ENTRE SOMBRAS {AEGON II TARGARYEN}

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Rhaella se tiro con cuidado a un lado de su esposo mientras intentaba regular su respiración.

—Lo siento—sonrío—No era mi intención lastimarte.

—Me atacaste—se echo a reír—En serio me extrañaste.

—Créeme que lo hice.

Aegon vio otra vez aquel vientre abultado. Se había contenido porque no quería hacerla sentir incómoda.

—¿Puedo?

—Eso no se pregunta—sonrío tomando su mano—Puedes hacerlo cuando quieras.

—Me parece mentira que esto esta sucediendo—apoyo la cabeza en el vientre con cuidado—Me parece irreal.

—A mi también.

—Mira se está moviendo—señaló cuando sintió el movimiento.

—Sabe que lo amas—sonrío acariciando su cabello—Te amamos.

—Y yo a ustedes—poso una mano en sus muslos y los abrió ligeramente—¿Otra vez?

—Estás herido, Egg...

—No para esto.

Rhaella se comía algunas fresas mientras escuchaba a Gwayne Higwtower y su hermano hablar sobre el ataque a Desembarco.

—¿Ustedes creen que ellos nos ataquen estando aquí?

—Tenemos a Viserys, es lo más probable, pero vamos a estar listos. Cuatro dragones adultos...

—Dreamfire y Dagahra están heridas—Aegon miro a su hermano.

—De igual manera pueden protegerlas y esa es la idea.

—Rhaella, Helaena y los niños son la prioridad aquí—Gwayne miro el comandante—En caso de un ataque ellos van primero.

El comandante asintió y señaló algunos puntos en el mapa.

—Hola corazón—Rhaella se levantó cuando una Doncella entró al salón con el pequeño niño.

—No ha dejado de llorar desde que se despertó—comento la doncella.

Rhaella lo tomo entre los brazos y salio en busca de Vaegon.

—¿Es posible que tenga cólicos?—pregunto—¿O extraña a Rhaenyra?

—Puede ser la segunda opción—se encogió de hombros.

—En ese caso estaré todo el día con él—sonrío cuando el pequeño se acurrucó en su pecho—Su hijo ahora es mío.

—Rhaella...

—¿Hay alguna posibilidad de que pueda darle pecho?

—Por ahora es mejor una nodriza—sugirió.

Rhaella se había dedicado al pequeño niño casi toda la tarde mientras intentaba calmarlo y había sido un poco fácil. Aegon sonrío al verla dormida y al pequeño Viserys con su oído pegado en la panza de su esposa.

—Hola pequeño—susurro—¿Intentas hablar con tu primo o prima?

Viserys sonrío y se acurrucó al lado de Rhaella mientras Aegon negaba. Se acostó a su lado y acaricio su cabello.

—Me recuerdas tanto a mi hijo—sonrío—Los hombres Targaryen hacemos clones.

—Somos hermosos—Rhaella susurro—Ustedes son hermosos.

Abrió los brazos para que ambos se acurrucaran con ella.

—No voy a dejar que Rhaenyra me lo quite—susurro—Ahora es mío.

Daemon había despertado varios días después y lo que encontró no le gustó para nada. Jacearys estaba herido e inconsciente.

—Mi hijo—susurro—Helaena se llevó a Viserys.

—Debemos buscarlo—se levantó.

—¡Estuve días encerrada!—le grito—Ahora se lo que sentía Rhaella cuando estaba aquí. Nosotros le quitamos a su hijo y ahora la vida se encarga de quitarme a mi bebés.

—Ganaremos esta guerra—se acerco a ella—Buscaremos a nuestro hijo y ganaremos esta guerra.

—Con una condición—Rhaenyra se levantó de aquella silla y tomo su mano.

—¿Cuál es esa condición?

—No tocaremos a mis hermanos—susurro—Ninguno de ellos puede salir lastimado.

—Tu eres la reina, tu decides.

Rhaenyra asintió y lo abrazo. Daemon haría lo que fuera por que su esposa se sentará en aquel trono y sus hijos continuarán el legado de la Casa del dragón y si para eso tenía que matar a su propia sangre lo haría sin importar lo que eso costará. Jamás había considerado a Aemond como un hijo y mucho menos en aquella situación es por eso que no tendría piedad con ninguno de los hijos de Alicent Higwtower. Amaba a su sobrina con todo su corazón, pero si se interponía en sus planes la eliminaría aún cuando años atrás había jurado protegerla de sus enemigos.

Rhaella jamás debía enterarse que ella era la heredera legítima del rey Jaehaerys mucho antes de nacer y en parte le daba rabia porque Rhaenyra tenía razón.

Jamás iba a aceptar que el rey Jaehaerys colocará a Baelon por encima de él y fue por eso que lo mató en la guerra que habían ganado en los peldaños de piedra.