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Rhaella entró a aquel lugar tomada de la mano de su esposo y lo que le sorprendió fue que el jamás la dejó caminar detrás de él. Era su igual.

Sonrío al ver que todos los miembros del consejo le hacían una reverencia a ella y a su marido. Otto y Alicent se miraron entre ellos y Aegon sonrío.

—¿ Qué les sorprende? Rhaella está capacitada para ser la mano del rey—todos los miraron.

Aegon no era tan inteligente como para hacer esas cosas. La influencia de Rhaella lo estaba llevando a no solo ser la marioneta que ellos creían que sentaban en el trono de Hierro y manejaban a su antojo.

—Mi esposa estará al mando de mi ejército, será mi comandante.

—Te haz vuelto loca —Alicent miró a su hija y no podía creer que fuera aquella niña que algún día le dijo a su hermano que no la diera de comer a su dragón solo porque ella le daba pisotones o lo pellizcaba con delicadeza cuando era imprudente —Una reina debe...

—¿ Debe que? ¿ Estar encerrada y parir hijos? —alzó las cejas —Haré la diferencia y seré una reina distinta,madre.

Otto la miro mientras movía sus dedos en aquella mesa, Aegon sonrío orgulloso e hizo que su abuelo se levantara de su asiento para que su esposa se sentará a su lado.

El consejo comenzó y Rhaella miraba a Aegon de vez en cuando.

—Nuestros aliados son Los Lannister, Los Baratheon, pero hay algo que no me deja tranquilo y es que Rhaenyra puede tomar más aliados —Aegon miro a Rhaella.

—Sin embargo, nuestros aliados están las casas más pequeños que sean menos reconocidas y si logramos tenerlas ganar la guerra no será un problema.

—Hay un problema y es que ellos tienen trece dragones.

—Syrax es débil —Murmuro Aemond—No sabe buscar comida por su cuenta, es mimada y no le gusta volar si hay mal clima. Vermax, Tyraxes y A... —Rhaella lo miro —Los únicos que realmente son competencia para nosotros son Meleys, Caraxes y Danzarina.

—La dragona de la reina —Mencionó Tyland Lannister —¿ Participara en la guerra?

—Por supuesto que si mi Lord —Rhaella lo miro.

—Cinco dragones adultos, más que suficiente —murmuro el maestro de los rumores.

—Vermithor —susurro la reina tomando la mano de su esposo —Hay que despertarlo antes de ellos lo hagan.

Rhaella se había entretenido besando a su esposo y se negaba a soltarlo

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Rhaella se había entretenido besando a su esposo y se negaba a soltarlo. Terminó por subirse a su regazo para provocarlo.

—¿ No estas cansada? —pregunto dejando un camino  de besos desde su cuello hasta su hombro

—¿ No quieres estar conmigo? —susurro contra sus labios —Estaremos separados un buen tiempo y quiero aprovechar cada segundo que nos queda.

—La reina manda —susurro.

ENTRE SOMBRAS {AEGON II TARGARYEN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora