaje.

Vaegon se quedó atónito al ver al dragón dorado frente a ellos y detrás estaba Dagahra. La dragona había estado atada durante aquellos días y aún seguía adolorida con todas las flechas que había recibido buscando proteger a su jinete.

—¿Estas viendo lo mismo que yo? —le pregunto a su abuelo cuando vio a Aegon a lomos de Sunfire.

—¡Vamos!—le grito su esposo—¡Tenemos que salir de aquí!

Rhaella reacciono y dio la vuelta para montarse en su dragona junto con Vaegon.

—¡Síguenos!—le pidió a sir Arryk.

Le costaba asimilar lo que estaba pasando a si que se aferro a Dagahra y siguió a Sunfire sin creer en lo que estaba haciendo.

—Lo logramos—susurro—Salimos de ahí...

Vaegon asintió y la abrazo.

Rhaella cayó desmayada en los brazos de Gwayne Higwtower cuando aterrizo. La sangre de su pierna había machado a la dragona azul casi blanca. Sin mencionar la alarmante herida en su frente.

—¡Busquen al maestre!

—Yo soy su maestre—Vaegon lo miro y el Higwtower asintió llevándola hasta la habitación de Aegon.

Sunfire aterrizo frente al castillo bajando a toda prisa como si su vida dependiera de encontrar a Rhaella.

—¿Donde está?—le pregunto a su tío.

—El maestre la está atendiendo y tu también deberías dejar que un maestre te vea.

Aegon lo ignoro y se fue a la habitación en donde estaba Vaegon cociendo la herida de la frente de Rhaella. El peliblanco estaba atónito mientras miraba el vientre abultado de su esposa.

—Era verdad—susurro intentando regular la respiración.

—Por supuesto que era verdad—Vaegon lo miro—Rhaella esta fuera de peligro y te sugiero que esperes a que este bien para estar con ella.

—No pienso separarme de ella ni un segundo—susurro—Una vez lo hice y mira lo que pasó.

—Se ha desmayado por el shock de verte y creo que será lo mismo cuando despierte. Espera a que reacomode sus ideas y después podrás verla.

—Viejo a veces me caes mal—rodo los ojos.

—Deja de ser terco y vamos para que revise tus heridas.

—Primero déjame darle un beso—pidió y Vaegon acepto.

Aegon se acerco a ella con mucho cuidado y dejo un beso en su frente con cuidado de no lastimarla. Después miro su vientre abultado y con mucho cuidado coloco su mano sobre este. Se sentía tan feliz y se acerco para besar su panza.

—Te amo Rhaella Targaryen.

Besos 😘