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Rhaella volvió a Marcaderiva con la curiosidad a flor de piel. Rhaenyra no le había dicho de que hablaba aquella carta que habían mandado y eso la estaba atormentando.

—Hola —Baela se acerco a ella —La abuela te busca.

Rhaella asintió y se dispuso a ir a su oficina.

—Baela me dijo que me buscabas —sonrío —¿ Qué me vas a enseñar hoy?

—Ha llegado un cuervo de Desembarco, nos invitan a la semana de celebración por la boda de Aegon y Helaena.

—Si..... prefiero no ir — hizo una mueca —Me siento muy bien aquí.

Rhaenys la miro incrédula.

—¿ No extrañas a  tu familia?

—Si, extraño mucho a mis padres, pero no quiero volver a Desembarco. El aire que se respira aquí es mucho mejor y estoy tratando de conocer a Jacearys.

—Jace es un  gran chico y estoy segura de que llegaras a amarlo, después de que olvides a tu primer amor —rodeo el escritorio y la abrazo.

—El es mi primer amor.

—No te engañes a ti misma — sonrío pasando una mano por su cabello —La razón por la cual no quieres volver es por Aemond. ¿ No es así?

Rhaella frunció el ceño un poco confundida y asintió. Era mejor que pensara que estaba enamorada de Aemond así no la juzgarian por estar enamorada de alguien que estaba apunto de casarse con su propia hermana.

Rompió el contacto y se dispuso a leer lo que Rhaenys le estaba enseñando aquella mañana. Viajarian la semana próxima a Desembarco para llegar justo a tiempo antes de la celebración que se iniciaría.

Tenía miedo de volver a verlo y pensó que tal vez la odiaría por no responder la mayoría de sus cartas. ¿ Estaría enamorado de Helaena? Era lo más seguro, era una de las mujeres más hermosas de los siete reinos. Sentía que aquella relación que habían tenido desde que Aegon era un pequeño niño y ella una recién nacida se había roto por completo cuando sangro y Alicent les pidió que se separaran y cuando ella se alejo de el como si fuera un desconocido.

—¿ Estas lista? —Rhaenys se asomo en el umbral de la puerta y Rhaella asintió

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—¿ Estas lista? —Rhaenys se asomo en el umbral de la puerta y Rhaella asintió.

—Si, solo falta que lleven mis cosas al barco —sonrío y se coloco los guantes.

Viajarian en dragón para que Rhaella supiera lo que era ya que solo había montado a su dragona solo en Marcaderiva.

—¿ Estas emocionada?

—Si, muchísimo — sonrío.

Estaba todo menos emocionada. Le daba alegría por su familia, pero no por otras cosas. Acomodo la silla de montar con ayuda de uno de los entrenadores y espero a que Rhaenys estuviera lista para subir.

Las dragonas tomaron vuelo directo a Desembarco. Rhaenys miraba a Rhaella y esta solto un rato las cuerdas para abrir los brazos. Le gustaba esa sensación, el aire contra ella era magnífico. Recordó aquella vez que Aegon la había llevado a volar con sunfire una noche antes de que avisaran sobre la muerte de Laena.

Rhaella tomo sus cuerdas nuevamente cuando Dagahra comenzó a moverse de manera violenta, a lo lejos se podía notar la Fortaleza Roja. Los dragones aterrizaron Pozo dragón y sonrío al ver a Aemond de espaldas hablando con uno de los entrenadores.

—¡ Aemond! — corrió hasta y lo abrazo por la espalda, pero este ni se movió.

El peliplateado se volteo y la miro con recelo. Rhaella lo solto un poco confundida.

—Hermana — le extendió su mano y esta la acepto —Nos vemos más tarde.

Camino lejos de ahí dejándola con una presión en el estómago.

—¿ Qué sucede? —pregunto Rhaenys cuando la vio subirse al carruaje de mala gana.

—Nada, estoy bien — se cruzo de brazos y la princesa dejo pasar aquello.

Un guardia las anunció y la princesa corrió hasta su padre en cuanto lo vio. No le importaba que su madre la fuera a dar un sermón después de eso. Daeron, Helaena, Otto, Alicent, Viserys y Aemond estaban ahí para recibirla.

Todos menos él.

Entendía el porque Aegon no estaba ahí. Ella no había respondido la mayoría de sus cartas y tal vez en esos momentos la odiaba.

—Te extrañe tanto mi hermosa, Rhaella  — las personas se adentraron a la Fortaleza.

—Viserys, sueltala, también quiero abrazar a mi hija y hablar con ella.

El rey asintió y la solto. Rhaella abrazo a Alicent con fuerza.

—Necesito hablar contigo de algo importante — susurro la reina y rompió el contacto.

Rhaella abrazo a Daeron y después observo a sus otros dos hermanos. Se sorprendió cuando Helaena le abrió sus brazos y esta correspondió sintiéndose terrible por sentir celos de su hermana, no era algo justo.

Observo a Aemond y le tendió la mano cuando vio que no tenía intenciones de abrazarla o por lo menos sonreirle.

—Bienvenida a casa —le dijo con una frialdad poco habitual en él y Rhaella asintió.

—Gracias.

—Puedes ir a descansar, si lo deseas — señaló el rey —Tu habitación está igual desde que te fuiste.

—Si, gracias, padre.

Padre.

Ni siquiera sabía el nombre de su progenitor, pero estaba segura que la tal Shiera tenía algo que ver con ella.

Camino por los pasillos y se detuvo en seco cuando vio a Aegon, pero no estaba solo. Ahí estaba una sirvienta que parecía estar buscando la manera de meter su lengua en la garganta de su hermano.

Se dio media vuelta para ir a otro lugar, pero sus zapatos hicieron ruido provocando que las personas detrás de ella se separaran. Maldijo a sus adentros y rogó para que Aegon la ignorará, pero dio un par de pasos e intento colocar una mano en su hombro.

—¿ Rhaella?

—¿ Rhaella?

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Hola! ¿ Cómo andan? Espero que bien.

Se supone que tenía que actualizar ayer, pero me fui a una finca y adiós señal e Internet.

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ENTRE SOMBRAS {AEGON II TARGARYEN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora