Capitulo cuarenta y cuatro: Cuidado +18

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Han pasado 8 semanas desde que nos enteramos que tendríamos dos pequeños, fue impactante pero también emocionante, Joseph y yo no paramos de informarnos acerca de la superfetación, y los embarazos múltiples, los controles son cada 3 semanas, y la ...

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Han pasado 8 semanas desde que nos enteramos que tendríamos dos pequeños, fue impactante pero también emocionante, Joseph y yo no paramos de informarnos acerca de la superfetación, y los embarazos múltiples, los controles son cada 3 semanas, y la emoción no para de crecer.

En cada control Joseph no para de preguntar cuando podremos conocer el sexo de cada bebé, de acuerdo al obstetra ya podemos conocer el de bebé número 1 pero el de bebé número dos aún no es posible.

—Pero yo quiero saber si es niño o niña— se queja Joe como un niño pequeño. Hace un puchero.

Rio tomó su mano y la pongo sobre mi vientre mucho más abultado. Mi ropa ha dejado de quedarme.

—Están sanos, ambos... no importa si sean niños o niñas.

Suspira y relaja su rostro. —Lo sé, cariño.

Con su pulgar acaricia mi vientre, su toque me relaja.

—Es solo que estoy demasiado emocionado y debemos escoger nombres.

—Hagamos un trato Joe— propongo esperando su respuesta para continuar, asiente— déjenos el sexo de los bebés hasta que nazcan.

—¿Y los nombres?

—Escojamos unisex o dos de niños y dos de niñas.

No responde algunos segundos, desvía su mirada a mi vientre y de nuevo acaricia. Regresa su mirada a mis ojos.

—De acuerdo —asiente.

Acaricio la barba que ha dejado crecer estas últimas semanas, me encanta verlo con barba, aunque raspa es un deleite para mis ojos verlo con barba.

Joe había conseguido un papel en una serie que se estaba rodando aquí mismo en Londres, aunque a pesar de que estábamos en la misma ciudad sus horarios de rodaje eran todo un desastre, algunas veces rodando en la mañana, otras por la noche o algunos días todo el día. Había veces que llegando a casa lo encontraba agotado durmiendo en el sofá de la sala principal.

Cada uno se mantenía en sus actividades durante la semana y en nuestros días de descanso nos quedábamos en casa, preparar una casa para la llegada de un bebé es difícil, para la llegada de dos es mucho más mortificante. Aunque muchas otras veces lo disfrutábamos, el quedarnos en el cuarto de los bebés imaginando cómo serían, doblando la pequeña ropa, había conseguido conseguido pintar un enorme mural para la pared blanca, aún no estaba terminado sin embargo ya pintaba a ser algo hermoso.

Este día de descanso nos encontrábamos ambos en cama, habíamos decidido quedarnos ambos en cama, el dolor de pies comenzaba a pasar factura pues nadie me había advertido que estar embarazada de por si es cansado.

La televisión encendida anunciando algún comercial es el sonido que captan mis oídos. Abro los ojos pues al parecer nos habíamos quedado dormidos. Joseph a mi lado con su mano estirada a mi vientre, era su nueva forma favorita de dormir, no podía mantener una mano fuera de mi cuerpo.

Contigo siempre      Joseph Quinn Donde viven las historias. Descúbrelo ahora