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Rhaella paso toda la tarde con Helaena y los recien nacidos, los pequeños eran Targaryen en todo su esplendor. Eran muy parecidos a su madre y también eran una rara combinacion entre Aegon y Aemond.

Volvió a su habitación, pero frunció el ceño al ver a Aegon recostado en su cama.

-¿ Qué estas haciendo aquí? Es inapropiado, no quiero problemas con madre y tampoco con Helaena, mira que hoy he conseguido restaurar mi relación con ella y he dejado de sentirme celosa.

Se arrepintió de sus palabras al ver la cara de diversión de Aegon.

-¿ Te sientes celosa de nuestra hermana, ninfa? Eso me encanta.

-Es tu esposa, ten un poco de respeto por ella.

Aegon se echo a reír y se levantó acercándose a Rhaella, esta dio dos pasos atrás, pero Aegon la tomó por la cintura dejándola a escasos centímetros de sus labios.

-Aegon..... Helaena....

-Shhhh, nuestra hermana no tiene nada que ver con nosotros - susurro -¿ Te cuento un secreto?

Asintió.

-Jamás he tocado a Helaena, no podría hacerlo, es mi hermana.

-Los mellizos -frunció el ceño.

-Aemond, nuestro pequeño hermano tiene puntería.

Rhaella abrió los ojos incrédula y entonces recordó lo feliz que estaba Aemond cuando la recibió en Pozo dragón y el porqué de que Aegon haya salido tan asustado de la habitación de su esposa.

—¿ Estas loco? ¿ Cómo que Aemond? Es un niño, se un mejor mentiroso.

—Tu también, eres mala para decir mentiras y aun no niegas que estas celosa.

—¿ Por qué habría de estarlo? Tu estas casado y yo estoy comprometida con Jace.

Aegon apretó el agarre en su cintura y se acerco a su oído.

—¿ Alguna vez.....Jace y tu......te toco de alguna manera? — susurro y sintió un escalofrío.

—No, mi virtud sigue intacta. Apenas y podemos besarnos.

—No, ninfa — susurro —Tus labios me pertenecen desde aquella noche en Marcaderiva, quería olvidarte, quise hacerlo muchas veces, pero no puedo, Rhaella. Eres parte de mi y no me importa si no me amas como yo a ti, tengo suficiente amor para los dos.

En aquel momento el corazón de Rhaella se partió en mil pedazos, maldita sea, quería decirle que lo amaba tanto como el a ella, pero no podía, no debía porque si lo hacía se condenaría a vivir igual que su madre y ella quería ser feliz, quería hacer feliz a Jacearys. Después de todo, para eso la había criado su madre.

—No es suficiente, lo siento —se separo de él —¿ Podrías irte? Quiero estar sola.

Aegon asintió y la guió hasta la cama para arroparla como solía hacerlo cuando eran niños. Rhaella sonrío con tristeza y dejo un beso en su mejilla.

Aegon le devolvió el beso y revolvió su cabello.

—No olvides que te quiero y que siempre voy a estar. Aunque tu me dañes, yo siempre voy a estar.

—Quiero volver a ser niña, te extraño muchísimo — susurro antes de quedarse dormida.

Aegon salió por el pasadizo y volvió a su habitación deseando morirse en aquel momento. Pasó por la habitación de Helaena y pensó que sería una buena idea ver a sus pequeños sobrinos, pero se detuvo al escuchar la voz de Aemond y los quejidos de Helaena.

Volvió a su habitación y sonrío al ver la botella de vino que tenía en su mesa de noche. La tomó como si aquello pudiera quitar el nudo en su garganta o la opresión que sentía en su estómago. Segundos después se quedó dormido con la mitad del cuerpo fuera de la cama.

Rhaella dormía tranquilamente hasta que empezó a ver cosas extrañas en su sueño, era algo muy distorsionado, pero podía ver personas borrosas

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Rhaella dormía tranquilamente hasta que empezó a ver cosas extrañas en su sueño, era algo muy distorsionado, pero podía ver personas borrosas.

—Shiera — el hombre tomó sus manos entre las suyas —No tengas miedo, no importa si no quiere venir, yo estoy aquí para ayudarte, siempre hemos estado juntos.

—Baelon — susurro y apoyo su cabeza en su hombro —Quisiera que las cosas volvieran a hacer como antes, papá estaba vivo y ella me daba atención, soy su hija, maldita sea.

—Ella ya no importa, yo estoy aquí, yo soy el padre de nuestro hijo o hija y estaré ahí para ti. Verás que podremos criar a nuestros hijos y tendrán todo el amor que algún día se nos nego. ¿ Lo entiendes? No seremos como ella.

Shiera asintió y paso las manos por su vientre abultado, estaba tan feliz y a la vez tan triste.

Rhaella despertó con la respiración acelerada. Ya sabía quién eran sus padres solo tenía que averiguar el nombre de sus abuelos y después podías hablar con su familia.

La puerta del pasadizo se abrió ligeramente y está frunció el ceño.

—¿ Aegon? — murmuro.

Un hombre alto, encapuchado y desconocido salió del pasadizo y Rhaella salto de la cama para buscar su daga. Logró ser más rápida y clavarle  la daga en el  ojo, pero no era uno solo. Eran cuatro hombres y los otros tres se asomaron en la puerta del pasadizo.

Grito, lucho, pataleo y los lastimo. Hizo de todo para que no se la llevarán, pero estaba desarmada y aquellos hombres eran más grande en estatura y mucho más fuertes que ella.

—¡ AEGON! —Fue lo último que dijo antes de que se la llevarán por el pasadizo.

 ●

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Hola! Otra vez yo. Bueno ya se van armando las piezas del rompecabezas y muy pronto se sabrá quienes son los abuelos de Rhaella.

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Besos 😘

ENTRE SOMBRAS {AEGON II TARGARYEN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora