Capitulo diecinueve: Arte

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Una semana más tarde

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Una semana más tarde.

—¿En qué podemos ayudarle?— Una chica habla cuando voy paseando por los pasillos del lugar.

—Oh, Hola —le sonrió —estoy buscando material para pintura.

—Claro, están por acá.

La chica me guía dos pasillos más abajo, me muestra numerosos conjuntos de los materiales, acrílicos, óleos, canvas de distintos tamaños, material para relieve, pinceles, laca finalizador y más cosas. Me hace sentir como niña en dulcería o juguetería.

Tomo varios artículos pasando a la caja la chica pone mi compra en una bolsa y empaca mi nuevo caballete.

Cuando estoy de regreso en mi departamento dejo las bolsas en el cuarto de estudio. Previamente había instalado una mesa, comienzo a sacar cada uno de los artículos colocándolos sobre la superficie.

Colocó un poco de música en mi teléfono movil, la lista de reproducción que había creado Joe y que ambos nos habíamos encargado de continuar agregando canciones que nos recordará al otro. Cursi.

Saco los pedazos de madera, una pequeña bolsa de tornillos viene con ellos.

—Pfff —suspiró —esto llevará un rato.

Miro la hora en la portátil.

—Aún tengo tiempo.

Hoy acompañaría a JJ al evento que había propuesto ese día durante nuestra comida, esa exposición que había organizado un amigo suyo.

Invierto una hora en intentar descifrar como armar el caballete.

—Me rindo.

Me preparo para comenzar a arreglarme para la salida de amigos. Me doy una ducha, unos pantalones de vestir flojos y una camisa de vestir de igual forma. Supongo que es una ocasión para vestir un poco más formal que de costumbre, mi cabello lo dejo en su forma lacia habitual.

Cuando es hora el interfón del departamento se enciende. JJ ha llegado.

—Ya bajo.

JJ pasa por mi en su vehículo, viste bastante formal, camisa de botones con pantalón de vestir y sus zapatos negros perfectamente boleados.

Conduce a través de las calles de Londres hasta detenernos en el centro de la ciudad, un gran edificio de cristal se alza frente a nosotros cuando bajamos del auto.

Cuando ingrésanos al edificio tomamos uno de los folletos sobre lo qué hay dentro del lugar, dentro del edificio no hay mucha gente, camareros caminan por el lugar con copas en bandejas.

Una vez atravesamos la primera pared que divide la entrada del contenido de la exposición, luces blancas se alzan en el techo alumbrando cada rincón.

El primer piso está dividido por paredes en forma de escuadras, de distintos colores, algunas tienen pinturas y cuadros en ellas, otras sostienen algunas fotografías.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora