Capitulo once: Londres

155 12 2
                                    

Parte 1

Tan pronto como termine la llamada, prácticamente corrí por la pequeña sala, la emoción gobernaba en mi cuerpo.

Revise las fechas del itinerario que Joe había preparado para mostrarme la ciudad en su tiempo libre, todo lo contrario a mi que yo improvisaba el mismo día. Perfectamente podría ir a la entrevista mientras él estaba ocupado.

Decidí que no le diría a nadie hasta que fuera un hecho para no hacerme ilusiones yo misma, además de no hacer pensar a Joe que estaba haciendo todo lo posible por estar cerca de él, más específicamente en la misma ciudad. No quería arruinarlo.

Tan pronto como me di cuenta estaba a solo unas horas de tomar mi vuelo para pasar una semana entera con Joe.

Unas horas antes el insomnio reinaba mi noche por lo que no pude dormir, la emoción del viaje mantenía mi mente trabajando en posibles escenarios.

Poco después de media noche salí de casa dejando las llaves a Macarena para que pudiera darle de comer a mi peludo compañero de piso.

Llegue al aeropuerto de la ciudad en el coche de papá una vez entrando caminé hasta dar con aduana y documentación de mi maleta, faltaban poco para que comenzaran a abordar, anunciaron el vuelo y caminé hacia la fila para abordaje, la chica que recibe los boletos me dijo que podía esperar, extrañada la vi mientras regresaba a mi asiento en la sala de espera pasaron un par de minutos más hasta que la chica se acercó a mi y me dijo que ya podía abordar. En los minutos que estuve sentada decidí enviarle mensaje a Joe haciéndole saber que ya iba abordar, insistió en que pasaría por mi al aeropuerto, tampoco es como que pudiera negarme, no conocía en lo absoluto el lugar.

Un par de minutos después nos llevaron hasta el avión y subimos.

Dios Quinn.

Había comprado los boletos en clase ejecutiva. Claramente se veían más cómodos y al ser un vuelo de tantas horas lo agradecía demasiado, sin embargo se los pagaría de inmediato.

Pronto solo llego un mensaje de buen viaje del número de Joseph. Sonreí

Después de 13 horas de vuelo y una escala de 1 hora en Francia.

—Estimados pasajeros es de mi agrado informarles que hemos entrado a territorio de Reino Unido, comenzaremos con el aterrizaje, favor de abrochar sus cinturones —hace una pausa— les deseamos un feliz viaje.

Un par de minutos después el avión aterrizó en el aeropuerto de Londres.

Estaba en la zona para recoger las maletas antes de salir al área común del aeropuerto, tome la mía y camine hasta donde esperaría a Joe, tan pronto como baje unas escaleras a lo lejos logré verlo, iba vestido tan casual con mezclilla, una gorra y lentes que si no le prestaban atención la gente no sabría que se trata de él, pero yo lo reconocí, además que tiene un letrero con mi nombre en grande.

Conforme me iba acercando podía sentir una sonrisa dibujarse en mi rostro.

—Ese es mi nombre—llame su atención mientras caminaba de frente a él.

Me sonrió y se acercó a mi para tomarme en un gran abrazo, como viejos amigos reencontrándose después de años.

—Tenía tantas ganas de hacer esto —habla con su rostro escondido en el espacio entre mi cuello y hombro, claramente tiene que agacharse para alcanzar el lugar.

Cierro los ojos y me permito disfrutar del momento. La gente a nuestro alrededor desaparece, nos mantenemos en silencio disfrutando la presencia del otro, el olor de su colonia llega a mis fosas nasales, un olor varonil pero suave, además de un ligero olor a cigarrillo.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora