Rhaella Targaryen
La hija adoptada de la reina Alicent y el rey Viserys I
La mejor amiga de su hermano y la niña más querida por sus padres.
Aunque era "Adoptada" la sangre del dragón corría por sus venas, pero muchos solian decir que era una bas...
—Tenemos un hijo—la reina sollozo—Tenemos a nuestro Baelon, cariño.
—Nuestro—susurro dejando un beso en sus labios y se aparto cuando Rhaella lo empujó quejándose nuevamente.
—Me parece que tendrán a más de uno—Vaegon sonrío—Tranquila cariño, será más fácil.
—¡Dioses!—grito apartando las manos de su abuelo y sollozo cuando escucho el llanto desenfrenado.
—Es una niña su majestad—informó una de las Doncellas y la coloco sobre su pecho.
—¿Está sana?—Aegon la miro y asintió.
—Completamente.
—Hola Rhaelle—Aegon miro a Rhaella que sostenía a su pequeña como si fuesen a llevársela—Él estaría feliz.
—Muy feliz...—se quejo y miró a su abuelo—¿Estoy teniendo otro bebé?
La Doncella hizo un amago de tomar a la recién nacida en brazos de su madre, pero Rhaella la detuvo con una mirada, tomo la mano de su esposo e hizo todo lo que le pidió su abuelo mientras su vista su nublaba.
—No puedo más...
—Solo un poco más—susurro dejando un beso en su mejilla—Puedes con esto Ninfa.
—¡Maldición!—grito desesperada por que el llanto se escuchara.
Sintió que algo abandono su cuerpo, pero al no escuchar el llanto se asusto.
—¿Está bien, abuelo?—se inclino para ver—¿Mi bebé está bien?
Vaegon no dijo nada y se llevó un bulto en sus manos.
—Egg, no dejes que se lleven a mi bebé—susurro mirandolo—¿Por qué no me lo entrega?
—Su majestad—la Doncella intento tomar a Rhaelle.
—No la toques, es mía—la acomodo en su pecho—Muévete, busca a mi bebé.
—Rhaella, cálmate.
—Vaegon, ¿Por qué mi bebé no llora?
El anciano no respondió y Rhaella miro a Aegon mientras negaba. Se negaba a aquello.
—Por favor...
—Mi reina...
Un llanto la hizo mirar a su abuelo que se acercaba a ella con un pequeño en brazos.
—Es una niña fuerte y sana igual que sus hermanos—Vaegon la dejo sobre su pecho y Rhaella dejo un beso en su pequeña cabezita—¿Cuál será su nombre?
—Tu siempre dijiste que se llamaría Shiera—su esposo miro a aquellas dos pequeñas en el pecho de su esposa—Baelon, Rhaelle y Shiera.
—Te amo—susurro—Dioses, como te amo.
—Yo también los amo—susurro.
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