Al día siguiente despertamos por el sonido de una llamada en el teléfono de Joe, su agente avisándole que dentro de una hora llegaría su asistente y un par de personas por parte de la convención.
—¿Que tal dormiste?
—Creo que no había dormido tan bien hace mucho tiempo —habla mientras me abraza por la cintura y me pega más a su cuerpo.
De un momento a otro comienza ha hacerme un poco de cosquillas en las costillas, lo que me hace retorcerme entre sus brazos mientras rio fuerte.
—Para Joseph, para —le pedia entre risas.
—No soy Joseph, soy Joe o Quinn.
Lo curioso aquí es que por más que intentará quitar sus manos y poner alto a las cosquillas no lo lograba, las fuerzas suelen irse cuando rio.
—Me voy hacer pipí.—le advierto.
Detiene sus manos y cuando abro los ojos que había mantenido cerrados me doy cuenta que está entre mis piernas y se sostiene sobre mi con sus codos a cada lado de mi cuerpo.
Acerca su rostro con intención de besarme pero yo corro mi rostro evitando contacto.
Él frunce el ceño y regresa a su posición. —¿Qué sucede?
—No me he lavado los dientes —regreso mi rostro al frente y cubro mi boca con mis manos.
Él vuelve a sonreír he intenta quitar mis manos.
—No puede ser tan malo.
—Oh claro que lo es. —lo miro a los ojos, las líneas al costado de sus ojos se marcan por su sonrisa. —es apestoso.
—Dejame comprobarlo —de nuevo intenta quitar mis manos solo que ahora las dejo ir sin resistencia alguna. —Sopla.
Hago lo que él me pide.
De inmediato hace una mueca exagerada y se deja caer a mi lado.
—Oh dios, algo murió ahí adentro.
Rio por sus expresiones tan dramáticas y le doy un leve golpe en el hombro derecho.
—Te lo dije.
Se recompone rápido y se coloca de lado, flexionando su codo y recargando su cabeza sobre su mano.
—No está tan mal. —se acerca de nuevo. —lo soportaré.
Rio un poco mientras tomo su rostro entre mis manos y se doy un beso de pico, solo una pequeña presión sobre sus labios.
—Es suficiente, tienes que darte una ducha pueden llegar en cualquier momento.
Se pone de pie y hace una señal militar para ir al baño, mientras yo preparo un pequeño desayuno que consiste en una torta de huevo y jugo de naranja que encontré en la nevera. Una vez que el llega a la cocina lo dejo desayunar y yo entro al baño.
Estoy frente al espejo rizando mis pestañas cuando el interfon de su departamento suena dando a entender que hay llegado por nosotros.
Cuando salgo a la sala común me encuentro con 4 personas además de Joseph que me miran fijamente.
—Amm...hola— me acerco hasta ellos y meto mis manos a los bolsillos de mis pantalones anchos.
—Papá, ella es Valeria, de quién te hablé. —me presenta Joe.
Un hombre mayor un poco más alto que Joe da un paso al frente y me extiende su mano.
—Mucho gusto Valeria, soy Anthony Quinn.
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Contigo siempre Joseph Quinn
RomanceÉl la promesa del año, actor reconocido. Ella una simple mortal. Él solo quiere ser tratado como un ser humano. Ella quiere un lugar seguro. Sus caminos se cruzan por azares del destino, son lo que el otro necesita. ¿Pero eso es suficiente para ma...